Paul de la Cuesta: «Me sentía cómodo, busqué el límite y lo sobrepasé»
El esquiador donostiarra se fracturó la tibia y el peroné en los entrenamientos de descenso de la Copa del Mundo de Wengen (Suiza) y espera regresar con más fuerzas.
Jesús Ortiz García
Actualizado: 20/01/2015 18:46
Paul de la Cuesta terminó el año logrando la medalla de bronce en la competición internacional Nor-Am Cup y empezó 2015 con un Top 15 en Copa de Europa en la prueba de descenso de esquí alpino en Wengen (Suiza). Pero hace unos días, en esa misma estación helvética, sufrió una grave caída y se fracturó la tibia y el peroné. «Cuando más cómodo me sentía, más te atreves a buscar el límite y en esta ocasión lo sobrepasé», lamenta el esquiador.
Fue intervenido con éxito en la Policlínica Gipuzkoa y ya tiene la mente puesta en una pronta recuperación. El donostiarra había empezado la temporada con buenas actuaciones, cada vez más rápido, con seguridad e ilusionado por las mejoras que había experimentado en cada bajada, pero en los metros finales del entrenamiento de Copa del Mundo todo se torció.
«El esquí exterior se me quedó enganchado y el interior se cerró, no pude reaccionar y salí disparado. No era consciente de la gravedad de la lesión en el momento en el que se produjo. Cuando conseguí desengancharme de las redes de protección me preguntaron si necesitaba helicóptero y les dije que no, que intentaría bajar esquiando. Aunque luego intenté apoyar el pie y tenía mucho dolor, así que tuvieron que evacuarme. Me quité la bota y vi varios bultos en el pie que no eran normales, sabía que algo no estaba en su sitio», relata.
Esta es la segunda lesión grave que sufre el esquiador español en su carrera deportiva: «Hace 10 años tuve una caída fuerte también en Francia, me rompí 4 costillas con neumotórax, pero hasta ahora me he mantenido bastante sano».
De la Cuesta estará unos 6 meses en el dique seco y se perderá el Mundial en Beaver Creek (Estados Unidos). «Lo que más me duele es no poder disputar el campeonato del mundo y también las carreras de esta semana en Kitzbuhel, Austria, una pista en la que aún no me he estrenado y tenía el sueño de poder competir allí. Es duro por el momento en el que ha llegado, cuando más confianza tenía y más cómodo estaba sobre los esquís, pero así es el deporte», añade.
El guipuzcoano ya piensa en el futuro y en volver a calzarse unos esquís, aunque sin prisas. «Tengo que estar un mes con escayola sin apoyar el pie, después rehabilitación y a partir del segundo mes vida normal sin deporte. Quiero cumplir los plazos y ver cómo evoluciona y responde la pierna. Lo importante es recuperarme bien, espero regresar con más ganas y fuerzas», apostilla.