El implacable inicio anotador de Bélgica, con 2 triples de Emma Meesseman en el primer minuto, ha marcado en gran medida el partido y ha condenado a España a jugar a la contra, especialmente después de que otro triple, de Julie Vanloo, colocara un inquietante -8 (5-13, minuto 4). Sin embargo, llegó la respuesta española, también desde la línea de 3 puntos, de la mano de Maite Cazorla y María Conde (19-21, minuto 7), en los momentos en que España jugó más suelta. La reacción culminó con otro triple de Lauren Gustafson, cerrando el primer 4º en equilibrio (26-26).

El segundo 4º comenzó igual, con un triple de Gustafson (29-26, minuto 11), pero no tuvo continuidad. España acusó los minutos de descanso de su pívot titular, y las belgas no bajaron su ritmo en ataque. Además, España cometió demasiados errores, tanto perdiendo balones como en acciones de tiro forzadas. Como resultado, con 2 tiros libres de Heleen Delaere, se llegó al -13 (35-48, minuto 19), apenas reducido por una canasta final de Gustafson tras rebote ofensivo. Sin imprimir velocidad, tensa en ataque e imprecisa en el pase, España se fue al descanso en una situación delicada (37-48).

En estas circunstancias, el inicio del 2º tiempo iba a ser muy importante, y no fue el mejor para España, que en apenas 5 minutos se vio ya 20 puntos abajo (39-59, minuto 25), lo que resultó imposible de recortar en el tiempo restante. La Selección no cejó en su esfuerzo, pero sin velocidad, acierto ni comodidad en ataque, se quedó sin recursos ante un rival casi infalible.

Ya en el último 4º, el carácter más que la confianza llevó a España hasta el 60-71 tras un triple de Vilaró a falta de 5 minutos, pero el tiempo pasaba muy rápido y la dinámica era difícil de cambiar. España jugaba ya prácticamente a la desesperada mientras a Bélgica le bastaba con mantener el ritmo suficiente para conservar su ventaja. Emma Meesseman fue clave, pero al igual que hace un año, también fue determinante la actuación de Antonia Delaere bajo los aros. Entre las 2, 38 puntos y 17 rebotes, repartidos casi a partes iguales.

España luchó hasta el final, pero no logró superar a una Bélgica sólida y efectiva, quedando eliminada del torneo con la sensación de haber podido hacer más, pero sin encontrar los recursos necesarios para cambiar el rumbo del partido.