El kayak brinda una segunda oportunidad a Elena Naveiro
La palista del Breogán regresó al piragüismo después de 23 años de ausencia como terapia tras superar una necrosis y 9 operaciones en su tobillo, y ahora representará a España en el Preolímpico de la modalidad de paracanoe.
Jesús Ortiz García
@JesusOrtizAD
15 de Abril de 2016, 17:21
Con 17 años Elena Naveiro era una promesa del piragüismo, fue subcampeona de España en K-1 y K-2 500 metros, entrenada por Luis Padín y Suso Morlán, el técnico que forjó a David Cal, leyenda del deporte olímpico español. Pero tuvo que elegir entre estudios o la piragua y acabó apostando por la carrera de Enfermería -también es licenciada en Fisioterapia-. Ahora, más de 20 años después, la gallega ha desempolvado las palas y ha regresado por todo lo alto, clasificándose para el Mundial en la modalidad de paracanoe, donde peleará por un billete para los Juegos Paralímpicos de Río. «El que tuvo, retuvo», dice.
En el embalse de Trasona se impuso en el selectivo de la categoría kayak L3 200 metros a Silvia Elvira, doble subcampeona del mundo. «Es algo con lo que no contaba, no me lo esperaba, es un premio lo que me ha tocado. Pensaba que iba a hacer el ridículo y no quise que vinieran a verme mi marido y mis hijos», confiesa.
La paracanoísta del Breogán do Grove ha vuelto como terapia tras sufrir una necrosis en el astrágalo del tobillo derecho: «Han sido 6 años duros, me han operado 9 veces. Tras hacerme una biopsia apareció una infección en la colocación de un clavo y tardaron en descubrirlo, así que el hueso siguió muriendo y me han tenido que fijar el tobillo, ahora está totalmente rígido, no lo puedo mover. Encima tuve una atrofia de la fascia plantar y el hueso se me clava, no puedo estar de pie mucho rato, pero toca tirar para adelante», relata.
Elena tuvo que dejar aparcado el atletismo, deporte que empezó a practicar con 28 años después de acompañar a su marido a carreras de fondo. «Me enganchó, en esa época vivía para el atletismo, era la misma pasión que tenía por el piragüismo y que tuve que dejar cuando comencé a estudiar. Competí en una maratón con 7 meses de embarazo e hice una carrera de montaña a las 3 semanas de dar a luz», explica la gallega, que ganó varios títulos.
Un regreso por casualidad
El golpe anímico fue grande, «correr era mi vida, cogí una depresión», asegura. Y en ese momento volvió a aparecer el piragüismo: «Cuando lo dejé siendo tan joven lo pasé fatal, decía que la vida ya no tenía ningún sentido. Incluso guardé todas las medallas, trofeos y equipaciones en el garaje». Casi 23 años después se topó de casualidad con su ‘amor’ de juventud y regresó al agua. «Estudio INEF y fui al club Breogán para que me dejaran una pala y una piragua para presentar una práctica. Cuando iba a devolver el material me animaron a probar. Les dije que ni de coña. Me insistieron y acabé yendo con mi marido», apunta.
Con varias sesiones de entrenamientos y una piragua estándar logró dos medallas de plata en la Copa de España en mayo del año pasado. «Montar en kayak es como ir en bici, no se olvida. Pero ahora las piraguas no son como antes, son muy estrechas y el tener un pie que no puedo doblar me hace ir escorada hacia un lado. Lo que más cuesta es mantener el equilibro y a veces temo volcar. Cuando empecé en Pontevedra sólo iba desde el club al Puente del Burgo y regresaba, siempre pegada a la orilla», bromea.
Sin embargo, tuvo que parar por una nueva operación. «Lo dejé en verano y lo retomé en octubre, estoy acostumbrada al sufrimiento», lamenta. Hace unos días ganó el selectivo para representar a España en el campeonato del mundo de mayo en Duisburgo (Alemania), que servirá de clasificación para Río de Janeiro. La grovense, de 40 años y madre de dos niños, intenta sacar tiempo mientras estudia y trabaja como comercial para preparar la cita en aguas germanas.
«Aún no estoy a pleno rendimiento, debo estar mejor. No sé el nivel que habrá, ni tampoco como está el panorama internacional porque nunca he llegado a competir en paracanoa. La ventaja que tenemos es que hay gente muy buena que ya está clasificada. Lo que no cabe duda es que me voy a esforzar al máximo, la oportunidad es única y voy a intentarlo», apostilla Elena Naveiro, que a golpe de paladas de perseverancia y tesón aspira a convertirse en la primera kayakista española en unos Juegos Paralímpicos.