Fernando Rivas: “La final fue una exhibición»
El entrenador de la campeona española, quizás la persona que mejor conoce a Carolina Marín, explica los entresijos del Mundial de Yakarta, en el que todo el equipo nacional ha realizado un sensacional trabajo.
Avance Deportivo
@deportivoavance
17 de agosto de 2015, 20:19
«Sin su ayuda no hubiera sido posible». Es una frase que Carolina Marín, la flamante campeona del mundo de bádminton, ha repetido una y mil veces estas últimas horas refiriéndose a Fernando Rivas y Anders Thomsen, sus entrenadores, y el resto del cuerpo técnico, coordinado por Ernesto García, tras revalidar su título.
Fue a ellos a los primeros que abrazó, en señal de gratitud, tras derrotar a la india Saina Nehwal en la vibrante y espectacular final de Yakarta. La española derrotó a la india en solo 2 sets: 21-16 y 21-19. Sin embargo, fue un partido durísimo en el que, además de Carolina y el deporte español, ganó el bádminton, porque mucha gente se ha quedado prendada de esta especialidad tras una bellísima final, en la que las actuales 2 mejores jugadoras del mundo exhibieron sus casi infinitos recursos técnicos.
«Fue la mejor Carolina de siempre», explica Fernando Rivas, su entrenador y quizás la persona que mejor conoce a la reina del bádminton mundial. «Gracias al entrenamiento simulado, daba la sensación de que Carolina ya había jugado ese partido antes». «Carolina y Saina se habían «enfrentado varias veces», continúa explicando Fernando, «pero horas antes de la final un recordatorio para que el cuerpo, que tiene memoria, refresque algunos gestos aunque se esté jugando contra una pantalla, siempre ayuda, porque así se sale con más seguridad y confianza».
El entrenamiento simulado, tantas veces practicado en las últimas semanas con el psicólogo Pablo del Río en el CAR de Madrid, ha sido sin duda uno de los secretos del éxito. Pero no el único: «La final la preparamos de manera especial. Desde que vi el primer partido de Saina, observé que tenía patrones de juego diferentes a los que nos tiene acostumbrados. El último día, el análisis habitual lo separamos en 3: los partidos anteriores al mundial, los partidos que había jugado contra Carolina y los partidos del mundial. Vimos que había diferencias», informa Fernando Rivas.
Es lo que no se vio en televisión, el trabajo perfectamente sincronizado de todo el equipo español. El preparador granadino explica otros entresijos del éxito: «Como Saina anteriormente había jugado contra otra zurda, observamos que sus patrones no habían diferido mucho de los que aplicaba normalmente contra Carolina. Así, decidimos que el partido lo íbamos a preparar como en otras ocasiones, teniendo un plan B por si acaso afloraban sus nuevos patrones de juego».
Había más planes, pero estos 2 eran los principales. No había horas suficientes para la preparación de los partidos. «Hacíamos videoclips de distintas fases de juego, y desde las esquinas de la pista, y así recreábamos una especie de partido virtual que proyectábamos sobre una sábana en la pared», explica. Especial atención tuvo la semifinal, que fue «el peor partido del torneo».
Pero el análisis y la reflexión les llevó después al triunfo. «Fue una preparación muy buena, porque encontramos la tecla adecuada entre Pablo del Río, el psicólogo, y nosotros. Entre todos conseguimos que Carolina saliera como salió», continúa Fernando sobre la final. «La idea era que en el inicio del partido Carolina le recordara a Saina, con su actitud corporal y su juego, el último set que jugaron en el All England, que fue una paliza. Así ella no tendría confianza para emplear los patrones nuevos y jugaría como siempre».
Así fue. «Carolina salió con mucha precisión en la red, metiendo velocidad y mucha presión al fondo. Saina luchó, pero se le veía en la cara que no tenía confianza. Por eso, aunque fue por delante en el marcador, era cuestión de tiempo que Carolina contraatacara y remontara», afirma el entrenador. Y al final el título se ha venido, por 2º año consecutivo, para España.
Sin embargo, en la semifinal ante la coreana Sung-Ji-hyun cundió el pánico. «Fue el partido más duro, sin duda», admite el técnico. «Se complicó de manera rara, el tempo fue lento porque la coreana había jugado unos cuartos muy duros y estaba muy cansada. Y Carolina entró en ese círculo de lentitud que no le convenía nada. Las jugadas fueron con poca intensidad, hubo muchos descansos y parones y el árbitro, por si fuera poco, aplicó de manera extraña algunas reglas. Fue muy complicado», recuerda.
Sin embargo, aunque en 3 sets, la española también salió airosa. «Ahí fue también el momento más difícil del campeonato, porque Carolina no reaccionaba en el 13-8 del tercer set. Hasta que por fin reaccionó y sacó el partido adelante con un parcial de 10-0. Pasó a la final, pero nos quedamos con un sabor amargo por el rendimiento y la manera de juego, ya que no estaba aplicando nada de lo que habíamos entrenado». También fue duro el partido de cuartos ante la china Wang Shixian. «Por suerte, tanto ese día como luego en la final, fueron los mejores de Carolina. Como me reconoció algún otro entrenador, la final fue una exhibición, un monumento al bádminton», concluye.
[touchcarousel id=’236′]