Juan Bautista: «Con 47 años no iré a los Juegos de Río de vacaciones, sino a por el oro»
Jesús Ortiz García
Actualizado: 22/05/2015 16:35
Con 15 años ya era internacional absoluto con la selección española, con 16 figuraba entre los 3 mejores jugadores de España, era un talento precoz, una bestia desatada cada vez que agarraba la pala y golpeaba la bola. Pero a los 18 recibió un palo duro, en su primer Mundial disputado en Nueva Delhi contrajo una enfermedad llamada Landry Guillain-Barré, una dolencia que bloquea los nervios y las conexiones musculares y que le ha dejado secuelas en las piernas. Tras una dura y larga rehabilitación, con tesón y esfuerzo, 28 años después Juan Bautista Pérez vuelve a estar en lo más alto del tenis de mesa y a un paso de un sueño: la clasificación para los Juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro 2016.
Pregunta.- Acaba de añadir a su palmarés un buen botín de medallas tras los Open de Eslovenia y Eslovaquia, ¿qué balance hace?
Respuesta.- Mejor imposible, en Eslovenia gané el oro en individual y la plata por equipos, mientras que en Eslovaquia me faltó ponerle el broche con el oro en la final en Eslovaquia, que perdí 3-2 ante el número 6 del mundo, el francés Cabestany. También conseguí el bronce por equipos. Ganar 2 torneos de este nivel en tenis de mesa, que es como un Master 1.000 en tenis, habría sido histórico. Es muy complicado porque van los mejores del mundo, pero estoy contento de haber llegado en 2 semanas a la final en ambos campeonatos, eso quiere decir que las cosas se están haciendo bien.
P.- Con estos resultados, ¿el sueño de los Juegos Paralímpicos de Río lo tiene más cerca?
R.- He sumado bastantes puntos y ahora estaré situado entre los 5 primeros del ránking mundial de la clase 9, eso me da casi la clasificación. Para Río se clasifican los 16 primeros del ránking más los campeones continentales. Yo iba a estos últimos torneos como número 9, pero me ha salido tan bien que he cogido una gran ventaja sobre los perseguidores y casi me he asegurado el billete.
P.- En el Open de España en Barcelona y el próximo Europeo puede certificar su presencia en Brasil, ¿cómo lo afronta?
R.- Con mucha ilusión, el ganar medallas en Eslovaquia y Eslovenia me ha dado una gran confianza al ver que estoy al nivel de los mejores. Estoy radiante en estos momentos y con ganas de más. Espero estar en el podio en ambas competiciones y si todo va bien y no se produce ningún contratiempo, ya no competiría en más torneos esta temporada. En caso de que me hagan falta los puntos, buscaría una gira americana por Costa Rica, Argentina o Estados Unidos. Y si gano el Europeo en Dinamarca iría directo, es muy complicado, pero hay opciones y voy a luchar por el oro.
P.- Con 46 años y sigue cosechando éxitos en el tenis de mesa, ¿se ve reflejado en He Zhi Wen ‘Juanito’?
R.- Él es algo más mayor, tiene 52 (risas), es un fuera de serie. Yo soy el Juan de los palistas paralímpicos y él el de los olímpicos (risas). Mi amigo He Zhi Wen está a otro nivel, ha estado entre los mejores del mundo y continúa ganando medallas. Pero sí me veo reflejado en él, somos jugadores que llevamos toda una vida con la pala en la mano y que nunca hemos dejado este deporte pese a los años y los obstáculos.
P.- ¿Cuál es la clave para mantener ese buen nivel?
R.- El secreto de seguir en activo está en nuestra forma de jugar, en la cabeza, en la ilusión y en no mirar la edad. El día a día cuesta más, físicamente se nota, tengo que hacer el doble de esfuerzo para estar la mitad de bien que mis rivales. Por mis problemas musculares ya no puedo dar saltos, ahora juego muy pegado a la mesa para que no se me abran mucho los ángulos e intentar acabar rápido los puntos, porque me cuesta moverme. La ventaja que tengo es que soy zurdo, bajito y un jugador muy rápido. Mientras el cuerpo aguante y haya gasolina, seguiré dando guerra.
