Fernando Casares: «La idea es hacer diploma, estar entre los 8 primeros en Baku»
Antonio Rodríguez Rojas
@destinoolimpico
20 de Junio de 2015, 21:19
El sablista Fernando Casares es actualmente uno de los principales nombres en la esgrima española. Fue medallista de bronce en los Juegos Mediterráneos en 2013 y uno de los mejores en el ránking mundial. Actualmente quiere volver a esos primeros puestos y comenzar haciéndolo con una medalla en los Juegos Europeos de Baku, aunque se muestra cauto ante ese objetivo.
Pregunta.- ¿Cómo afronta los Juegos Europeos de Bakú 2015?
Respuesta.- La verdad es que es una experiencia nueva. He participado en Universiadas y Juegos del Mediterráneo y es una experiencia nueva que tengo mucha ilusión de vivir.
P.- ¿Está haciendo algún entrenamiento específico para esta competición?
Respuesta.- Nosotros al estar en plena clasificación para los Juegos tuvimos antes el Campeonato de Europa y después viene el Mundial y está muy bien para no perder el ritmo entre ambas competiciones.
P.- ¿Cuáles son sus objetivos para estos Juegos?
R.- Hay que ser realista. La idea es hacer diploma, estar entre los 8 primeros y si el cuadro acompaña quiero hacer medalla. Ya lo hice en los Juegos del Mediterráneo, y aunque aquí es más difícil, creo que tengo el nivel deportivo para alcanzarlo.
P.- Durante esta temporada ha participado en varias competiciones internacionales, algunas de ellas validas para el ranking olímpico como la de Villa del Campo. ¿Qué valoración hace de esas competiciones?
R.- Tuve la mala suerte de lesionarme dos meses antes del Villa de Madrid, primera prueba que puntuaba para ranking y posteriormente me fui a Moscú a la segunda prueba de clasificación. Ya estoy recuperado y el objetivo es ir sumando puntos para clasificar directo por Copa del Mundo.
P.- ¿Cómo se plantea a día de hoy los Juegos Olímpicos a nivel individual? ¿Ve posible clasificar al equipo?
R.- Mi arma, el sable masculino por equipos no tiene disciplina olÍmpica este año. Hasta 2004 solo había en categoría masculina, no existía la femenina y el COI solicitó que se incluyera el femenino pero sin darnos las dos pruebas más. Seguimos teniendo 10 pruebas y 12 armas en el programa del Campeonato del Mundo y por rotación este año quedan fuera el florete femenino por equipos y el sable masculino por equipos.
La clasificación solo puede ser individual y el objetivo es clasificar directamente por Copa del Mundo. Los 14 primeros del ranking mundial, con un máximo de 2 por país, clasifican directos y teniendo en cuenta que hay 4 coreanos y 4 italianos entre los 16 primeros, aproximadamente los 20 primeros del ranking clasificarían directos. El objetivo es estar entre los 20 primeros como ya lo estaba el año pasado antesde la lesión, mantenerme ahí y volver a recuperar el estado de forma, los resultados que estaba haciendo y mi número del ranking entre el 14 y el 20 para clasificar directo sin tener que ir al torneo preolímpico que te lo juegas todo en un día. Allí tienes que hacerlo muy bien y dejarlo todo para el último momento es más peligroso que clasificar por la Copa del Mundo.
P.- ¿Qué supuso para los esgrimistas españoles no asistir a Londres 2012?
R.- Problemas a nivel de estructuras y económicos. Estar en los Juegos te da un empujón ya no solo a nivel de CSD o ADO o instituciones públicas sino también privadas. Es más complicado venderle a un patrocinador que no estuviste en Londres pero que tienes muchas posibilidades de ir a Rio. En la situación del país sin ayudas privadas se hace mucho más cuesta arriba.
P.- ¿Cómo se empezó a trabajar desde entonces para paliar esta situación en Rio?
R.- A nivel personal mi objetivo era estar dentro de la clasificación olímpica directa. Cambié de entrenador, volví con Carlos Ugalde que me llevó cuando estaba en la etapa júnior con grandes resultados y ahora entreno en una dupla con Carlos Ugalde y Sandor Tabor. También me he cambiado de club y ahora estoy en la comunidad de Castilla y León, en un club de Valladolid que ha apostado por mí y tengo su apoyo y el de la federación de esta comunidad que se preocupa del deporte de élite más que el de tecnificación o formación.
