Eva Calvo, más que una promesa en el tapiz
La madrileña de 22 años irrumpe con fuerzas en el taekwondo tras conquistar el oro en los Juegos del Mediterráneo de Mersin y el bronce en el Mundial de Puebla en la categoría de menos de 57 kilos.
Jesús Ortiz García
Con humildad, constancia y una ejecución perfecta de los golpes, los 176 centímetros de Eva Calvo derriban barreras para llegar al primer escalón del taekwondo. A sus 22 años es más que una promesa de este arte marcial milenario tras conquistar el oro en los Juegos del Mediterráneo de Mersin (Turquía) y el bronce en el Mundial celebrado en México en la categoría de menos de 57 kilos.
A pesar de añadir a sus vitrinas las primeras preseas en competiciones de nivel, la joven madrileña mantiene los pies en el tapiz aunque se muestra ambiciosa de cara a los próximos eventos. «No me esperaba una medalla en el Mundial ni ganar el oro en Turquía, pero siempre hay que pedir más para ir mejorando, aunque estoy muy contenta y satisfecha con el trabajo realizado», apunta.
En el país otomano destiló su velocidad y repertorio de patadas hasta tumbar en la final por un ajustado 3-2 a la turca Atice Ilgun, con una grada en contra, escenario por el cual el metal dorado tuvo mejor sabor. «La gente me decía que cómo no me sentía intimidada por el público, pero ese ambiente me hizo crecerme y echarle más ganas con tantos turcos gritando», recuerda.
La medalla le inyectó confianza para afrontar su primer mundial, celebrado en la ciudad mexicana de Puebla, donde volvió a relucir su variedad de golpes y su espíritu de lucha para dejar por el camino a las favoritas. Derrotó a la turca Ilgun, a la colombiana Patiño, a la sueca Glasnovik y a la rusa Zhuravleva para asegurarse la medalla. En semifinales tuvo el pase a la final de cara tras ponerse 2-0 ante la japonesa Hamada, que remontó en el tercer round (3-2). «Cuando terminé el combate estaba decepcionada, pero con los días piensas que una medalla de bronce no está tan mal, ha sido un gran resultado», subraya.
Un sueño hecho realidad para una joven que ha pasado de competir a nivel regional a codearse entre las mejores del mundo. En 2006 tras ver un cartel en su barrio sobre un proyecto sobre taekwondo, su madre decidió apuntar a Eva y a su hermana Marta, que con 16 años es otra promesa de esta disciplina y también disputó el Mundial de Puebla. «Nos apuntamos para pasar el rato y ahora se ha convertido en una filosofía de vida. Este deporte aporta paciencia para conseguir los objetivos, mucho orden y disciplina, ayuda a ser más tranquilo y a controlarte más», afirma.
Crece en el Club Sánchez Élez
Empezó a forjarse bajo la tutela del maestro José María Martín Xixo en el club Amigos de Sánchez Élez, malogrado subcampeón olímpico de Seúl en 1988. «Cuando él hacía taekwondo no había nacido yo, pero cuando mi entrenador nos contó su historia, para mí supone un honor llevar su nombre a campeonatos internacionales», asegura Eva.
Poco a poco empezaron a caer los triunfos y a subir en el ranking como la espuma. El año pasado logró el oro en el Mundial Universitario en Corea y esta temporada ha ratificado su hegemonía en España tras ganar la Copa del Rey, el campeonato por clubes y el campeonato absoluto. A nivel internacional conquistó el bronce en el Open de Bélgica y la plata en el Open de España, eliminando en semifinales por 18-6 a la campeona olímpica en Londres, Jade Jones.
Mientras estudia Ingeniería Biomecánica entrena durante horas en el gimnasio donde perfecciona sus golpes. La joven madrileña decidió con su entrenador bajarse a la categoría -57 kilos para intentar un sueño mayúsculo: los Juegos. «Antes peleaba en -62 kilos pero no era olímpica, por lo que decidimos cambiar de peso. Ojalá pueda estar en Brasil, sería un sueño. Ahora sólo me planteo ir campeonato a campeonato para sumar puntos, sin presión ni objetivos lejanos pero sin perder la vista a Río de Janeiro».
Leganés, 28-7-1991
Oro en los Juegos del Mediterráneo de Mersin 2013, bronce en el Mundial de Puebla México, Mundial Universitario de Corea 2012.