La tecnología, un arma para evitar lesiones
El uso de la Medicina y la Tecnología en el CAR de Madrid, que se lleva a cabo en la unidad de Control del Rendimiento del Centro de Medicina del Deporte, consigue incrementar el rendimiento de los deportistas españoles y evitar lesiones.
Avance Deportivo
@deportivoavance
9 de junio de 2017, 23:00
La metodología de trabajo de la unidad es sencilla: se fija una reunión con el cuerpo técnico del equipo o deportista en cuestión donde los entrenadores trasladan a los miembros de la Unidad de Control del Rendimiento qué aspectos de la preparación de sus pupilos quieren mejorar. Tras una valoración inicial, los deportistas se someten a estos estudios. A los pocos días se obtienen los resultados: los ajustes en la prescripción de entrenamiento, en el control de las cargas de trabajo y de la recuperación del deportista para optimizar el rendimiento y mejorar sus condiciones físicas y técnicas.
Este es el objetivo fundamental de una unidad integrada en la estructura del Centro de Medicina del Deporte del CAR de Madrid y que cuenta con apenas tres años de vida. La unidad de Control del Rendimiento surgió a raíz de la demanda de entrenadores y deportistas que buscaban dar un paso más en su preparación. “Además del apoyo médico del resto de unidades del Centro y en coordinación con ellas, se buscaba un soporte más dirigido al rendimiento deportivo específicamente”, asegura el responsable de este departamento y médico especialista en Medicina Deportiva, Zigor Montalvo.
“El control de la carga interna de entrenamiento de los deportistas es un trabajo diario. Lo medimos a través de la toma de la variabilidad cardíaca, percepción subjetiva de esfuerzo, test de salto, mediciones tensiomiográficas y controles bioquímicos. Con todo ese conjunto podemos valorar cómo de cansado está el deportista y cuáles son las cargas de entrenamiento que se deben prescribir en ese día”, asegura el doctor Montalvo. En la actualidad, junto al doctor, trabajan los especialistas Guillermo Sánchez y Elaia Torrontegui, con la colaboración activa en labores de investigación de Pedro Valenzuela.
El uso de avanzadas metodologías, modernos equipamientos y búsquedas bibliográficas continuas permite a esta unidad estar al día y actualizar conocimientos de manera continua. “En ocasiones recibimos cesiones de casas comerciales para testar aparatos que no podemos comprar, pero de los que se pueden beneficiar nuestros deportistas”.
Estos días, por ejemplo, prueban una máquina de presoterapia pulsátil sincronizada con el latido cardiaco que cuenta con unos dispositivos neumáticos para meter las piernas. Ejerce presión sobre ellas en la diástole y relaja en el momento de la sístole cardiaca. Con ello se busca que desde el endotelio vascular se libere óxido nítrico (que es un potente vasodilatador) provocando la llegada de más sangre al músculo y, en teoría, favoreciendo la recuperación muscular. Para ver si esto es real están realizando un proyecto de estudio con doce triatletas. En los próximos días estarán los resultados.
Para el director del Centro de Medicina del Deporte y médico especialista en Medicina Deportiva, Fernando Gutiérrez, es una unidad “con una gran potencialidad”. Tiene permanente relación con el resto de departamentos y en especial con el de Fisiología del Esfuerzo o con el Laboratorio Clínico. “Está ubicada dentro del centro, pero también se desplaza con sus equipamientos por las zonas de entrenamientos del CAR, para analizar el trabajo diario de los deportistas”, asegura.
La conexión con otros departamentos es fundamental para el desarrollo de su trabajo. El doctor Montalvo pone un ejemplo: “Recientemente hemos tenido una colaboración muy estrecha con el departamento de Imagen y Dinámica Postural. Esta unidad detectó un problema en los jugadores de tenis de mesa. Una lesión de disquinesia escapular que se repetía con cierta frecuencia. Nos pidieron una evaluación más exhaustiva de los miembros del equipo para realizar una prescripción de ejercicio individualizada y así atajar este problema. Filmamos y analizamos a todos los jugadores en distintos ejercicios durante varios días. Estuvimos viendo sus características de entrenamiento y propusimos una serie de ejercicios correctivos”. La semana próxima se someterán a unas sesiones dirigidas para mejorar sus vicios posturales y encontrar una dinámica de ejercicios que evite este tipo de lesiones.
La unidad de Control del Rendimiento del Centro de Medicina del Deporte ha tenido, desde su creación, una gran aceptación entre los deportistas del CAR de Madrid. Campeones como Carolina Marín, Marcus Cooper o Damián Quintero han pasado por su consulta. Con algunos deportes, como bádminton y taekwondo, se ha trabajado de forma muy estrecha. También con triatlón, piragüismo, waterpolo, gimnasia artística, rugby, karate, tenis de mesa, judo o lucha. Esgrima es la última de las federaciones que ha solicitado asesoramiento.
En la alta competición, en la élite del deporte, cualquier mejora, por mínima que sea, puede ser determinante. “Quizá no seamos nosotros los más indicados para medir la incidencia de nuestro trabajo en el resultado final del deportista. Es una pregunta más dirigida a los deportistas y entrenadores. Pero si podemos aportar algo a su preparación y eso ayuda a que sean mejores nos damos por satisfechos. A veces una pequeña aportación marca la diferencia entre quedar primero o décimo en una competición”, dice el doctor Montalvo.
Toca pues trasladar la pregunta al entrenador del mejor karateca malagueño, Damián Quintero y de la tricampeona de Europa Sandra Sánchez, ambos en la modalidad de Kata. Para Jesús del Moral el control del rendimiento de sus deportistas es fundamental. “Estuvimos en esta unidad al principio de temporada y hemos hecho ahora una segunda consulta para ver si ha habido una evolución y si se está mejorando”. Se muestra tajante: “Sí, ha habido evolución. Se están mejorando los resultados, lo que certifica que estamos haciendo las cosas bien, estamos por el buen camino”.
Damián y Sandra viajarán en una semana a Polonia para disputar los World Games, después de asaltar de nuevo, hace apenas cinco días, el cetro europeo. Pero antes, los dos completan disciplinariamente todos los test de producción de fuerza en distintos ejercicios que Guillermo y Elaia indican tras la pantalla de sus equipos. “No tengo mucha idea de cómo funcionan estas máquinas, yo si quieres te cuento como vuela un avión comercial de varias toneladas”, dice Damián Quintero, ingeniero aeronáutico de formación. Pero ambos campeones coinciden: “nuestra valoración de esta unidad es muy positiva. Permite mejorar la eficiencia de nuestro entrenamiento”.