P.- Usted era un niño prodigio del tenis de mesa, pero todo cambió en un viaje a la India, ¿qué le pasó?
R.- Era uno de los mejores jugadores de España y con 18 años recién cumplidos fui al Mundial de Nueva Delhi. Estaba muy ilusionado, era un jugador semiprofesional, entrenaba 6 horas diarias, jugaba en ligas europeas, estaba hecho un bicho. Pero todo se torció en la India, cuando faltaban 3 días para competir empecé a notar flojedad en las piernas y lo achacamos al cansancio acumulado por campeonatos anteriores y a la mala comida del país. En realidad, había contraído un virus llamado Guillain-Barré, que paraliza el sistema nervioso periférico que va a las extremidades, los músculos no reciben señal y se agarrotan, no funcionan.
P.- ¿Cómo digiere un joven de 18 años una noticia así?
R.- Psicológicamente fue un palo muy gordo. Estuve 3 días incomunicado en la India y apenas tuve atención médica, me decían que lo mío era por falta de vitaminas. Al final, llegué a España sin poder moverme, en silla de ruedas, había perdido 10 kilos de masa muscular y me mandaron para casa. Tras muchas pruebas, un mes después me diagnosticaron la enfermedad y fui a la clínica Guttmann de Barcelona, donde pasé 6 largos meses de rehabilitación. Al principio estaba deprimido, tuve miedo, pensaba que me quedaría inválido para siempre, que ya no volvería a jugar y encima el médico me dijo que estaría con muletas de por vida.
P.- Pero aquel doctor no tuvo buen ojo clínico…
R.- (Risas) Se equivocó por completo. Lo que viví en la Guttmann me ayudó mucho, mi situación era la mejor de todos los que allí estaban, había gente en silla de ruedas, no podían andar, hablar ni comer, así que yo no podía quejarme y me dije a mí mismo que tenía que recuperarme. Nada más salir del hospital comencé a ir al gimnasio unas 8 horas diarias y un par de años después ya estaba jugando otra vez y en Superdivisión tras fichar por el Obrero Extremeño, de Almendralejo. Allí conocí a mi mujer, la madre de mis 4 hijos.
P.- La oportunidad le llegó a su madurez, ¿cuando llamó a su puerta la federación española para jugar en el equipo?
R.- Mientras jugaba en Extremadura lo alternaba trabajando en una empresa de construcción hasta que en 2013 quebró con la crisis. Con 44 años y en el paro, lo único que sabía hacer era jugar al tenis de mesa, así que además de empezar a entrenar a niños de entre 8 y 14 años, que es lo que más me ilusiona, surgió el proyecto de representar a España en torneos internacionales para ir a los Juegos Paralímpicos de Río y no me lo pensé. Sabía que era difícil por la edad y por empezar de nuevo en la alta competición. Un año y medio después estoy casi clasificado para Río y con mucha ilusión, he sido subcampeón de Europa, medalla de bronce en el Mundial y medalla en todos los Open en los que he competido.
P.- Como guinda al pastel, ¿ve posible una medalla en los Juegos de Río?
R.- Es muy complicado, hay que tener un poco de suerte, pero tengo posibilidades, aunque hasta que no llegue el momento prefiero no pensarlo porque cuanto más subes, más fuerte suele ser la caída después. Mi objetivo es llegar y voy a prepararme física y psicológicamente lo mejor posible para intentar ser campeón paralímpico. Iré a por la medalla de oro, si luego no paso de las rondas previas no será porque no voy a luchar. Con 47 años no iré a Río de Janeiro de vacaciones, puede que no llegue a Tokyo 2020 por la edad, así que quiero aprovechar estos Juegos Paralímpicos.