El atleta Xavi Porras en un salto de longitud con su entrenador Miguel Ángel Torralba. Fuente: AD

El atleta invidente se muestra ambicioso con su participación en el Europeo de Swansea (Gales), donde disputará las pruebas de salto y 100 metros lisos. «Si en longitud no gano medalla sería un fracaso».

Jesús Ortiz García

Viste la camiseta del FC Barcelona pero no entrena en el césped de Sant Joan Despí, lo suyo es el atletismo, deporte que se cruzó en su vida con la pérdida de visión por culpa de una enfermedad congénita. Su infancia la pasó entre montar en bicicleta, rodar en monopatín y partidos de fútbol en el equipo de su barrio en Olot. Ahora, Xavi Porras es uno de los mejores saltadores de longitud y velocistas de los 100 metros. «Cuando me quedé ciego la pelota ya no me atraía tanto. En cambio, la imagen de Carl Lewis saltando y corriendo en los Juegos Olímpicos de Barcelona la tenía en mi mente», recalca.

Con 17 años se apagó la luz de sus ojos pero aprendió a encenderla de nuevo a través del deporte. «Tengo retinosis pigmentaria, una enfermedad de nacimiento, que se agravó en la adolescencia. Fue duro, pero no me quedé en casa encerrado lamentándome, tuve la suerte de contar con muy buenos amigos que me han ayudado mucho. Me adapté a mi nueva vida, aprendí a leer en braille y me marché al centro de la ONCE en Barcelona. Allí empecé a disfrutar otra vez del deporte», relata.

Xavi y su guía Enric en los 100 metros. Fuente: AD

Conoció a Miguel Ángel Torralba -su entrenador desde 1998-, que empezó a forjar a un atleta luchador, perseverante y ambicioso. Ha disputado los Juegos Paralímpicos de Atenas, Pekín y Londres, ha logrado medallas en Mundiales y Europeos. Con trabajo y esfuerzo se ha labrado un currículum brillante al que espera seguir añadiendo trofeos en las próximas competiciones.

Europeo de Swansea

Su reto más inmediato es el campeonato de Europa en Swansea (Gales), donde confía en alcanzar el podio. Llega cargado de moral después de una temporada donde se ha afianzado por debajo de los 12 segundos en todas las carreras de 100 metros lisos, así como superando con holgura los 6 metros en saltos de longitud. «Los resultados me han dado mucha confianza, nunca había estado tan seguro en estas pruebas. Estoy en un buen estado de forma, con algo de nervios pero con ganas de que llegue ya la competición», asegura.

En la ciudad galesa espera batir sus marcas personales (11,79 en la carrera y 6,31 metros en salto) y sumar algún metal. «Si en longitud no logro un oro o una plata sería bastante decepcionante. Viniendo del Mundial de Lyon con un bronce, a 8 centímetros del campeón, en un Europeo todo lo que no sea ganar medalla sería un fracaso. En el 100 suele salir gente nueva, tengo que intentar estar en mi marca y pasar a la final», explica.

En el Reino Unido le acompañarán su guía Enric Martín y su entrenador Miguel Ángel Torralba. «Formamos un tridente muy trabajador. Son mis ojos en la pista», subraya Porras. La comunicación y coordinación con su lazarillo es perfecta tanto dentro como fuera del tartán. «Eso se consigue con horas de entrenos y muchas series. Cuando estamos de concentración, Enric es el que me dice la pinta que tiene la salsa de la carne, el que me describe la ciudad cuando paseamos y hasta dormimos en la misma habitación. Somos un matrimonio, también con nuestras rencillas, pero es un gran amigo», comenta.

La voz de su mentor

En la prueba de salto de longitud no tiene guía corriendo a su lado, así que en la carrera de 30 metros en línea recta se orienta por la voz de su maestro Torralba, situado en el punto de la batida. «Es uno de los mejores, llevo con él desde que empecé y nunca cambiaré de entrenador porque confío mucho en él. Si no me dice que salte, no salto. Eso sí, a no ser que me esté jugando una medalla olímpica (risas)», matiza.

Xavi Porras durante un salto. Fuente: AD

También le animará, como viene haciendo desde años, su otro pilar en la vida junto a su hija, su mujer y ex atleta Rosalía Lázaro. «Me ha ayudado mucho, ha sido 5 veces paralímpica desde Barcelona 92 hasta Pekín 2008, ha logrado muchas medallas y récords importantes. Siempre me ha motivado para que entrene duro y cumpla mis sueños, es mi referente», aclara.

Ya no se fija metas a largo plazo, prefiere saborear cada zancada y cada salto como si fuese el último, aunque aún le queda gasolina, al menos, hasta las Paraolimpiadas de Río de Janeiro 2016. «Ahora voy año tras año, con tranquilidad, porque la situación laboral y familiar pesa más, pero tengo claro que si estoy entrenando fuerte es para ir a Brasil a pelear por una medalla, si no, ya lo habría dejado», apostilla el atleta, una de las bazas españolas en Swansea.