La trotamundos que surca el cielo con los esquís
Katia Griffiths lleva a España al debut olímpico del freestyle en ‘halfpipe’, una combinación de arte y adrenalina con acrobacias en el aire.
Jesús Ortiz García
A los esquís siempre le acompaña un calendario y el mapa del tiempo para buscar los lugares más blancos e instalaciones idóneas donde poder entrenar y competir. Como muchos otros atletas españoles de deportes de invierno, Katia Griffiths tiene que emigrar con la maleta cargada de ilusión y sacrificio para mantener encendida la llama de su sueño profesional. Pionera en España en la modalidad de ‘freestyle’, un cóctel de arte y adrenalina en el ‘halfpipe’, es una trotamundos que surca el cielo con sus acrobacias.
Hace 33 años nació en Londrés, de padre inglés y de madre gallega, su primer contacto con la nieve fue en la estación de Pas de la Casa, en Andorra. Su talento se fraguó entre las montañas de Estados Unidos y Nueva Zelanda, aunque terminó federándose en Navarra porque era la única comunidad que tenía un programa más orientado a esta disciplina. Su meta era representar a España en unas Olimpiadas y lo ha conseguido.
En Laax (Suiza) ha terminado de pulir sus armas y ahora viaja a Sochi para plasmar su sueño en el medio tubo de hielo, en una disciplina que irrumpirá por primera vez en el programa olímpico en la ciudad rusa. «Estoy con mucha ilusión de poder participar en los primeros Juegos Olímpicos de nuestra modalidad. Ha sido una temporada muy larga con mucha preparación y algunos altibajos, pero con muchas ganas de disfrutarlos», explica.
La esquiadora asegura que no acude a la cita con especial presión y aunque se ve con opciones de estar entre las finalistas, prefiere ser cauta y disfrutar de la ocasión: «Este deporte depende de muchos factores, todo el mundo sueña con una medalla, pero por ahora solamente pienso en esquiar lo mejor posible el día de la competición y hacer la ronda que quiero».
Por una rampa de hielo de unos 7 metros de altura en forma de U y en 2 bajadas de 30 segundos, Griffiths reta a la gravedad para dibujar figuras en el aire con trucos y piruetas que realiza sobre una elevación de entre 2 y 3 metros por encima del tubo. Los jueces puntúan según la amplitud, dificultad, ejecución técnica y riesgo. «En Sochi haré unos 6 saltos y espero poner en práctica alguna cosa nueva», adelanta. «Es una sensación increíble, lograr un salto en la nieve tras practicarlo y pensarlo engancha mucho», añade.
Lesión superada
Se sumó al carro del ‘halfpipe’ hace 5 años, cuando aún era un deporte por explorar. De hecho, Griffiths compite desde antes de que se creara la Copa del Mundo, en torneos no profesionales. Desde entonces su carrera ha sido meteórica y ha logrado los puntos necesarios para sellar el billete a las Olimpiadas. No fue un camino sencillo, ya que además de plantar batalla a sus rivales tuvo que lidiar con una lesión.
«Hace una temporada que no tengo resultados muy destacados, las lesiones me han costado un poco de tiempo y confianza. Mi mejor puesto ha sido el 15 en Calgary (Canadá), haciendo una ronda muy sencilla y segura para no empeorar la lesión. Tuve una caída el día antes de la primera Copa del Mundo en Copper Mountain (EE.UU.) que acabó en una fisura de la meseta tibial. Me tomé unas semanas de descanso y trabajé mucho con mi fisioterapeuta para poder competir y conservar la clasificación para Sochi. Ya estoy recuperada y espero lograr un resultado mejor», comenta.
Con confianza en sus habilidades y una gran dosis de perseverancia, la esquiadora lleva a España al debut olímpico del ‘halfpipe’ con esquís tras un largo camino y duro trabajo. En el circuito ruso a orillas del mar Negro espera refrendar su talento y hacerse un hueco entre las mejores.
Londres, 4-8-1980
Puesto 15 en la Copa del Mundo en Calgary en 2014; quinta en la Copa del Mundo de Kreischberg (Austria) en 2011. Ganó la Copa de Francia en 2011 y durante 2006 y 2007 el Bouygues Telecom Halfpipe tour de Francia