La judoka Marta Arce regresa a los tatamis
La triple medallista paralímpica de judo vuelve a enfundarse el kimono tras más de cuatro años retirada. Competirá en el campeonato de Europa de Birmingham y no descarta la posibilidad de pelear por estar en Tokio 2020.
Jesús Ortiz García
@JesusOrtizAD
29 de julio de 2017, 09:13
Con un bronce en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 Marta Arce Payno cerró una trayectoria brillante en el judo. Tras cuatro años retirada, volvió a picarle el gusanillo de la competición y ahora, con 40 años y madre de tres hijos pequeños, regresa a los tatamis para emprender una nueva aventura.
«Me ha motivado la falta de representación femenina en España y las ganas de probar otro reto a mi edad. Me dio un poco de morriña cuando seguía por televisión los Juegos de Río de Janeiro. El ver que sólo está Mónica Merenciano como judoka española me dio pena y por ello vuelvo. No hay relevo generacional y es triste, ojalá se animen otras chicas a seguir nuestros pasos», comenta la vallisoletana.
Su afán de superación y sus ganas de afrontar desafíos también condicionaron su vuelta. «Una vez que superas algo vas subiendo escalones sin ponerte límites. Estaba muy cómoda con mi trabajo y con mis niños, pero el judo es mi pasión y como soy inconformista e inquieta, decidí retomarlo», relata.
El pasado mes de marzo desempolvó el kimono para ganar el campeonato de España, pero quiere subir un peldaño más y enfrentarse a las mejores en el Europeo de Birmingham en la categoría de -63 kg. «Es una primera toma de contacto, las sensaciones son muy buenas pero me queda mucho por recorrer. Tengo que demostrar aún que estoy de vuelta», subraya.
La triple medallista paralímpica (plata en Atenas 2004 y Pekín 2008 y bronce en Londres 2012) está contenta de cómo ha respondido su cuerpo ante los entrenamientos. «Al principio fue duro, pero me encuentro muy bien físicamente, aunque he tenido dos fracturas costales y no sé si estaré muy resistente», apunta.
Con la ilusión de una debutante
Marta, que nació con una forma de albinismo que le produce un resto visual inferior al 10%, acude al Europeo motivada y con la ilusión de una debutante aunque con la maleta repleta de dudas. «Voy con el cartel de novel, no estoy a tope y desconozco el nivel de mis rivales. Si hay un poco de suerte en el sorteo y no me toca un hueso duro, con mi experiencia puedo pelear por las medallas», sostiene.
La cita en Birmingham servirá como test para saber si puede aspirar a cotas más altas: «Quiero probarme en este campeonato, que me permitirá ver realmente cómo estoy. No sé si responderé bien y si podré mantener un ritmo de alto rendimiento con los duros entrenamientos, el trabajo como fisioterapeuta, las conferencias que doy como trainer paralímpica y mi situación personal con tres hijos”.
No se fija metas a largo plazo pero no descarta luchar por un billete para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. «Sería un sueño, me encantaría participar. Hay que ir pasito a pasito, sin subir a las nubes porque en este deporte un bofetón te pone con los pies en el suelo. No me pongo límites, pero no me obsesiono y si llego a Japón, genial», añade.
En su carrera deportiva ha mantenido un alto nivel de regularidad con triunfos en casi todas las competiciones internacionales en las que ha participado desde 1997, con medallas en europeos y mundiales, lo que le ha permitido, junto a Carmen Herrera y Mónica Merenciano, formar parte de la época dorada del judo femenino. «Ya no necesito demostrar nada, quiero disfrutar y todo lo que venga ahora será un premio», apostilla la judoka.