El navarro Manu Quijera antes de lanzar la jabalina. Fuente: AD

El deportista navarro de 16 años del club Pamplona Atlético representará a España en esta prueba de lanzamiento en los Juegos Olímpicos de Nanjing (China).

Jesús Ortiz García

Cuando en verano sus padres le llevaban a la playa, a Manu Quijera le gustaba competir con su hermano Nico a ver quién llegaba más lejos lanzando piedras al mar. Ahora, a sus 16 años se ha convertido en una promesa del atletismo utilizando esa técnica natural para hacer volar un artefacto tan complicado como la jabalina. «De pequeño me encantaba tirar objetos y cuando iba a una pista para ver a mi padre, que era atleta de 400 metros, siempre me fijaba en esa lanza, hasta que la probé y me enganchó», relata.

El joven se enroló en el club Pamplona Atlético y desde entonces su progresión ha sido meteórica. La pasada temporada fue campeón de España cadete con un registro de 63.21 y este año ratificó su buen momento con el oro nacional juvenil (68.31 metros) y con una gran actuación en los Trials europeos en Bakú (Azerbaiján), donde los mejores del continente se enfrentaban por las plazas para los Juegos Olímpicos de la Juventud. Y Manu logró su billete para Nanjing (China) tras un lanzamiento de 66 metros con la jabalina de 600 gramos.

Manu Quijera con la jabalina. Fuente: AD

«El objetivo era hacer marcas, pero mi sorpresa fue cuando quedé 7º y me clasifiqué. Iba con la idea de dar lo máximo, pero no creí que llegaría tan lejos. Esto supone un plus de motivación para afrontar estos Juegos, estoy con muchas ganas», comenta. El pupilo de Idoia Mariezcurrena se prepara para la gran cita olímpica con 3 horas diarias de entrenamientos: «Estoy a tope aunque la temporada se me está haciendo un poco larga. Menos mal que mi entrenadora me ayuda a llevarme por buen camino, confía en mis posibilidades».

Sin presión y a disfrutar

En tierras asiáticas afronta su mayor reto como deportista cargado de ilusión y desparpajo, aunque consciente de que la pelea por una medalla está complicada. «No voy con presión, iré antes a disfrutar que a competir, mi premio ya lo conseguí con la clasificación, aunque si me sale una buena prueba y logro alcanzar los 70 metros, estaré entre los 8 primeros», apunta.

Una marca a la que se ha acercado este año, cuando batió su propio récord navarro juvenil de jabalina (antes lo tenía su hermano Nico), con un lanzamiento de 68,31 metros en Valladolid. El próximo que le gustaría batir es el que posee Pablo Bugallo, con 76 metros: «Aún me quedan 2 años como juvenil, tengo margen, aunque no me obsesiona, todo se verá. Es cuestión de mantener la motivación y esforzarse». Con disciplina, talento y sacrificio, Manu trabaja cada día para cumplir muchos sueños, el primero, hacer volar su jabalina por el estadio olímpico de Nanjing.