Un globo aerostático de fuego inaugura París 2024

España en la Ceremonia Inaugural en París 2024. Fuente: París 2024

España en la Ceremonia Inaugural en París 2024. Fuente: París 2024

El Sena abre el camino a los Juegos Olímpicos de París 2024 con una ceremonia de inauguración diferente, móvil, teatral y con la reivindicación del papel de la mujer como protagonista, además de la diversidad.

Laura Pérez Torres

Laura Pérez Torres

@lauraescreativa
26 de julio de 2024, 23:00

La tarde del viernes 26 de julio los Juegos de la XXXIII Olimpiada han dado de forma oficial su pistoletazo de salida en París con una ceremonia que se ha desarrollado a lo largo de su arteria principal, el río Sena, con una fiesta de agua y colores a través de 12 cuadros artísticos con el lema de la biodiversidad por bandera.

En el palco de honor, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, saludaban en unas gradas que circundaban un original estadio levantado de la nada en Trocadero.

‘Ah! ça ira’ -todo estará bien-, se reflejaba cuando sobre algunos puentes aparecía la bandera francesa en forma de humo azul, blanca y roja, sobrevolando el agua.

El desfile de los deportistas agrupó unas 94 embarcaciones para cada delegación nacional, equipadas con cámaras que han permitido a los telespectadores vivir de cerca la fiesta de cada país acompañadas por artísticas imágenes de juego de aguas y chorros que enmarcaban su camino.

De este a oeste, los participantes atravesaron el centro parisino hasta llegar al final de su recorrido de 6 km frente a Trocadero, donde han tenido lugar los actos del protocolo olímpico y los espectáculos que comenzaron con un rosado número de Lady Gaga vestida como vedette negro y con múltiples corazones de algodón y plumas.

El tramo de la ‘La vie en rose’ sembrada de imágenes con lugares emblemáticos franceses bañados de rosa durante ese recorrido y banderas olímpicas tintadas del mismo color bajo con la lluvia.

Mientras la antorcha seguía su camino por los tejados de París portada por un misterio personaje haciendo referencia al videojuego francés ‘Assassin’s Creed: Unity’, que pasa en la capital francesa durante la Revolución, y a la ‘Máscara de Hierro’. Atravesando el Sena a través de una tirolina.

Homenaje al Moulin Rouge, del siglo XIX, con centenares de bailarines mezclando música tecno seguido por una maravillosa actuación en Notre Dame sobre las medallas, sus fundas y un tributo a los parisinos y trabajadores de la restauración de la catedral.

El heavy metal del grupo francés Gojira acompañó con fuego al capítulo de la ‘Liberté’ donde las serpentinas rojas bañaron un decorado que recreaban el asalto a la toma de la Bastilla. Y acróbatas pintaron la lluvia de color con mágicas figuras y movimientos elegantes llenos de mensajes y ritmo con rebeldía y diversidad dibujando en el cielo un corazón.

La Guardia Republicana con el misterioso portador de la antorcha, quien encendió una mecha que abrió la puerta del Instituto de Francia por la que salió una dorada y emplumada Aya Nakamura, cantante, autora y compositora francesa de origen maliense. Tras ella el camino de la antorcha tuvo su parada en el Museo del Louvre con fantásticas animaciones de las obras que allí habitan cobrando vida.

Támara Echegoyen y Marcus Cooper lideraron a la delegación española. La regatista y el piragüista, los dos abanderados, que llegaron el mismo viernes a la capital francesa, han ondeado la bandera en el barco ‘Pierre Bellon’ que transportaba a los deportistas españoles, 190 hombres y 193 mujeres, con el rojo como color dominante por el Sena, junto al equipo olímpico de Estonia.

Un guiño al robo de la Mona Lisa en agosto de 1911 fue retratado mientras barco tras barco seguían trasladando a las diferentes delegaciones, incluyendo el equipo de refugiados, que saludaban a los asistentes en el recorrido acuático con enormes sonrisas y banderines pasados por agua.

Saltos por todas las artes

Fotografía, videojuegos, arte, literatura, televisión… homenaje con un viaje en el tiempo cinematográfico disfrazado de ciencia ficción o de ‘El principito’.

Minions en un submarino, 6ª secuencia de las 12, los pequeños clown amarillos simulando la práctica de diversas disciplinas mezclado con hitos de la historia dando el toque de humor en el ecuador de la ceremonia.

