María Bernabéu, el futuro del judo español

La judoca española María Bernabéu.

La judoca salmantina, tras su diploma olímpico en los Juegos de Río 2016, se prepara para el Mundial que se celebrará en Budapest  este año.

Avance Deportivo

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@deportivoavance
20 de febrero de 2017, 11:00

María Bernabéu nació en Salamanca y, siendo aún una niña, se trasladó a Alicante empujada por el nuevo destino de su padre, guardia civil. Fue allí donde, con tan solo 6 años, llegó al mundo del judo. Aunque el judo no llegaría a ella hasta un poco más tarde. “Al principio no me gustaba, iba obligada por mi madre, pero poco a poco, y casi sin querer, me enganché”, confiesa.

María comenzó a disfrutar con la competición, a canalizar sus cualidades físicas sobre el tatami y a saborear el triunfo en las categorías inferiores de los campeonatos de España. “El judo dejó de ser solo un deporte y se convirtió en mi estilo de vida”.

Pronto reconoció que el trabajo, el esfuerzo y las ganas de superarse a sí misma serían el motor de su prometedora carrera. Y de su vida. “Si una persona trabaja, los resultados acaban llegando”. Sustentada en su familia como principal pilar desde donde cimentar el éxito, María ha invertido muchas horas de entrenamiento diario, soportado gracias al aliento de las victorias, y también de las derrotas.

Cuando en 2015 se proclamó subcampeona del Mundo en Astaná (Kazajistán) pensó: “Ya no soy una promesa, soy una realidad”. Entonces estaba entre las mejores, dando un golpe de autoridad a pocos meses de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Llegó a Brasil con la confianza por las nubes y con la presión de ser seria opción de medalla para un deporte que no toca metal desde el oro de Isabel Fernández en Sydney 2000. Un momento de debilidad en el último suspiro del combate la privó de su objetivo. Cayó eliminada tras haber rozado con las manos la medalla. “Perder la medalla en los JJOO fue para mí un bache muy gordo. Cuando ves que lo tienes tan cerca, cuando ves a tu alcance una medalla olímpica y la pierdes a tan poco, es algo muy duro. Pero tienes que pensar: he estado ahí y he dado el cien por cien. Tengo que estar superorgullosa. He estado ahí y lo puedo hacer mejor”.

Su mensaje ante la adversidad es una muestra más del afán de superación que guía su camino. “Las dificultades y los momentos duros en el deporte sirven para aprender que el esfuerzo merece la pena. Hay que sacar lo mejor de cada experiencia, tanto negativa como positiva, seguir adelante y recordar todo lo bueno que nos ha aportado el deporte”, asegura.

La decepción olímpica pasó y Río ya queda lejos para una deportista que encuentra su motivación en “el reto del día a día”. “Tengo bastante fe en Dios y, con la ayuda de mi familia y amigos, y la confianza de mi entrenador, Carlos Montero, afronto mis nuevas metas”, reconoce. “Para ello es importante no ponerse límites”.

Montero es su faro. Llevan diez años trabajando juntos. “Cruzamos una mirada y ya nos decimos todo”, asegura María. Ambos ya preparan en el CAR de Madrid el próximo Campeonato del Mundo de Budapest que se disputará a finales de agosto. “En este centro tenemos todo al alcance, es muy cómodo. Yo he viajado por Europa y por el Mundo y creo que en Madrid tenemos una de las mejores instalaciones”.

Para María Bernabéu la formación integral del deportista debe completarse con los estudios académicos. Ella cursa la carrera de Derecho y reconoce que es sacrificado compaginar deporte y universidad. “Pero cuando haces dos cosas que te gustan y quieres llegar lejos en ambas, encuentras el tiempo y la motivación suficientes para tirar hacia adelante con ellas. Es un trabajo duro, pero no es en vano”.

A sus 28 años, la joven realidad del judo español trasmite la serenidad de quien sabe lo que quiere y cómo lograrlo. El judo ha marcado su forma de ser, de comportarse. Tiene claro que “un buen judoca debe llevar fuera del tatami los valores de respeto e integridad que enseña este deporte”. Todo un estilo de vida.

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