Fuente: EFE

La polémica sigue servida en la presuntamente denuncia de los deportistas de EEUU que causaron destrozos en una gasolinera de Río y la policía tuvo que intervenir.

Javier Enrique García

@Javier_Garvi8
18 de agosto de 2016, 19:40

Ryan Lochte y sus amigos disfrutaron de la noche carioca como mandaban los cánones. Unas ‘caipirinhas’ por aquí y unos pases de samba por aquí para que los americanos se crecieran en la noche calurosa de Río. Según fuentes policiales, en el apogeo de la noche sus compañeros nadadores y él pusieron rumbo a una gasolinera para causar graves destrozos en la instalaciones.

A la mañana siguiente llegaron los arrepentimientos, pero por su condición de grandes estrellas de la natación mundial se inventaron la historia de un asalto para justificar el incidente.

Lo más llamativo de esta historia es la defensa de Mario Andrada -portavoz del comité organizador de los Juegos- al comportamiento de los estadounidenses. «Estaban divirtiéndose, haciendo una fiesta, la vida sigue».

La vida continúa pero los nadadores desaparecieron de Río para poner las máximas alertas en la policía carioca. Se cuestionó la seguridad brasileña mientras que Ryan Lochte y sus amigos recorrían las calles al más puro estilo ‘la Naranja Mecánica’.

«Los nadadores estaban intentando pasarlo bien, llevaban mucho tiempo entrenado, han competido con muchísimo presión psicológica«, ha declarado Andrada para disculpar una vez más la actuación más que cuestionable de los nadadores.

El portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI), Mark Adams, ha indicado que apoyan «totalmente» a las autoridades locales en materia de seguridad y que lo «están haciendo muy bien». Las cifras de delincuencia han bajado drásticamente con la celebración de los Juegos pero deberán prestar más atención a comportamientos como el de Ryan Lotche y sus compañeros que pusieron en tela de juicio a todo el aparato policial de Río de Janeiro.