P.- Antes de disputar los Juegos Europeos tuvistéis el Campeonato de Europa en Montreux donde competiste en la prueba individual y por equipos. ¿Ves esa competición como un avance de lo que veremos en Río?
R.- Sí, fue la piedra angular. Se celebró diez días antes de la competición en Baku y sirvió para ver como estaba de forma en comparación con el resto. Nosotros utilizamos un término que es el ritmo de competición y al final puedes entrenar mucho pero éste solo se gana compitiendo.
P.- ¿Cuál es el objetivo para el Campeonato del Mundo que disputarán tras Baku?
R.- Al igual que para el europeo, queremos estar entre los 16 primeros y todo lo que sea subir será genial para ganar puntos. La clasificación es por continentes y no es lo mismo el Campeonato de África o el América donde Estados Unidos es muy fuerte pero el resto de países no lo son y entonces ellos suman en una competición por un punto y medio porque puntúa como un Grand Prix. Son puntos que para nosotros son más dificiles alcanzar. Para un argentino o un venezolano que tienen a priori menos nivel deportivo que nosotros alcanzar los 30 o 40 puntos de una medalla en el Panamericano es más sencillo que para nosotros en Europa donde de los 10 primerospaíses del mundo, 8 son europeos.
P.- ¿Ve un poco de desigualdad en el sistema?
R.- Sí pero no nos vamos a quejar. El espíritu olímpico es de universalidad, que juguemos todo y está bien pero creo que no en detrimento de la calidad de la competición. Entiendo que haya países a los que tengas que invitar quizás por menor nivel deportivo pero no en detrimento de la gente buena sea de donde sea.
P.- ¿Cuál es su opinión sobre el nivel actual de la esgrima española y concretamente del sable?
R.- Hemos tenido años muy buenos con Jaime Martí o Jorge Pina, que eran dos top 5 mundiales. Ahora estamos con un equipo muy jóven como Guillermo Mancheño, Sergio Escudero, Pablo Moreno, gente muy joven con 22, 23 y 24 años que apuntan maneras pero les falta aún. Yo que estoy a caballo entre los dos mundos, como suelo decir, el objetivo es Rio 2016 y en principio colgar las zapatillas.
P.- Usted le puede aportar su experiencia ¿no?
R.- Sí, al ser la clasificación solo a nivel individual mi experiencia la aporto en cada entrenamiento. Nosotros entrenamos en régimen de competición permanente en Madrid y seguimos compitiendo por equipos en las Copas del Mundo y trato de aportar todo lo que puedo.
El día de mañana dejaré esto y ellos tendrán que seguir su progresión y tirar de los que vengan de abajo como estoy haciendo yo con ellos.
P.- Hablando de las categorías inferiores, ¿cómo ve el trabajo que se está haciendo con ellos?
R.- La verdad es que en sable tenemos muy buena cantera. Un equipo cadete sub17 muy bueno con Iñaki Bravo, bronce en el europeo y un equipo júnior bastante competitivo con Andrés Hernández, finalista en el europeo individual y quintos por equipos en el mundial. Es una cantera muy buena, pero la esgrima al ser un deporte tan táctico y no tan físico el asentamiento de ideas y conceptos es más largo que ser una super estrella con 19 y 20 años.
P.- Siendo deportista de élite, ¿recibe algún tipo de ayuda económica para poder competir y entrenar en condiciones óptimas?
R.- Ahora mismo no. No tengo ninguna beca de ningún tipo ni de la Federación Española, ADO o CSD y estoy fuera de las ayudas como las becas Podium. Me quejo porque a día 1 de enero yo era el número 1 del ránking nacional y no tengo ayudas. Llorar sirve de poco pero debo decir que tengo mis colaboradores privados entre ellos Sophos, donde trabajo y me permiten ausentarme por entrenamientos, competiciones y me ponen sencillo compaginar la vida laboral y deportiva.
Al final es muy difícil entrenar 5 o 6 horas diarias, que es lo óptimo, trabajar esas mismas horas y descansar 10 horas porque al final te faltan horas en el día. En ese aspecto tengo que agradecer a mi mujer que se echa la familia a la espalda y es la que carga casi más que yo con la situación. Muchas veces tiene que soportar situaciones que una pareja normal no pasaría.