El tenista balear lideró al equipo español en la permanencia de la Copa Davis sin apenas descanso tras ganar el US Open y ahora ya piensa en su próximo reto: reconquistar el número 1 que el serbio le arrebató en junio de 2011.

Los miembros del equipo español de tenis. RFET

Jesús Ortiz García

Después de alcanzar el cielo al conquistar el US Open, el ‘jet lag’, las pocas horas de sueño y el cambio de la pista rápida a la tierra batida, no han sido obstáculos para que Rafa Nadal pasara como un huracán por la Caja Mágica de Madrid para ayudar a España a lograr la permanencia en el Grupo Mundial de la Copa Davis. El de Manacor realizó un gran esfuerzo tras una dura gira norteamericana para estar junto a sus compañeros en la eliminatoria contra Ucrania, que se saldó con un 5-0 para los españoles.

El tenista, que sólo ha perdido un partido en la Davis de 21 jugados, el de su debut en 2004, se enfrentó a Sergiy Stakhovsky, número 92 del ranking ATP, al que arrasó sobre la arena. Antes, Fernando Verdasco se impuso al número 1 ucraniano Alexander Dolgopolov. El punto definitivo lo logró la pareja formada por Nadal y Marc López en los dobles.

El jugador balear volvía a enfundarse la elástica de la selección dos años después, pero es consciente de que su participación no ha sido favorable para su estado físico. «Estoy encantado de defender a mi país, me encanta jugar en equipo, me comprometí hace tiempo y he cumplido, pero lo que he hecho no es lo más adecuado, un cambio de superficie tan drástico en muy poco tiempo», razonó.

Tras proclamarse en la Gran Manzana neoyorquina campeón del US Open, el próximo reto del hombre de los 13 Grand Slam y los 60 títulos es reconquistar el número 1 que perdió en junio de 2011 ante Djokovic, al que sólo le diferencian 120 puntos en la clasificación de la ATP. El español le ha recortado al tenista serbio 2.000 puntos y ya amenaza  a su gran rival en los torneos de Pekín y Shanghai. «Me gustaría poder aprovechar la oportunidad y voy a pelear por ello», señaló respecto al asalto del trono.

Cuando muchos dudaban de que volviese a demostrar su talento y mejor juego tras estar 7 meses de baja con una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis, el balear regresó con más fuerza y en 2013 se ha mostrado como un titan sobre la pista.

Rafa Nadal posa junto al título US Open. AD

Esta temporada Nadal ha disputado 13 torneos en los que ha jugado 12 finales (sólo cayó en Wimbledon en primera ronda), ha ganado 10 títulos y suma 62 victorias por 3 derrotas. Todo ello tras superar momentos de incertidumbre e impotencia por culpa de los problemas físicos. Por eso ha sido uno de los años más especiales para el tenista.

El balance espectacular que acumula esta campaña le ha permitido pasar del número 5 que ostentaba a comienzos de 2013 hasta el puesto 2 que alcanzó en agosto. Nadal le arrebataría la corona a Djokovic si alcanza las semifinales en Pekín en octubre, precisamente la misma ciudad que le vio amanecer por primera vez como número 1, en agosto de 2008.

«Nunca he luchado por el número 1. O lo eres o no lo eres. He intentado cada día hacer las cosas lo mejor posible y si al final tienes oportunidad de serlo, bienvenido sea. Lo realmente bonito es terminar a final de año siendo el mejor«, apuntó Nadal tras ganar en el cemento de Nueva York.

Cerca de Pete Sampras y Roger Federer

El de Manacor es consciente de que está a un paso de los 14 Grand Slam de Pete Sampras y de los 17 que ostenta Roger Federer, un techo que puede alcanzar si mantiene su hegemonía en su territorio favorito: la arcilla de París. «Nunca pensé que algo así podría pasarme, es mucho más de lo que jamás soñé. Sólo quería volver a los torneos y ser competitivo», comentó Nadal.

Para el ganador de 8 Roland Garros, 2 Wimbledon, 2 US Open y un Abierto de Australia, las cuentas son posibles siempre que las lesiones le respeten.  Su rodilla, que lo mantuvo fuera de competición 7 meses, parece la única que puede evitar que Nadal se convierta en el jugador con más Grand Slam de la historia.