La mejor herramienta para la inclusión social, el deporte
La magia y fuerza del deporte se demuestra en los pequeños detalles y logros. Así, desde un pequeña ciudad como Almería, Óscar Bleda, uno de los técnicos de la asociación Almería Acoge, nos comenta la forma en la que se ayuda a jóvenes a través de la realización de actividades deportivas.
María López
Actualizado: 22/05/2015 18:00
‘No todo es lo que parece’. Se señala sin saber y se siente miedo sin conocer. A veces, se recurre a la negación y a falsas afirmaciones por no saber cómo hacer las cosas. Los barrios marginales están llenos de jóvenes sin futuro, chavales que no son culpables en su mayoría de nacer ahí o tener una situación diferente a su alrededor. Pero hay organizaciones, voluntarios y especialistas para ayudar en estos casos. Así ha pasado en Almería donde la organización Almería Acoge ha utilizado el deporte para promover buenos hábitos educativos y de comportamiento.
Pregunta.- Desde vuestra asociación tenéis muy claro el papel que puede tener el deporte en grupos conflictivos de jóvenes. ¿Qué actividades realizáis?
Respuesta.- Lo tenemos bastante claro y más después de lo que estamos recogiendo tras utilizar el deporte como un medio para mejorar diferentes aspectos de este tipo de chavales. Ahora tenemos un grupo de 30 jóvenes de un barrio marginal y conflictivo. Hace un año y medio empezamos a realizar diferentes actividades formativas de cara a su futuro como por ejemplo la albañilería o la electricidad. Una vez teníamos el grupo constituido con todas las labores surgió la posibilidad de rehabilitar una pista de fútbol. Después de 8 o 9 nueve años abandonada totalmente, estaba muy mal. La limpiaron e hicieron pequeños arreglos en el muro, el suelo y, también, la pintaron. Además, utilizando material reciclado, fabricaron unos bancos y dos porterías portátiles que utilizaban cuando iban a jugar y luego guardaban.
P.- ¿Cuáles han sido los avances que se han conseguido con esto?
R.- Esto le ha hecho mejorar en muchísimos aspectos, valores que estaban perdidos como pueden ser la amistad, el respeto, la tolerancia y, sobre todo, en la resolución de conflictos ya que era algo en lo que nosotros hemos incidido muchísimo. Hay otras maneras de solucionar los problemas que no sean a golpes o a gritos, se ha hecho un avance brutal puesto que ahora cuando surge un problema se paran y hablan unos con otros. Incluso estamos consiguiendo que ni siquiera el árbitro tenga que intervenir en los partidos de fútbol, sino que sea entre ellos mismos quienes reconozcan y piten las faltas. La experiencia está siendo genial y está valiendo muchísimo.
P.- ¿Habéis desarrollado algún otro proyecto unido a este?
R.- Ahora lo hemos unido a otro pequeño proyecto que hemos llevado a cabo junto con los institutos de la zona. Una vez que el grupo estaba constituido y veíamos que tenía un comportamiento bastante bueno, también queríamos apretadles un poco en sentido académico. Así, para poder participar en las actividades que nosotros hacemos, ellos tienen que cumplir unos mínimos académicos: respeto hacia el personal académico y compañeros, falta de asistencia mínimas y pudiendo suspender un máximo de asignaturas. Los resultados no han podido ser mejor. Ni nosotros mismos al principio pensábamos que esto pudiera ser así porque todos han bajado de una media de 6 asignaturas suspensa a una, dos o ninguna, incluso. Todos pasarían y, además, no ha habido partes por mal comportamiento y las faltas de asistencia también se han rebajado. Estamos notando un cambio bastante importante.
P.- ¿A qué se debe ese cambio de actitud y compromiso?
R.- Yo creo que se debe a la motivación y al hablarle claros a los chavales. A veces pecamos al pensar que como son este tipo de chavales, creemos que pueden hacer muchísimo daño o que nos pueden hacer algo por hablar con ellos de otra manera, nos da un poco de miedo y no es la realidad. La realidad es que son simples chavales que pueden tener más o menos miedo y que pueden tener una realidad diferente a su alrededor por el entorno en el que viven. Sabiendo hablar con ellos y motivarles se pueden conseguir muchísimas cosas. También se les tapa mucho, se les señala por ser de donde son y se les va creando un límite. Al final ellos mismos creen que por ser inmigrantes o por ser de un barrio tal no pueden hacer más y no es la realidad. A veces simplemente creyendo en ellos y motivándoles o haciéndoselo ver que son capaces de hacer cosas, salen los resultados.
P.- ¿Qué actividades ofrecéis?
R.- Tenemos la pista que ellos mismos han rehabilitado y a partir de ese momento hemos empezado a hacer pequeños arreglos que surjan allí. Además, este año se ha orientado más al ocio y tiempo libre de ellos. Realizamos torneos conjuntos con diferentes institutos y asociaciones de la ciudad, estamos también con el tema de la natación y hacemos algo de música. Un poquito de todo ajustándonos a los medios que tenemos.
P.- ¿Se ve interés por parte de otros chavales en pertenecer a estos grupos?
R.- Sí, tenemos lista de espera de chavales que quieren pertenecer al grupo pero es que ahora mismo tenemos 35 y no podemos abarcar más si queremos hacer un trabajo serio.
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