El himno nacional francés abrió el capítulo ‘Sororité’ -sororidad-, un reconocimiento a mujeres con esculturas de oro de todas las artes y ciencias de Francia. Mujeres intelectuales, políticas, deportistas, cineastas, literatas, periodistas, científicas… que abrieron camino y lo volvieron a hacer, marcando el sendero por los laterales del río.

La ‘Sportivité’ –deportividad-, en el puente de Los inválidos, con el juego de luz y sonido para homenajear a los deportes más modernos (BMX, Skate, gimnasia acrobática…) en pequeñas partes de los Jardines de Versalles representando en maquetas sobre el agua y cuyo broche puso Jakub Józef Orlinski, cantante de ópera polaco que baila break dance.

Jóvenes creadores franceses desfilaron con sus propios diseños por una alfombra roja disfrutando con un segmento impulsado con mucho baile por la música de la DJ francesa Barbara Butch, que también acompañó a las últimas 70 delegaciones con el punto y final puesto por los anfitriones, por el Equipo Olímpico Francés.

Jugando con la luz

Los deportistas desembarcaron en el escenario de una Torre Eiffel horizontal y se posicionaban en semicírculo para contemplar el momento clave de la ceremonia: el encendido del pebetero y el misterio del portador de la antorcha.

Unidos en la diversidad’, mensaje que brillaba con un auténtico espectáculo de luces aprovechando la noche parisina que convirtió los puentes sobre el Sena en verdaderos escenarios y los barcos en discotecas flotantes con temas carismáticos.

Como Dionisio apareció debajo de una bandeja de gran tamaño el cantante y guitarrista de jazz belga Philip Catherine para dar paso al último tramo: ‘Obscurité’ –oscuridad-, donde cayó la noche sobre París con un apagón general, donde refulgía una balsa a la deriva con un piano en llamas mecido por la melodía de ‘Imagine’ para subrayar la paz.

Un espectacular caballo metálico surcó las aguas del Sena con su jinete con la bandera olímpica como capa, salpicado de imágenes de Pierre de Coubertin, el francés que fuera fundador de los Juegos Olímpicos modernos y momentos icónicos a lo largo de todas las ediciones. Alas de luces se desplegaron para iluminarles el camino.

Los voluntarios desfilaron como protagonistas en Trocadero e hicieron un pasillo para dar la bienvenida a la amazona, que había cambiado el caballo de metal por un corcel blanco, y encabezó la marcha que finalizó con el izado de la bandera acompañado por el himno olímpico.

El Laurel Olímpico fue para Filippo Grandi, miembro de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, al que se le ha reconocido su labor en este ámbito, y que dedicó su premio a “todos los jóvenes que han tenido que abandonar sus hogares y que tienen el estatus de refugiados. Que no dejen de perseguir sus sueños”.

El presidente del Comité Organizador de París 2024, el triple campeón olímpico en piragüismo Tony Estanguet, junto a Tomas Bach, y bajo sendos paraguas, fueron los encargados con sus discursos de dar la bienvenida a los Juegos, que como destacaron, «son más sostenibles, más jóvenes y tiene paridad real entre hombres y mujeres». Macron inauguró los Juegos de la XXXIII Olimpiadas.

Zinedine Zidane fue el encargado de portar parte del último tramo de la antorcha saludando a la delegación francesa y como sorpresa apareció Rafa Nadal que recibió el testigo con una Torre Eiffel que cobró el mayor protagonista con los aros olímpicos, creados por el Barón de Coubertin en 1913, y su espectáculo de luces, que la convirtió en el auténtico faro de estos Juegos.

Nadal junto a otras leyendas del deporte mundial en un barco volvieron a recorrer el Sena y le dio la antorcha a la tenista Serena Williams, a la gimnasta Nadia Comaneci y al atleta Carl Lewis.

Amélie Mauresmo, la tenista francesa, portó la antorcha ya en tierra y se la dio al jugador de baloncesto Tony Parker haciendo un relevo grupal junto con deportistas paralímpicos y olímpicos como los jugadores de balonmano francesas Michaël Guigou y Alison Pino, entre muchos otros.

Los judocas franceses Marie-Ève Gahié y Teddy Riner fueron los encargados de encender el pebetero en forma de globo aerostático que con el calor del fuego se elevó a la noche parisina con la voz de Céline Dion desde la Torre Eiffel.

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