La haltera paralímpica acude al Mundial en buen estado de forma, con una marca esta temporada de 105 kilos y confía en subir al podio en el campeonato que se celebra en el Golfo Pérsico. 

La haltera Loida Zabala durante los Juegos Paralímpicos | AD

Jesús Ortiz García

Los videojuegos, la velocidad y los deportes de riesgo son algunos de sus hobbys, pero donde mejor explota sus virtudes es sobre la tarima entre discos, barras y magnesia. Detrás de su aspecto dulce y voz tímida se esconde una deportista competitiva de carácter indomable. Loida Zabala es la reina de la halterofilia adaptada en España y una de las mejores del mundo. Con esfuerzo y perseverancia supera cada reto que se propone y el próximo es conquistar una medalla en el Mundial.

La cacereña ronda los 50 kilos pero es capaz de levantar 105. «Si hace 8 años me dicen que iba a poder con más del doble de mi peso hubiera contestado que es imposible», subraya. Con 12 años empezó a hacer pesas con unas mancuernas en el hospital y en su casa de Losar de la Vera (Extremadura) para ganar fuerza en los brazos. Se había quedado en silla de ruedas por una infección de médula que le dejó sin movilidad en las piernas. «Quería valerme por mí misma, ser independiente», recalca.

La cacereña en una competición | AD

Cuando cumplió la mayoría de edad descubrió la halterofilia y desde entonces no ha dejado de practicarla. En sus éxitos tiene mucho que ver su entrenador Lodario Ramón, que ha moldeado a una campeona luchadora, trabajadora y sin límites. «Él me lo ha enseñado todo, le debo mucho. Dejé a mi familia y a mis amigos para trasladarme a Oviedo y los beneficios que me ha aportado este deporte son muchos. Me aporta energía y a nivel psicológico me siento satisfecha y contenta. No me valía con estar tumbada en un sofá», subraya.

Con 8 preseas de oro consecutivas en los campeonatos de España, Zabala forja su fortaleza con entrenamientos de 2 horas diarias. El año pasado consiguió un bronce en el Europeo y ahora confía en alcanzar cotas altas en el Mundial: «Voy a luchar por una medalla». A pocos días de la cita en Dubai, la deportista española reconoce estar «muy nerviosa, pero con ganas de que llegue ya. Hemos estado entrenando muy duro para este campeonato, físicamente llego en buen estado y espero que salga bien».

Nueva categoría

Tras el cambio de normativa y la desaparición de su categoría -48 kilos- después de los Juegos Paralímpicos de Londres -fue diploma al quedar quinta-, la joven cacereña participa en la disciplina de 50 kilos. «En la otra estaba al límite del peso y en esta me siento muy cómoda, más fuerte y estoy mejor. Cada año tengo mejores marcas, me siento satisfecha», afirma. A la competición en el Golfo Pérsico llega después de levantar 105 kilos y como tercera en el ranking mundial: «Es una motivación extra y ahora sólo pienso en poder superar esa posición».

A diferencia de la halterofilia olímpica, en la que figuran las modalidades de arrancada y 2 tiempos, en la paralímpica solo existe una. «Tenemos 3 intentos, hay que bajar la barra con las pesas hasta el pecho y elevarla completamente hasta dejar extendidos los codos. Es como el ejercicio de gimnasio en el que se entrenan los pectorales, el press de banca, pero un poco más ancha», explica Zabala.

Loida Zabala entre discos | AD

Mientras se prepara para levantar la barra, el silencio sepulcral reina en la tarima para atender las indicaciones de los jueces, pero le gustaría poder competir con música. «Me motivaría mucho», dice, aunque nada de heavy metal, su otra gran pasión: «Tengo que estar concentrada y si escucho algo de esta música me pondría eufórica y a bailar (risas)».

La extremeña confía en sus posibilidades para añadir una medalla mundialista a su palmarés aunque desconfía del estado de sus rivales. «Nunca sabes como pueden estar las demás, por ello tengo que centrarme en hacer bien mi competición», dice. Eso sí, apunta a las rusas como las más fuertes, sobre todo, a Olesya Lafina. «Es casi imbatible, tiene enanismo y cuenta con mucha experiencia, algo crucial en este deporte. Todas entramos en el mismo lote, la categoría va en función del peso corporal, da igual la discapacidad que tengas y eso influye mucho, aunque me gustan los retos», afirma.

Ganar una medalla en un Mundial y estar entre las mejores en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 son algunos de los desafíos que se marca esta aventurera e intrépida deportista a la que le encantaría practicar algunos deportes de riesgo cuando deje las pesas. «Mi entrenador me lo tiene prohibido ahora mismo para evitar lesiones, pero en cuanto me retire quiero hacer automovilismo o tirarme en paracaídas. Pero será dentro de unos años, quizás con 40, todavía me queda energía para disfrutar de la halterofilia», finaliza.