Las paratriatletas españolas han subido a lo más alto del podio en sus categorías en la 1ª prueba de la temporada. José Vicente Arzo ha logrado la plata.

Jesús Ortiz García
Actualizado: 02/03/2015 11:10 horas

Rakel Mateo y Eva Moral. Fuente: Eva Moral

Las pruebas internacionales de triatlón paralímpico acaban de alzar el telón en Buffalo City (Sudáfrica), donde han brillado los españoles. Sobre todo, 2 deportistas guerreras, trabajadoras y perseverantes, Rakel Mateo y Eva Moral, que conquistaron la medalla de oro.

A pesar del calor, la humedad y la dureza de los recorridos, ambas triatletas subieron a lo más alto del podio. En la categoría de PT1, Eva Moral, vuelve a colgarse una presea dorada en una Copa del Mundo tras la de Madrid el pasado año.

En 2013 esta madrileña tuvo que reconstruir su vida cuando un accidente en bicicleta le dejó como secuela una lesión medular. Ahora vuelve a disfrutar haciendo lo que más le gustaba: el triatlón. «Con algunos fallos mecánicos y contingencias varias para olvidar, pero nos llevábamos todos los puntitos a casa», ha comentado tras la competición.

Desde Mungia, Rakel Mateo, al igual que su compañera Eva, persigue el sueño de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016. De momento ha comenzado bien su camino tras imponerse en la clase PT2.

La triatleta vizcaína, a la que un accidente laboral dejó incapacitada su pierna izquierda, supera cada reto con brazadas, pedaladas y zancadas. El pasado año conquistó el Mundial de duatlón, el campeonato de España de duatlón y triatlón, y la medalla de oro en las Series Mundiales de Madrid. Su objetivo esta temporada es acabar el año entre las 6 primeras del ranking internacional, que le daría una plaza para los Juegos.

En categoría masculina PT1, José Vicente Arzo se llevó la presea de plata. Por su parte, los dos españoles en categoría PT4 también dejaban buenas sensaciones, con Toni Franco logrando una notable 4ª plaza y Rafa Solis clasificándose en 8º lugar.

La ciudad de Buffalo City, en la zona de East London situada en la costa sudeste de Sudáfrica, ofreció unos circuitos compuestos por un segmento inicial de 750 metros de natación con la salida y llegada ubicadas en la playa Orient, seguidos de 20 kilómetros ciclistas por un recorrido integrado por curvas de 90º, que incluía algunas pendientes con desniveles de 9%. Por último, un tramo de dos vueltas con 5 kilómetros en total.

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