Una bicicleta como altavoz
Cristina Maristany es una comunicadora que, a través de sus viajes en bicicleta por el mundo y los videos que realiza mientras pedalea, busca inspirar y visibilizar a la mujer. Su última aventura, un rally de 700 km en Arizona.
Laura Pérez Torres
@lauraescreativa
11 de enero de 2024, 11:00
Para Cristina Maristany una bicicleta es mucho más que un vehículo, es un estilo de vida, es libertad y un pasaporte para recorrer el mundo acompañada de personas con la misma pasión o incluso en solitario. Pero, sobre todo, su bicicleta y el equipo de grabación que siempre lleva encima son un altavoz para llegar a más mujeres y animarlas a embarcarse en su propia aventura.
El deporte y la aventura siempre han sido algo natural en ella. Ya desde pequeña, Cris -como le gusta que le llamen- mostraba habilidades atléticas e interés por casi cualquier deporte. Además de montar en bici, disfrutaba patinando y jugando al fútbol en su urbanización. Cuando llegó a la adolescencia, aparcó la bicicleta para adentrarse en el mundo de la competición tanto en hockey línea como en fútbol, y ambos deportes le hicieron viajar por España y Estados Unidos, respectivamente.
Después de varios años y experiencias que marcarían su vida para siempre, aterrizó en la edad adulta y puso fin a su etapa compitiendo para dar paso a nuevos periplos a través de su formación. Es licenciada en Comunicación Audiovisual y ha realizado varios cursos en distintas especialidades y partes del mundo. Lleva más de 10 años dedicada al sector de la comunicación y de la creación de contenido, tanto por cuenta ajena como propia, y ha pasado por numerosos sectores.
«Empecé en cine y trabajé en varias películas. Entre rodaje y rodaje, probé el sector de la publicidad, tanto en agencia como en productora, y el de la comunicación corporativa. Finalmente encontré mi sitio en el mundo del marketing y de la consultoría”, detalla la ciclista, quien subraya que «llevo más de siete años trabajando en Accenture y mi puesto actual es de productora creativa”.
Un año antes de entrar en Accenture, Cris volvió a montar en bici invirtiendo en una de montaña; y fue entonces cuando surgió el verdadero idilio. «Me enganché a montar sola por el campo y al poco tiempo hice amigos en el trabajo que me introdujeron en el mundo de las carreras y los viajes deportivos”, comenta. El verano de 2019 se lanzó a viajar en bicicleta y desde que empezó a hacerlo es ya su forma de viaje principal, en la que ha recorrido otros países como Croacia, Portugal o Italia y ha redescubierto España de una manera muy distinta.
Con 33 años esta productora creativa compagina su trabajo con la bicicleta utilizando sus vacaciones y tiempo libre. “Paso la mayoría de los fines de semana en quedadas cicloturistas o escapadas en bici con amigas y mis tardes dando una vuelta en bici o haciendo otros deportes”, argumenta e insiste en que «es algo que disfruto durante todo el año y siempre que puedo, junto días de vacaciones para recorrer largas distancias”.
Imbuida en esta filosofía llegó a su vida el proyecto “Soy cicloviajera”, ideado por Iria Prendes y cuyo objetivo es que más mujeres se suban y disfruten de la bicicleta. Para ello, la comunidad organiza distintos tipos de talleres, viajes y encuentros exclusivamente para mujeres; todos ellos en bicicleta y con formato de autosuficiencia, lo que significa que se tiene absolutamente todo lo que se necesita encima, aprovechando la propia estructura de la bici para llevar alforjas o bolsas (‘bike-packing’).
“Normalmente para mis viajes en bicicleta utilizo alforjas y voy en autosuficiencia, es decir, llevando tienda de campaña, hornillo y utensilios de cocina, ropa… ¡todo lo que pueda necesitar! Esta forma de viajar me permite llegar a sitios a los que no llegaría en ningún otro medio, profundizar en la cultura, conocer gente, conocerme a mí misma y, en definitiva, experimentar libertad absoluta”, apostilla.
