Héctor Cabrera apunta con su jabalina al podio en Río
El atleta valenciano logró el billete para los Juegos Paralímpicos con un lanzamiento de 58,85 metros en el Grand Prix de Grosseto y ahora sueña con una medalla en Brasil.
Jesús Ortiz García
@JesusOrtizAD
14 de Abril de 2016, 17:52
A los 9 años le diagnosticaron una enfermedad visual degenerativa, pero aquello no frenó su ímpetu y ganas de practicar deportes como fútbol, natación, ciclismo o tenis. Hasta que en unas jornadas de la ONCE se adentró en el atletismo y se enamoró de la jabalina. A sus 22 años Héctor Cabrera cumplirá en septiembre el sueño de surcar este artefacto por el cielo de Río de Janeiro en sus primeros Juegos Paralímpicos, donde confía en cazar una medalla.
Su pasaporte para la cita de Brasil lo logró en el Grand Prix de Grosseto (Italia) con una marca de 58.85 metros, sobre la bocina, en el último intento de la competición. «Fue una serie complicada y rara, me costó entrar en acción, no me sentía cómodo con la superficie porque estaba muy dura y me desesperaba al ver que mis lanzamientos se quedaban cortos. Pero mi guía, Josefina Espejo, me animó, así que me tranquilicé», relata.
En el 5º tiro mejoró hasta acercarse con 56.59 a la mínima exigida (57.94) y en el definitivo hizo volar la jabalina hasta su objetivo: «Fue un momento inolvidable, cuando vi que se clavaba en los 58.85 metros exploté de emoción, se me saltaron las lágrimas y abracé a mi guía. Me veía capaz de lograrlo porque en entrenamientos anteriores había alcanzado los 60 metros, sólo era cuestión de confianza y de tener un buen momento».
Ha logrado, además, el récord de España T12 (deportistas con discapacidad visual), marca personal y mínima para el campeonato de España Promesa. De esta forma confirma que su irrupción en la élite internacional no fue flor de un día, sino que crece a pasos agigantados. En 2014 conquistó el oro en el Europeo disputado en Swansea (Gales) y el año pasado un 5º puesto en el Mundial de Doha, a los que añade más de una docena de títulos nacionales.
Superar la barrera de 60 metros
El atleta del Proyecto FER ya piensa en Río: «Cuesta asimilarlo, así que hasta que no esté subido en el avión no podré decir que el sueño está cumplido. El objetivo es lanzar la jabalina con muchas ganas, darlo todo en los 6 intentos que tenemos y disfrutar. Son mis primeros Juegos y no tengo ansiedad por sacar medalla, hay rivales con muy alto nivel, aunque soy optimista, voy con ilusión».
Pese al difícil reto con el que deberá lidiar, Cabrera deja claro que no va de vacaciones a Brasil y que plantará batalla. «No me gusta vender la piel del oso antes de cazarlo, pero voy a por la medalla. Si lanzo por encima de la barrera de los 60 metros me aseguraría una plaza en el podio. Hay que ser ambicioso, pienso estar entre los 3 primeros, no es un objetivo fácil, la gente está subiendo mucho el nivel, pero no me quedo atrás y estoy entrenando fuerte para crecer», recalca.
Antes, en junio tratará de defender su corona en el Europeo que se celebra en Grosseto, en el mismo escenario en el que ha conseguido la clasificación para Río. «Será un ensayo de calidad, una prueba muy dura porque competiré con lanzadores que ya están clasificados para los Juegos Paralímpicos y están en un buen momento. En el Mundial ya quedaron por delante mía, así que no será fácil revalidar el título», explica el valenciano, que tiene como referente al checo Jan Železný, actual récordman del mundo (98,48 metros) de jabalina.
Con buena técnica, tenaz en el trabajo y gran competidor, el atleta de Oliva se forja en el estadio de atletismo de Gandía bajo la supervisión de Juan Vicente Escolano, «un pilar muy importante» en su carrera. Lo reclutó para el Club CC El Garbí hace unos años cuando empezó a destacar en lanzamiento de jabalina. «De niño practicaba muchos deportes, tengo entre un 5 y un 10% de visión pero me adaptaba a todo. Al final, me decanté por esta disciplina por lo atractiva que es, porque es un artefacto ligero y porque no es preciso ser más fuerte o más alto que otro para destacar», dice. En Río espera hacerlo volar hacia la medalla.