Los Hispanos pelearán por el bronce

Hispanos. Fuente: COE

Hispanos. Fuente: COE

La selección española masculina de balonmano ha perdido en la semifinal del torneo olímpico de París 2024 con Alemania 25-24.

Avance Deportivo

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@deportivoavance
10 de agosto de 2024, 00:00

Los Hispanos se enfrentaban a Alemania para meterse en la final de los Juegos Olímpicos de París 2024. Pero el partido iba más allá que pelear contra los teutones, era luchar contra la historia, romper el maleficio y meterse por primera vez en nuestra historia en ese partido por el oro. Pero Andreas Wolff se encargó de quitarnos la miel cuando la teníamos en los labios. Con 22 paradas, el guardameta cerró el partido para el 25:24 que daba a los alemanes la opción de luchar por la medalla que más brilla. El domingo, no obstante, los pupilos de Jordi Ribera volverán a pelear por colgarse el bronce.

Con las lecciones aprendidas en ambos lados del cuadrilátero tras el primer asalto de la Preliminary Round, los dos púgiles saltaban al Estadio Pierre Mauroy buscando un puesto en la gran final del domingo. Con tanto estudiando, no sorprendió en absoluto las dos variables que marcaron los primeros 30 minutos: un Andreas Wolff descomunal y una defensa de España muy sólida. El guardameta alemán frenó en seco a los Hispanos, obligando incluso a Jordi Ribera a pedir tiempo tras cinco minutos de encuentro, y llevó a que los pupilos de Alfred Gilnason se llevasen la primera ventaja tras diez minutos con el 5:3.

La descomunal actuación de Wolff tapaba la de un Gonzalo Pérez de Vargas que, poquito a poquito, iba frenando a los alemanes. Desde las paradas del toledano comenzó a crecerse una Selección española que puso el cerrojo y hacía que cada ataque posicional fuese una tortura para Alemania. Con Juri Knorr y Renars Urcins maniatados, la ventaja teutona volvió a la máxima igualada (6:6), hasta que una exclusión sobre Jorge Maqueda cambió el devenir de la primera mitad, con un parcial de +4 hasta el 10:6 pasado el ecuador del primer tiempo.

Pero estos jugadores están hechos de otra pasta, nunca bajan los brazos y nunca se rinden. Con muchos brotes verdes, el juego de los Hispanos, quitando las imprecisiones delante de Andreas Wolff, estaba siendo como para llevar ventaja en el marcador. Alemania daba muestras, a cada minuto que pasaba, de su incomodidad en pista, y eso llevó a que España se lo creyese. Unas buenas acciones defensivas rematadas por Kauldi Odriozola y Dani Fernández dejaban el marcador en un 12:12 al descanso que dejaba patente la capacidad de resistencia que tiene este grupo.

Wolff decide para Alemania

30 minutos para asegurar la medalla, para colarse en una final de los Juegos Olímpicos, siendo así la primera vez que lo lográsemos. Bien valía sufrir cada segundo y cada gota de sudor del tiempo que le restaba al partido. Alemania salió al encuentro queriendo dominar, más dura en defensa y encontrando, por primera vez en el duelo, a Renars Urcins. Junto a Christoph Steinert y Andreas Wolff, volvieron a obtener esa mini ventaja de dos goles con el 18:16 en los primeros compases de la segunda mitad, y con Gonzalo Pérez de Vargas evitando que se fuesen de más.

Los Hispanos se tenían que poner el mono de trabajo, y en eso jamás se les caen los anillos. Ian Tarrafeta apareció sumando tres goles de forma consecutiva, y se apuntó a la fiesta bajo palos un Rodrigo Corrales que sustituyó al portero del Barça para buscar cambiar la tendencia; finalmente, el marcador volvería a la igualada con el 20:20 tras traspasar el cénit de los segundos 30 minutos. Quedaba un auténtico thriller para el final.

Los últimos 10 minutos supusieron un intercambio de golpes. España cogió ventaja de un gol, todo construido desde una defensa numantina que hacía que se le atragantase a la Selección alemana. Pero Wolff tenía otros planes para el devenir del encuentro. Cuando estaba todo de cara para que los Hispanos lo rompiesen del todo, siempre sacaba un pie o una mano que daba vida extra a los suyos. Golpe a golpe, se llegaba al final del encuentro con el 25:24 en el marcador.

El último minuto dio vida a la Selección española. Los pupilos de Jordi Ribera hicieron lo que tenían que hacer: defendieron, no flaquearon, y Pérez de Vargas, con una nueva parada, dio la opción de forzar la prórroga. Pero el reloj jugó en nuestra contra. Agustín Casado lo intentó sobre la bocina, pero el balón se estrelló en la defensa, saliendo por la línea y dando la opción de córner, pero con el inexorable paso del tiempo, cruelmente, certificando que el 60:00 brillaba en el electrónico, dando el paso a la final a los alemanes con ese definitivo 25:24.

El domingo, esta increíble generación de jugadores volverá a pelear por colgarse un bronce al cuello. Cierto es que volvemos a no pelear por el oro, por esa medalla que más brilla y que todos quieren, pero este elenco de jugadores, con Jordi Ribera a la cabeza, vuelve a estar en la pomada por ser el mejor equipo del mundo. Los Hispanos certifican de nuevo el porqué de ese nombre y todo lo que lleva intrínseco: el ADN de estos jugadores no conoce otra cosa que sea pelear hasta el final y para siempre. La presea nos aguarda.

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