Goles para imponerse a la oscuridad
España se mantiene entre los mejores equipos de goalball, un deporte creado específicamente para ciegos y deficientes visuales. La selección masculina y femenina aspira a una medalla en el Europeo.
Jesús Ortiz García
La música de cascabel rompe el silencio sepulcral del pabellón cada vez que el balón enfila la portería. Los 3 integrantes de cada equipo se sincronizan para formar una cadena a ras de suelo para detener cada lanzamiento, parecido al de los bolos. No ven el rostro de sus compañeros ni el color de la camiseta que se enfundan, pero disfrutan de una pasión sin barreras en la oscuridad. Se trata del goalball, un deporte en el que España se asienta en la élite.
En la ciudad turca de Konya las selecciones masculina y femenina afrontan un nuevo reto de la mano del entrenador Paco Monreal, aspirar a una presea en el Europeo que arranca el 4 de noviembre y conseguir plaza para el próximo Mundial. Dos grupos jóvenes, con calidad y hambre de triunfos que buscarán brillar en el campeonato.
«Hay nivel pero queremos medallas, hemos trabajado mucho y muy bien. Vamos con ganas, aunque a veces tengo que frenarles, tienen la espina clavada de no clasificarse para los Juegos Paralímpicos de Londres y quieren resarcirse», explica el técnico.
Monreal tiene mucha esperanza puesta en el combinado femenino, que cuenta con Laura Belle (Aragón) como referencia. Lidia Baños (Murcia), Cristina Laso (Tetuán), Miriam Montes (Madrid) y Arantxa Sorribes (Sevilla) acompañarán a la goleadora aragonesa en esta aventura europea. «Jugaremos contra Dinamarca, Israel, Turquía y Alemania. Hay que quedar primeras de grupo para evitar a Finlandia y Rusia, las más potentes. Aspiramos a medalla y a conseguir plaza para el Mundial», subraya el entrenador.
Confianza e ilusión
Los chicos llegan al Europeo en buena forma y con confianza después de ganar el Torneo Internacional de la Federación Española disputado este verano, tras imponerse a duros rivales como Suecia, República Checa y Finlandia, vigente campeón paralímpico y europeo, al que le endosó 9-2. ‘La Roja’ del goalball masculino contará con José Daniel Fernández (Madrid), Javier Serrato (Valencia), Román Martínez (Aragón), Félix Vargas (Barcelona) y Jesús Santana (Canarias), goleador y pilar básico de este equipo.
Juventud, talento y potencia para intentar doblegar en la fase de grupos a selecciones como Lituania, Alemania, Ucrania y Suecia, «un conjunto con el que siempre tenemos piques. Hay que evitar en el cruce de cuartos a Finlandia o República Checa, la más fuerte físicamente», apunta el seleccionador.
«Somos quintos del ranking mundial, pero hay mucha igualdad, es más difícil ser campeón de Europa que del Mundo. Cualquier equipo puede ganar, a veces depende de que la pelota quiera entrar, pero en esta ocasión, el que tenga la cabeza más fría se llevará el campeonato», añade.
También espera mejorar en los penaltis, uno de los puntos débiles de la selección. Si el balón bota más allá de la línea de lanzamiento, se pita penalti. El infractor debe cubrir él solo una portería de 9 metros de largo por 1,30 de alto e intentar detener un balón a 60 kilómetros por hora. «Apuramos tanto en cada disparo que cometemos infracciones. En eso tenemos que mejorar, ya que en lanzamientos normales es difícil que nos marquen un gol, es nuestra clave», señala.
Potenciar los sentidos
El goalball fue creado por el alemán Hans Lorenzen y el austríaco Seep Reindl para rehabilitar a personas ciegas tras la Segunda Guerra Mundial, al mejorar su estabilidad mental y desarrollar su capacidad de concentración. «Practicar este deporte consigue que ciegos o gente con deficiencia visual potencien al máximo sentidos como el oído o el tacto», afirma el seleccionador.
A España este deporte llegó gracias a su padre, Diego Monreal, que sólo necesitó una bolsa de plástico para cubrir la pelota con la idea de que fuera sonora (ahora el balón lleva cascabeles y los jugadores utilizan antifaces opacos). Profesor de Educación Física en el colegio de la ONCE en Madrid, se enamoró del goalball en un campeonato en Polonia. Junto a su hermano Diego, Paco recogió ese legado y ahora espera llevar a la selección española a lo más alto.