Nuria Marqués, un diamante que se pule en el agua
Acaba de regresar del Europeo de natación con un botín de 7 medallas y con 17 años se ha convertido en una de las esperanzas del deporte paralímpico español: «Sueño con subir al podio en Río», dice.
Jesús Ortiz García
@JesusOrtizAD
11 de Mayo de 2016, 18:48
«Nunca olvides de sonreír porque el día que no sonrías, será un día perdido. Nada es imposible». Esa frase la lleva a rajatabla Nuria Marqués, un diamante de la natación española que derriba barreras con su tenacidad, competitividad y garra. A los 3 meses ya chapoteaba en una piscina cuando sus padres la llevaron por recomendación médica. Pocos preveían entonces el potencial de la pequeña. Con 9 competía con personas sin discapacidad y ahora, con 17 recién cumplidos, es una de las esperanzas del deporte paralímpico español.
La joven de Castellví de Rosanes (Barcelona) debutó en 2014 en Eindhoven en su primera cita continental con 4 metales y el año pasado repitió el mismo número de medallas en su estreno en un Mundial, en Glasgow. Hace unos días elevó el listón con 2 oros, 3 platas y 2 bronces en el Europeo de Portugal. Su imagen en el podio con una presea al cuello y con el peluche de la mascota del campeonato en la mano se repetía cada día. «En el aeropuerto ya regalé algunos a mi hermano y a mis amigas porque no me cabían en la maleta», bromea.
La medalla más especial fue el oro en los 100 espalda, donde batió el récord de Europa (1:09.51). «Desde siempre ha sido mi punto fuerte, mi mejor estilo y en los entrenamientos hago mucho hincapié en ella. Había preparado muy bien este campeonato para que se saliera lo mejor posible, pero no esperaba conseguir los mejores resultados porque la exigencia ha sido máxima, con un gran desgaste físico y mental», asegura.
La catalana se olvidó de su poca experiencia en grandes eventos internacionales, de estar ante las mejores del mundo y sólo pensó en disfrutar en el agua como lo lleva haciendo desde que con 9 meses la llevaron a la piscina. «El médico les dijo a mis padres que la natación me ayudaría a fortalecer la espalda, ya que nací con el fémur de la pierna izquierda más corto y no crecía de la misma forma que el de la derecha», relata.
Tras varias operaciones, con 9 años le amputaron el pie para colocar una prótesis para que pudiese andar bien. Con su primer entrenador, Ricardo Blanco, competía en el Club Natació Martorell con niños sin discapacidad, hasta que a los 11 conoció la natación adaptada. «No pensaba en las medallas, solo en divertirme», recalca. Nuria nunca se sintió diferente al resto: «La clave para llegar a este nivel ha sido trabajar con compañeros que no tienen discapacidad, nunca me vi inferior pese a no tener una pierna, siempre me han tratado como a una más y eso me ayudó a tener confianza y a superar cualquier límite».
Confianza para los Juegos de Río
La nadadora del Equipo AXA de Promesas Paralímpicas empezó a brillar bajo las órdenes de Juan Carlos Quevedo, con quien entrena en el Club Sant Feliu. En el Europeo de Funchal fue una de las reinas de la competición con 7 medallas. «En la mayoría de pruebas superé mis propias marcas y esto me da más fuerza de cara a los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro. Espero llegar al mejor nivel posible, consciente de que hay nadadoras muy potentes», apunta.
Entre sus máximas rivales está Sarai Gascón, una de las mejores del mundo en la categoría S9. «Cuando era pequeña la veía por televisión ganar medallas y me fijaba en ella, ahora nadar y competir con Sarai me da un plus de motivación para exigirme más», dice. Tímida fuera de la piscina, en el agua no se arruga ante nadie: «Soy muy competitiva, siempre intento darlo siempre todo, aunque los brazos ya no puedan más, nunca que me rindo y peleo hasta el final».
Todo va muy rápido para Nuria, que ya piensa en el momento de la ceremonia de inauguración de los Juegos en Brasil. «Será una experiencia única e inolvidable. En abril competí en Río y todo me pareció enorme, la piscina estaba muy bien, aunque faltan cosas por acabar. Las sensaciones fueron buenas y cuando las gradas estén llenas seguro que aparecerán los nervios porque es impresionante el centro acuático», cuenta. «Es un sueño el haber llegado a esta situación con 17 años y noto un poco más de presión por ir a los Juegos. No me obsesiono con las medallas, aunque sí sueño con subir al podio», matiza.
En las próximas semanas doblará las sesiones de entrenamientos para llegar en plena forma a la cita de septiembre. «Ahora entreno 2 horas al día ya que estoy estudiando 1º de Bachillerato Científico», comenta. Nuria es muy polivalente y en Río nadará los 100 espalda, 50, 100 y 400 libres, 100 mariposa, 200 estilos y relevos con el equipo. «El nivel es alto pero me voy a esforzar al máximo y voy a luchar para estar a la misma altura o mejor que mis rivales. En el 100 espalda es donde tengo más posibilidades de medalla, estoy cerca de la australiana Ellie Cole, que tiene récord del mundo (1:08.67). Y en el 400 libres también estoy bien posicionada», añade.
Serán los primeros Juegos para Nuria y los últimos para Teresa Perales, la deportista española más laureada con 22 medallas paralímpicas: «Es un modelo a seguir tanto en lo personal como en lo deportivo, da ejemplo a los que estamos empezando en la natación por su constancia y sacrificio. En cada concentración nos da mucho apoyo moral, es una gran persona y lo que me resulta más destacable es que siempre está feliz aunque le salgan mal las cosas. Me dice que disfrute de cada campeonato». Y eso hará en Río de Janeiro Nuria Marqués, una de las esperanzas de la natación española.