Una osada aventura sobre el hielo
El asturiano Javier Pintado y sus alumnos luchan contra los obstáculos para abrirse hueco en el bobsleigh, la Fórmula 1 de la nieve.
Jesús Ortiz García
Apasionado por los deportes de inercia, Javier Pintado cambió el asfalto por los tubos de hielo y nieve para perseguir un sueño a 120 kilómetros por hora. Este ferretero asturiano es el promotor del bobsleigh español, lleva desde 2010 en la lucha y convenciendo a otros para que se sumen a su intrépido proyecto. Con sacrificios, riesgos e impulsado por una gran fuerza de voluntad, no ceja en su empeño de construir una base sólida para que esta modalidad tenga futuro en España.
Bárbara Iglesias (piloto) y Noemí Pérez (frenadora) son sus alumnas más aventajadas cuando agarran su bob -vehículo con el que se deslizan- para alcanzar elevadas velocidades sobre el tobogán helado. Subidas en un artefacto con forma de misil desafían al miedo y a la gravedad con el objetivo de hacerse un hueco en un deporte con escaso arraigo entre los españoles. «Han mejorado mucho, sobre todo, en las salidas, tienen más experiencia y se complementan a la perfección. Cuando una comete un error, la otra le anima para seguir adelante. Saben trabajar en equipo», explica Pintado.
En el bob masculino hay un abanico más amplio con Héctor Abelleira, Manuel Ángel Moreno y otros frenadores cuyos objetivos son más a largo plazo. «Hemos cambiado de integrantes, queremos formar a más jóvenes para el día de mañana por si sacamos un bob a 4, crear una plantilla de competidores a los que ir rotando en función del calendario. El casting sigue abierto, nos centramos en buscar gente joven, rápida y atlética para que acumulen el máximo de experiencia posible», asegura el asturiano.
Conocen la historia del marqués de Portago, aunque sus aventuras son muy diferentes. Luis López Solanes fue un exponente de este deporte, que lo practicó por diversión y respaldado por su boyante situación económica. «Es una leyenda del bobsleigh, no sólo por resultados, incluso una curva del circuito de St. Moritz (Suiza) lleva su nombre», recuerda. Falleció en 1971 durante un entrenamiento, y ahora Pintado y compañía se han propuesto abrir de nuevo el camino del bobsleigh en España aún a costa de rascarse sus bolsillos.
«En los 90 se intentó sacar un equipo pero hubo una mala gestión y se derrochó el dinero. Fue tal el desastre que nadie quiso saber sobre este deporte. Hasta que llegamos nosotros en 2010. En España muy pocos han visto un trineo de bobsleigh, pero poco a poco queremos abrir una senda y dejarla asfaltada para aquellos que vengan después», explica el técnico del equipo español.
Sochi 2014
Entre los planes de futuro está la participación en unos Juegos Olímpicos, aunque tendrán que esperar unos años más, ante los obstáculos que han tenido en el inicio de temporada. «Empezamos bien en Altenberg (Alemania), una pista muy complicada, nos clasificamos para la Copa de Europa, pero llegó el mazazo. Nos dijeron que las chicas no podían competir porque no tienen experiencia suficiente y que el trineo de los chicos no cumple la normativa de seguridad. No es justo que te dejen competir o no en función de una visión subjetiva, el deporte tiene que ser claro en las reglas, nosotros las cumplimos. No van a derribar nuestras ilusiones», enfatiza Pintado.
«Las posibilidades de ir a Sochi son cero. España está en el puesto 21 y acuden 20 equipos a las olimpiadas, pero al no participar en las primeras pruebas no hemos puntuado y perdemos ese tren», lamenta. En el horizonte figuran los de 2018 en Pyeongchang (Corea del Sur): «Habrá un cambio generacional en algunos países y tenemos que aprovecharlo para entrar con fuerzas y empezar a tratarlos de tú a tú, esos Juegos Olímpicos serán nuestra oportunidad».
Ahora se marchan hasta la ciudad alemana de Winterberg para participar en varias pruebas y ya en enero, ambos equipos buscarán plaza para el Mundial júnior. «A corto plazo es el plan que nos marcamos, hay muchas opciones de estar en esta cita y esperamos lograrlo. También optamos a las Olimpiadas de la Juventud», apunta.
Ingenio e ilusión versus última tecnología
Con una furgoneta y cuando el presupuesto lo permite recorren cientos de kilómetros para visitar instalaciones en Alemania, Austria o Suiza donde poder entrenar y disputar campeonatos. Suplen la escasez de medios con mucho ingenio e ilusión para competir contra equipos que cuentan con grandes estructuras como Gran Bretaña o Italia, cuyos bólidos de última tecnología son diseñados por Mclaren y Ferrari.
«El último trineo que compró la Federación Española costó 3.500 euros, uno nuevo puede valer 30.000. Ambos bobs son precarios, los reparamos nosotros como podemos porque tienen muchos años y sí lo comparas con los de otros países, te dan ganas de llorar. Las grandes selecciones, 2 meses antes de una competición entrenan en las pistas y tienen 4 ó 5 patines por cada trineo, que son como las ruedas en la Fórmula 1, nosotros tenemos sólo un juego, pero es lo que hay y con eso tenemos que pelear», explica.
Dan pasos cortos pero sólidos y mientras esperan su oportunidad, se consuelan con ‘Elegidos para el triunfo’, la película de Disney inspirada en el equipo jamaicano de bobsleigh que en 1988 logró clasificarse para los Juegos de Calgary (Canadá). «Es inevitable que nos comparen con ellos, pero ojalá contáramos nosotros con los medios y el gran apoyo económico que tenían», apostilla.