El cielo se apaga en la Ciudad de la Luz

Ceremonia de clausura. Fuente: Gorka Leiza / CPE.

Ceremonia de clausura. Fuente: Gorka Leiza / CPE.

París da el relevo a Los Ángeles y pone el punto y final a la 17ª Paralimpiada con una explosión de breaking dance y música electrónica que invita a la unión y festividad.

Laura Pérez Torres

Laura Pérez Torres

@lauraescreativa
8 de septiembre de 2024, 23:30

El Estadio Olímpico francés ha albergado la fiesta de despedida de los Juegos Paralímpicos de París 2024 bajo la lluvia, invitada no deseada que tampoco quiso perderse la inauguración de los olímpicos. Hoy no podía faltar a la despedida paralímpica. Entre los asistentes a la ceremonia de clausura, la infanta Elena, presidenta de Honor del Comité Paralímpico Español (CPE) desde su creación en 1995 y desde entonces ha asistido a todos los Juegos Paralímpicos de Verano (excepto a los de Tokio 2020 a causa de la pandemia) para animar a los deportistas españoles, y el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, entre otros.

Un siglo después de 1924 París ha acogido por 1ª vez los Juegos Paralímpicos; y lo ha hecho con la confianza de dar un salto hacia delante y devolver esta celebración a la ciudadanía, que disfrutó con la poderosa interpretación de la canción de Johnny Hallyday ‘Vivre pour le Meilleur’ por la cantante francesa Juliette Armanet. La ceremonia había comenzado y ‘Parade’, el himno de los Juegos de París 2024, llenó el acto con los colores franceses y ‘La Marsellesa’. El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, saludaba a la grada desde el palco.

Turno de los verdaderos protagonistas, las duplas de los diferentes equipos nacionales participantes desfilaron junto al Equipo Paralímpico de Refugiados y con la Banda de la Guardia Republicana llenando el aire con la banda sonora de ‘Carros de Fuego’ o ‘I will survive’, entre otras melodías que pusieron de pie al público asistente que prácticamente llenó los 80.000 asientos del Estadio Olímpico. Los abanderados de España, el veterano nadador Miguel Luque, con 7 Juegos en su haber y 8 medallas, y la esgrimista Judith Rodríguez, debutante y bronce en París, que ondeaba la bandera con energía, fueron los rostros visibles de una delegación española que ha sumado 40 medallas, situándose en 16ª posición del medallero con 7 oros, 11 platas y 22 bronces.

Con este resultado, España ha mejorado su actuación de Río 2016, donde consiguió 31 medallas, y de Tokio 2020 (36 metales), con lo que consolida una tendencia ascendente desde entonces. Las medallas españolas procedieron de 9 deportes: natación (15), atletismo y ciclismo (8 cada uno), triatlón (4) y esgrima en silla de ruedas, judo, tenis de mesa, tenis en silla de ruedas y tiro (1). En Tokio 2020 hubo 7 disciplinas con deportistas en el podio.

Ceremonia de clausura. Fuente: Gorka Leiza / CPE.

Ceremonia de clausura. Fuente: Gorka Leiza / CPE.

8 federaciones españolas aportaron medallas del equipo español en estos Juegos (1 más que en Tokio 2020): la Feddf (deportistas con discapacidad física) y la Fedc (ciegos), con 11 preseas cada una; la Rfec (ciclismo), con 8; la Fetri (triatlón), con 4; la Frdpc (con parálisis cerebral y daño cerebral adquirido), con 3, y la Feddi (discapacidad intelectual), la Rfetm (tenis de mesa) y la Rfet (tenis), con una cada una.

Por género, el 58% de las medallas llegaron en pruebas masculinas, un 37% en competiciones femeninas y el 5% restante, en eventos mixtos. Un 38% de los deportistas paralímpicos españoles en París 2024 eran mujeres y, además, un 35% de los deportistas con medalla pertenecían o pertenecen a equipos de promesas, por un 20% en Tokio 2020.

Al termino del desfile, con una conga multitudinaria de deportistas en la pista y una cerrada ovación a la bandera francesa que era la última, un vídeo reflejó los momentos más inolvidables de estos 11 días y tomó la palabra el presidente del Comité Organizador de los Juegos de París 2024, Tony Estanguet, quien hizo que aplaudieran a los 2.000 voluntarios que han hecho posible este evento. También habló Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional (IPC, en sus siglas en inglés), agradeciendo el trabajo de todos y felicitando a los deportistas y ha apostado por el camino que ha abierto París, para seguir trabajando porque ha sido «el mejor espectáculo paralímpico de la historia».

Los 6 miembros recién elegidos, durante los JJPP, del Consejo de Deportistas del IPC ocuparon la plataforma donde orgullosos se anclaban los estandartes para las banderas: el atleta portugués Lenine Cunha, la atleta italiana Martina Caironi, la nadadora maltesa Vladyslava Kravchenko, el jugador de baloncesto en silla coreano Yoomin Won, la halterófila china Yujiao Tan y la ciclista alemana Denise Schindler. Junto a los voluntarios, despertaron la gran ovación de la multitud al son de Johnny Hallyday y su ‘Que je t’aime’. Y, de nuevo, a ritmo de breaking, 8 bailarines, algunos con discapacidades, celebraron la diversidad con actuaciones individuales y grupales.

Nuevo viaje, nuevo destino

Sobrevolaron las notas del himno paralímpico mientras que los oficiales del ejército francés arriaron la bandera paralímpica. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, se unieron a Parsons y Estanguet en el centro del escenario para realizar el característico traspaso de bandera. Lo hicieron arropadas por el himno nacional de EEUU, que impulsó el izamiento de la bandera estadounidense: Los Ángeles 2028, próximo destino.

Mientras, en el Jardín de las Tullerías, se reunieron en torno al pebetero el grupo musical Amadou y Mariam, acompañados por un cuarteto de cuerdas, interpretando ‘Je suis venu te dire que je m’en vais’, una composición de Serge Gainsbourg inspirada en el poeta francés Paul Verlaine. En un ambiente íntimo, elegante y melancólico la llama paralímpica hizo su entrada en el recinto en un candil, en un último relevo de la antorcha que pasó por las manos de los medallistas francese Frédéric Villeroux (fútbol para ciegos), Ugo Didier (natación), Charles Noakes (bádminton) , Gloria Agblemagnon (atletismo), Mathieu Bosredon (ciclismo) y cuyo fuego se apagó por un soplido de la abanderada francesa, la bochera Aurelie Aubert. Al mismo tiempo que el globo moldeado de luz, tras 11 días, desaparecía en la oscuridad. Los Juegos Paralímpicos de París 2024 tocaban a su fin.

Una ola de emoción, música y color transformó el Estadio de Francia bañado por un recorrido histórico de la música electrónica francesa, un siglo reinventándose constantemente y al ritmo de fuegos artificiales. Como reflejo, Jean-Michel Jarre, el padre de este estilo de música en Francia, en el centro del escenario, con otros 23 artistas, celebrando la diversidad de la música electrónica francesa, toman el relevo, dando una dimensión unificadora a esta última celebración de los Juegos.

En este ambiente festivo, donde el fuego cobraba protagonismo, los deportistas paralímpicos transformaron la pista de atletismo en una de baile, convirtiendo el estadio en la discoteca más grande de Francia. París daba una fiesta para decir adiós a los Juegos de 2024 y darle el relevo a Los Ángeles 2028: las estrellas marcan el camino.

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