La falta de acierto en ataque y las pérdidas de balón condenan a las ‘guerreras’, que se despiden del Mundial de Serbia con sabor amargo.

Jesús Ortiz García

Había ganas de revancha por la eliminación en el pasado Europeo, pero otra vez, las húngaras se han convertido en bestias negras para las ‘guerreras’. En territorio hostil, con unos 3.000 magiares en las gradas, las chicas de Jorge Dueñas no han podido hacer frente al poderío y ataque individual de las centroeuropeas (28-21). España se despide del Mundial de Serbia con un sabor amargo y con la idea de que se ha podido hacer más.

España y Hungría durante los octavos de final del Mundial de Serbia. Fuente: AD

La falta de acierto y el goteo incesante de pérdidas de balón han sido una losa muy pesada durante el duelo de octavos de final. Con una primera línea demoledora, Hungría, comandada por Anita Gorbicz y Tomari, se ha marchado al descanso con 5 goles de ventaja. Ha reaccionado la ‘roja’ con el efecto Macarena Aguilar y las paradas de una sensacional Silvia Navarro, pero la nula efectividad de cara a portería y los numerosos postes han lastrado a la selección.

El primer tiempo ha arrancado muy igualado, con respuestas en una y otra costa. La magiar Bognar-Bodi ha encontrado una autopista en el carril zurdo de España para anotar 3 goles en 9 minutos. Las ‘guerreras’ se han nutrido de los lanzamientos desde el exterior de Sandy Barbosa y de la zurda de seda de Marta López; brillante la malagueña durante el campeonato. Con una renta máxima de 2 goles, ha llegado la respuesta de Hungría con la potencia de Tomori y la rapidez de Verten al contraataque, para lograr un parcial de 4-0 (9-7).

España se ha desdibujado en defensa, se ha diluído la intensidad y solidez de los primeros minutos, algo que han aprovechado las húngaras para alcanzar una diferencia de 5 goles al descanso (19-12) con la aportación de sus extremos. La actuación sobresaliente de la guardameta Herr ha impedido recortar distancias y sólo Marta López ha aportado aire a su equipo desde el costado derecho.

Efecto Macarena Aguilar

A la vuelta de vestuarios Hungría ha aumentado la ventaja a 6 con inferioridad numérica y, partir de entonces, ha comenzado la reacción española. Más vertical en ataque y con el cuchillo entre los dientes en defensa, ha aparecido el efecto Macarena Aguilar. La de Bolaños ha sacado a relucir su magia durante unos minutos y ha aprovechado la fuga en la defensa húngara para perforar la portería con 3 goles, que junto a las paradas de Silvia Navarro, han apretado el marcador (19-17).

España y Hungría durante los octavos de final del Mundial de Serbia. Fuente: AD

Hungría ha pasado sus peores momentos y las de Jorge Dueñas parecían esbozar la remontada tras dejar a su rival sin anotar durante 9 minutos. Fue un espejismo. La reacción de las ‘guerreras’ la ha apagado un obús de Tomori. Imprecisiones en ataques claves, pérdidas de balón, el acierto de las guardametas magiares y varios lanzamientos a los postes, ha hundido a España, que ha permanecido 8 minutos sin ver puerta. Sólo la malagueña Marta López (7 goles en 8 disparos) ha mantenido la eficacia. Hungría se ha recuperado con el huracán Anita Gorbicz en acción, sobre todo, gracias a su infalibilidad desde los 7 metros. Las ‘guerreras’ se despiden del Mundial contrariadas porque han llegado en buen estado de forma y con ganas de demostrar su progresión, pero otra vez, Hungría se interpuso en su camino.

Las reacciones

El seleccionador español, Jorge Dueñas, ha manifestado tras el partido que: «ha sido un partido muy completo de Hungría. El peor partido de campeonato después de una buena trayectoria. Hoy era un encuentro muy difícil por tener enfrente a Hungría. Desde el principio realizamos una defensa muy débil. En el segundo tiempo tuvimos oportunidades al estar a 2 goles de diferencia y no fuimos capaces de aprovecharla y Hungría se fue definitivamente».

Por su parte, la jugadora Marta López ha explicado que «ya sabíamos que Hungría era un gran equipo y una gran selección. Hemos estado muy flojas en defensa, no acertadas en ataque y en el segundo tiempo no hemos sabido resolver nuestras oportunidades correctamente».