'La Roja' de goalball, el triunfo de la perseverancia
Subcampeones de Europa por tercera vez, la selección española ha dado un salto de calidad y ya apunta al Mundial de 2014 donde espera conseguir un billete para Río de Janeiro.
Jesús Ortiz García
Con esfuerzo, constancia e instinto de superación han demostrado que la limitación visual no les ha mermado las ganas e ilusión por alcanzar cotas muy altas. No ven los goles ni una buena parada, pero perciben las mismas vibraciones que cualquier deportista de élite. Los jugadores de la selección española de ‘goalball’ siguen escalando peldaños para tocar la gloria. El suyo es el triunfo de la perseverancia y sólo la lotería de la tanda de penaltis les impidió coronarse en el Viejo Continente, pero la derrota no les trunca el sueño de ganar un campeonato en este deporte.
Con un inmaculado torneo en Turquía, ’La Roja’ que dirige Paco Monreal ha mostrado ser un equipo cada vez más sincronizado, con brío y talento que se asienta en la élite tras la medalla de plata en el Europeo. José Daniel Fernández, una de las voces autorizadas de este grupo, a sus 32 años tiene una cuenta pendiente con el goalball. «Ser plata es fantástico, pero ya he jugado 3 finales y siempre me he quedado a las puertas del oro, es duro. Soy el más veterano de la selección y me queda poco para retirarme, pero me gustaría que fuese con un título», explica.
El defensa de la selección, que figura entre los mejores del mundo, lleva ya 2 décadas deslizando la pelota a ras de suelo y parando lanzamientos. «Se lo debo todo a los hermanos Diego y Paco Monreal, ellos me han hecho ser un buen jugador, han estado conmigo desde que empecé en Madrid a los 13 años», subraya. «Tengo un 39% de discapacidad y cuando me pongo las gafas opacas y estoy en la cancha me siento feliz, me ayuda a desarrollar sentidos como el oído y a saber moverme en espacios cerrados», añade.
El próximo verano vivirá otro Mundial más en su carrera y esta vez España acudirá como uno de los favoritos. «Si seguimos con el ritmo que llevamos y con el juego que desarrollamos vamos a llegar muy bien, pero lo primordial es quedar entre los 3 primeros y clasificarse para Río de Janeiro. Serían mis últimas olimpiadas y conseguir una medalla sería retirarme con buen sabor de boca», comenta.
Fernández asegura que hay relevo pero la progresión de este deporte dependerá de la inversión que se realice: «Viene gente pujando fuerte, el goalball tiene futuro en España siempre que haya medios. Si no tienen entrenamientos ni salidas para jugar partidos en el extranjero, es muy complicado que exploten y que pueda haber otra saga de jugadores».
Goleador del equipo
Uno de esos jóvenes es Jesús Santana (22 años), el killer de ‘La Roja’, un miembro consolidado en la selección. Regresó de la ciudad turca de Konya con una plata y una veintena de goles en el zurrón. «La potencia y variedad de lanzamientos es mi principal arma. Juego de lateral derecho y eso me permite disparar más veces a portería», explica el jugador.
Valora la medalla conquistada en el Europeo, sobre todo, por tener enfrente a un rival de enjundia, al que golearon 7-1 en la fase de grupos: «La plata sabe a oro. Los lituanos, campeones del mundo varias veces y leyendas de este deporte, tiraron de experiencia y sólo nos ganaron en los penaltis».
El canario avisa de que darán guerra en el próximo mundial. «España siempre ha peleado en la zona de honor, pero como la selección de fútbol se nos atragantaban los cuartos de final. Ahora hemos dado un gran salto de calidad y podemos decir orgullosos que somos uno de los 4 equipos de referencia mundial», sostiene.
«Tenemos una selección fuerte, compensada, llevamos juntos varios años, con grandes jugadores como Dani Fernández, Javi Serrato, Román Martínez y Félix Vargas. Hemos ganado en confianza y queremos quitarnos la espinita de no haber participado en Londres logrando en el Mundial de Finlandia una plaza para las olimpiadas de Brasil», añade.
A los 11 años esa música de cascabel que emana de un balón de casi 1,5 kilos empezó a acompañarle en Las Palmas. Después llegó al colegio de la ONCE en Madrid y con 16 años consiguió una beca en un Centro de Alto Rendimiento de Valencia. Ahora ha regresado a Canarias para seguir compitiendo en una disciplina que nació en la Europa de posguerra como resultado del ingenio de los doctores Hanz Lorenzen y Sett Reindl, quienes lo concibieron como medio de rehabilitación para los heridos.
«Soy albino y eso determina en enfermedades visuales más pequeñas, tengo un poco de todo. Este deporte me hace valorar otros sentidos y la vista que tengo, por mínima que sea, así que no me siento tan víctima. Dicen que en el mundo de los ciegos el tuerto es el rey. Ese soy yo», bromea. «El goalball me aporta orientación, concentración, mejor audición y desarrollo personal. Espero seguir disfrutando muchos años de este deporte y conseguir algo importante con España», finaliza.