El rider malagueño llega a la ciudad rusa con más madurez, ilusión y con confianza tras su cuarto puesto en una Copa del Mundo. Representará a España junto a Lucas Eguíbar y Laro Herrero en la prueba de snowboardcross de los Juegos Olímpicos.

El malagueño Regino Hernández durante una prueba de snowboardcross | AD

Jesús Ortiz García
Actualizado: 10/02/2014 11:50 horas

En el corazón de la Costa del Sol, en una de las localidades con más días de sol al año, brilla un acróbata de la nieve. Desde Mijas llega a Sochi Regino Hernández, aunque la vida de este joven transcurre en el manto blanco entre Sierra Nevada y las estaciones de los países que visita para competir en snowboardcross, una modalidad donde los españoles empiezan a ser muy respetados. Después de sus últimos resultados en Copa del Mundo, derrocha optimismo y no descarta subir al podio en los Juegos Olímpicos.

«Siempre salgo al circuito a ganar y en Sochi puedo dar la sorpresa. En mi deporte la suerte juega un papel importante y si me acompaña voy a estar peleando por una medalla», asegura. «Las sensaciones son bastante positivas, llevo un ritmo de trabajo muy bueno, cada día voy mejorando y he dado un paso más entre los mejores», añade.

Nacido en Ceuta pero afincado en Málaga desde niño, este rider de grandes reflejos consiguió el pasado mes de enero un magnífico cuarto puesto en la Copa del Mundo de Lake Louise (Canadá). «Hasta entonces mi mejor resultado había sido un puesto 24, así que el que llegase este premio era cuestión de tiempo porque estoy trabajando a tope. Llevaba un par de años arrastrando una lesión de ligamentos cruzado y una distensión en la rodilla y ese cuarto lugar ha sido una dosis muy alta de autoestima», apunta.

Regino Hernández | AD

Hernández le otorga más mérito a su resultado teniendo en cuenta las mejores condiciones de las que gozan sus rivales. «Hay mucha diferencia entre los españoles y el resto. Este año por la falta de presupuesto hemos tenido 12 días de entrenamiento en la nieve antes de afrontar las competiciones y ese rodaje se nota. En cuanto al material, tenemos que preparar nuestras tablas mientras el resto cuentan con profesionales que se las arreglan», lamenta.

El rider andaluz confía en su buen momento aunque es consciente del nivel del resto de competidores. «Los 40 que estarán en las Olimpiadas son muy buenos, ya nos conocemos, está todo muy parejo y cualquiera puede ganar», dice. Eso sí, cree que el circuito les puede favorecer: «Es muy parecido al de Canadá, me gusta mucho, tiene bastantes módulos, saltos y movimientos, nos viene bien para nuestro estilo».

Mejorar la posición de Vancouver

Este deportista de 22 años que hizo historia en 2011 al conseguir el primer título mundial júnior de la historia para el snowboard español, ya participó en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010 y llegó a los octavos de final. A Sochi llega con más rodaje, más maduro y apuntando a cotas altas. «Han pasado 4 años, la poca experiencia me jugó una mala pasada ya que tuve una caída, pero ahora con más carreras, preparación física y técnica, estoy mentalmente a punto para rendir mejor», asegura.

Regino junto a varios riders | AD

En la modalidad de snowboardcross, un deporte que consiste en bajar en un minuto a velocidades que alcanzan los 90 kilómetros por hora en un circuito con todo tipo de obstáculos, le acompañarán Lucas Eguíbar y Laro Herrero. «Estamos en un nivel alto, cada vez nos tienen más miedo y hemos demostrado que si no cometemos errores y tenemos un buen día estaremos arriba. Lucas acaba de hacer un segundo puesto en Andorra, Laro llegó a semifinales el año pasado en una Copa del Mundo y van a dar guerra», explica.

Hernández confía en seguir progresando en un deporte que practica desde los 4 años cuando su padre, que tenía una tienda de deportes extremos, le regaló su primera tabla. En Sochi, al ritmo de la poesía de la calle de sus raperos favoritos como SFDK, Gordo Master, Tote King y algunos de sus amigos, sueña con estar en el podio olímpico. «Si no gano una medalla continuaré peleando. Lo que quiero es seguir disfrutando en un ambiente natural del momento de silencio al bajar por una pista y de la sensación de volar cuando salto», finaliza.