Los Zarzuela, reyes bajo los aros
Los jerezanos Alejandro y Pablo Zarzuela son dos de los mejores jugadores de baloncesto en silla de ruedas, lo han ganado todo con el CD Ilunion y este año sueñan con conquistar la Champions de clubes y una medalla con España en Río.
Jesús Ortiz García
@JesusOrtizAD
1 de Marzo de 2016, 18:02
Sus primeras canastas fueron en Jerez, crecieron con el ONCE Andalucía y se han consagrado con el CD Ilunion, equipo con el que acaban de conquistar la Copa del Rey. Los gemelos Alejandro y Pablo Zarzuela, los ‘Zipi y Zape’ del baloncesto en silla de ruedas, son los reyes en el parquet, pilares del club madrileño y de la selección española, poseen un palmarés brillante pero ambicionan alcanzar varios sueños más: la Champions Cup y una medalla en los Juegos Paralímpicos de Río.
Las travesuras y el talento con el balón de este tándem ha contribuido a construir la hegemonía del Ilunion. El Ilunion, rey de copas y va lanzado en Liga, donde está invicto. «El equipo está con mucho ritmo, lleva años en la cumbre, se está invirtiendo dinero en formar una buena plantilla para ganar la Copa de Europa, por tanto, eso repercute que en España seamos tan potentes», asegura Alejandro. «Tenemos un equipo con mucho nivel, aunque cada año nos ponen las cosas más difíciles, los clubes se refuerzan mejor y nos conocen bien», matiza Pablo.
Nadie discute el gobierno de Ilunion en la competición doméstica, pero en la Euroliga se han quedado a las puertas de la gloria varias veces, así que el título se ha convertido en casi una obsesión. «Lo tenemos entre ceja y ceja, los fichajes y los cambios técnico-táctico que realiza el club van encaminados a dar un paso más que nos lleve a conseguirlo», dice el pívot andaluz. «Nos falta esa guinda, ya llevo 2 subcampeonatos consecutivos y hay que ganarla ya. Espero que este sea nuestro año, hemos reforzado al equipo con la vuelta de Álex y las incorporaciones de Rodney Hawkins, Ángel Silvela y Vicky Pérez, que nos darán ese salto necesario para dar la sorpresa», añade Pablo.
Inseparables dentro y fuera de la pista
Nacieron con espina bífida -sin protección ósea en la médula-, una enfermedad que no les permite andar sin ayuda de muletas o de una silla de ruedas. Alejandro, considerado uno de los mejores del mundo, practicaba el tiro con arco pero tras ver a su hermano en un entrenamiento de baloncesto acabó cambiando las flechas por el balón. «Desde entonces no hemos parado y no nos ha ido mal», bromea.
Llevan 16 años de carrera deportiva y tan sólo 3 temporadas han estado en equipos diferentes, el último, el pasado curso en el que Alejandro fichó por el Galatasaray en busca de un proyecto ambicioso que se tornó en pesadilla por la mala situación económica del conjunto turco. «La experiencia fue positiva en el aspecto deportivo, los entrenamientos eran con un ritmo muy alto y con mucha exigencia, la ciudad me maravilló, fue una pasión, excepto el tráfico, que era caótico. No nos pagaron y eso llevó a mentiras, lo pasé mal y decidí volver», relata el ‘9’ del Ilunion.
Pablo es el que más se alegra de su regreso a España, no sólo por compartir pista sino por ser su mayor apoyo: «Mi hermano es una prolongación mía, es un pilar en mi vida y se notó mucho su ausencia, cuando estoy mal él sabe como activarme. Se me hizo raro cuando miraba a mi lado y no le veía, es el jugador con el que mejor me entiendo en la cancha, sólo con mirarnos ya sabemos qué nos queremos decir». «Eso sí, nos exigimos mucho. A veces discutimos demasiado, tenemos nuestras peleas, pero porque siempre queremos ser mejores», apunta Alejandro.
Entienden el baloncesto con la misma filosofía, pero son algo distintos en cuanto al juego que ofrecen. Pablo es más versátil y Alejandro es un martillo pilón, el vigía de los aros. «Pablo es muy completo, gran defensor, con buena capacidad de movilidad de la silla. Tiene la virtud de llevar el balón con seguridad y buen tiro exterior». «Álex es el jugador más dominante del mundo en el juego interior, ahí es imparable. Su balance de defensa-ataque es muy fuerte, es un ‘killer’ en la pintura», se analizan el uno al otro.
Con la selección a Río
Han encabezado una generación que marcó diferencias en España, con 2 oros en el Europeo sub 22, una plata en el Mundial sub 23 y 2 bronces en europeos absoutos. Pero el sueño de los Zarzuela es compartir unos Juegos Paralímpicos. En Londres 2012 solo estuvo Alejandro, ya que una escara en el glúteo impidió ir a su hermano: «Fue algo indescriptible, pero a la vez una felicidad incompleta, me faltaron Pablo, mi padre -Juan Miguel-, al que un fallo de organización de la Federación le privó de sus terceros Juegos, y también Vicky Pérez, mi mujer, ya que la selección femenina de baloncesto no se clasificó». En Río, Pablo quiere quitarse esa espinita: «Cuando se me trunca la oportunidad de ir, mi primera frase fue: ‘No pienso aplazar mi sueño más de 4 años’. Ya estamos clasificados y sólo falta trabajar y cuidarme para no lesionarme».
El billete para Brasil costó trabajo y se logró en la última posibilidad tras quedar en 5ª posición en el Europeo. «Fuimos competitivos pero nos faltó regularidad durante los 40 minutos. Hemos tenido un relevo generacional y un cambio de técnicos, se han retirado grandes jugadores como Diego de Paz o Maki García, aunque tenemos un gran bloque», insiste Pablo. Para su gemelo, la ‘ÑBA’ sobre ruedas destaca «por la dura defensa, dejamos al rival en menos de 50 ó 60 puntos. Es una selección muy polivalente con jugadores que en cuanto activan el conector, son imparables. Nos falta desparpajo y confianza».
Alejandro se muestra cauto para los Juegos Paralímpicos, «hay que ir paso a paso, fijarse primero en el grupo que nos toque y una vez en la siguiente fase, soñar en grande». Mientras que Pablo lo tiene claro: «Nunca juego para perder, quien quiera ganarle a España una medalla tendrá que sudar porque lo vamos a poner difícil. Si hacemos un buen trabajo podemos dar un susto a cualquier equipo y llegar al podio».