En ‘Soy Cicloviajera’ se organizan distintos tipos de actividades. El viaje anual, la cicloquedada, que suele tener una duración de tres días y transcurre por alguna zona de España con buena conexión de transporte, ya que se juntan alrededor de medio centenar de mujeres de todo el país y los encuentros territoriales. “Casi todas las que probamos repetimos”, añade Cris, quien remarca que “cada una carga con lo que le vaya a hacer falta, aunque luego siempre compartimos la comida y aperitivos tanto en ruta como bajo las estrellas en la zona de acampada o también las herramientas y nos ayudamos cuando pasa algo”.
Por otro lado, los encuentros territoriales son viajes de fin de semana promovidos por el grupo de cicloviajeras de cada provincia. Este 2023 se han celebrado estos encuentros en Madrid, Vitoria y Valencia. Asimismo, para aquellas que aún no viajan en bici, están los campus sobre ruedas. Estos se componen de una parte teórica en la que la propia Iria les enseña todo lo que necesitan saber sobre viajar en bicicleta y en autosuficiencia; y una parte práctica, es decir, un viaje en grupo reducido en el que poner a prueba todo el conocimiento adquirido. Este 2024 en ‘Soy Cicloviajera’ el calendario viene cargado de propuestas.
Aventura extrema en Arizona
Este 2023 Cris ha podido cumplir otro nuevo reto: participar en un rally de mujeres en Arizona, el Komoot Women’s Arizona Rally 2023, junto a 75 mujeres de todo el mundo.
Komoot es una aplicación de rutas de una empresa alemana. Además de encontrar en ella rutas de otros usuarios en bicicleta, senderismo u otras actividades deportivas, también permite planificar itinerarios propios en la modalidad que se quiera. Desde hace unos años y en colaboración con Lael Wilcox, ciclista profesional en carreras de larga distancia y autosuficiencia, organizan rallies de mujeres en territorios de carreras de ultradistancia, con el objetivo de aumentar la participación de mujeres en esas carreras ofíciales. Su primer rally fue el de Turín a Niza.
Para participar en los ralis hay que apuntarse en cuanto abren la convocatoria, ya que lo solicitan miles de mujeres de todo el mundo y hay un cupo máximo de 75. La selección va por sorteo aunque en el caso de Cris, no obtuvo la plaza en un primer momento. “Tuve que encontrar a la persona adecuada dentro de la organización y pedirle que me convocasen si había alguna baja. Me presenté, le conté mi vida y viajes, le envié mi perfil de Instagram y algunos vídeos que he hecho. En definitiva, quise mostrarle que yo también trato de impulsar el empoderamiento de la mujer en bicicleta y que podría contribuir a generar contenido sobre este rally en particular” comenta la productora creativa.
La ruta ha sido por el desierto de Sonora, saliendo desde Tucson y recorriendo un total de 700 kilómetros con más de 7.500 metros de desnivel acumulado en un total de 8 etapas en formato de autosuficiencia. “Ha sido la experiencia más mágica de mi vida y lo más duro que he hecho nunca. He conocido a mujeres increíbles de todo el mundo y juntas nos hemos enfrentado a temperaturas muy calurosas durante el día y muy frías durante la noche, escasez de puntos para reabastecer agua y comida, pinchazos, caídas y problemas mecánicos… mujeres con las que también he compartido risas, cantos, historias alrededor de la hoguera y muchos más momentos que jamás olvidaré”, concluye.
Dando pasos hacia la igualdad
La bicicleta ha sido innumerables veces vehículo y altavoz del movimiento feminista. Ha habido mucha evolución desde que la mujer empezó a montar en bicicleta pero, en la actualidad, seguimos necesitando romper estereotipos porque “he viajado y pasado por pueblos en los que nos han dicho: ‘¿pero dónde vais solas?’ cuando íbamos 50 mujeres juntas. Ese comentario es porque no iba ningún hombre con nosotras”, cuenta la cicloviajera y añade “por desgracia es habitual que nos encontremos con hombres que gritan algún comentario fuera de lugar, se acercan a darnos consejos que no hemos pedido o simplemente nos miran de forma irrespetuosa”.