Dupla de oro en Argelia
Guerreras e Hispanos se proclaman campeones de los Juegos Mediterráneos 2022 tras derrotar a Croacia (29:25) y Egipto (27:28), respectivamente, en las finales disputadas este jueves en Orán
Avance Deportivo
@deportivoavance
7 de julio de 2022, 12:00
El balonmano español celebró este miércoles en Orán (Argelia) un histórico doblete en los Juegos del Mediterráneo 2022, donde las dos selecciones nacionales, Hispanos y Guerreras, se colgaron la medalla de oro tras derrotar en sus respectivas finales a Egipto y Croacia. Las primeras en festejar fueron las Guerreras, que se llevaron la enseña áurea tras derrotar este miércoles a Croacia (29:25, 17:13 en el descanso) en la gran final de los Juegos del Mediterráneo de Orán 2022.
El equipo español, liderado por veteranas como Carmen Campos, Kaba Gassama y Esther Arrojeria y con el ímpetu de las jóvenes como Nicole Wiggins, Elba Álvarez y Alba Spugnini, revalida así el triunfo conseguido en 2018 y consigue su primer gran triunfo de 2022, antes del Campeonato de Europa de noviembre. Tesón y fe fueron las armas del conjunto español, que fue de más a menos en la final y logró sobreponerse para alzarse campeón.
El conjunto español saltó con decisión al 40 por 20, con un agresivo sistema defensivo que secó el ataque croata en los primeros cinco minutos (4:0). España, guiada por la batuta de Esther Arrojeria, golpeaba desde los seis metros, donde Alba Spugnini se convirtió en un auténtico incordio para la defensa balcánica. Ya fuera marcando o provocando los siete metros, la pivote de Rocasa Gran Canaria fue decisiva en el arranque del partido.
Croacia se sacudió del dominio inicial de las españolas, lastradas por las pérdidas de balón. Golpe a golpe, el equipo arlequinado estrechó la distancia en el electrónico, pero, cuando tuvo el empate en su mano, una exclusión frenó la remontada. Carmen Campos (9 goles de 11 lanzamientos), estelar como en las semifinales, volvió a tomar las riendas del combinado español para liderar la ofensiva y retomar los cuatro tantos de ventaja (12:8).
Sólo los chispazos de la exjugadora del Rocasa Gran Canaria Katarina Pavlovic y de Stela Posavec inquietaron a la zaga española, muy sólida en el primer tiempo del partido. Si bien España mantuvo su ventaja, las paradas de Antonija Tucakovic evitaron una sangría mayor y las Guerreras se marcharon con un colchón de cuatro tantos (17:13).
Poco a nada cambió tras el paso por vestuarios. España seguía llevando el mando mientras Croacia golpeaba por medio de Pavlovic y el cañón de su brazo izquierdo. Nicole Wiggins, que entró a pista por Maddi Aalla en la segunda mitad, frenó el buen momento de las croatas con varias paradas decisivas (37% de efectividad).
No bajó los brazos la selección balcánica, que puso en apuros a las Guerreras hasta llegar a dos goles de distancia. Cuando el fantasma del empate amenazaba al equipo español, la electricidad retornó a su ataque por medio de Esther Arrojeria y Ona Vegué. Seguía empeñada Wiggins en cerrar su portería y, de parada en parada, las Guerreras capearon el temporal de los primeros 15 minutos de la reanudación.
Con la tensión que acostumbran, las españolas bregaron para domeñar a la combativa selección croata, que se fue desinflando con el paso de los minutos. Elba Álvarez, decisiva en los minutos finales con sus tantos, acabó por sellar un triunfo que remató Ona Vegué con una preciosidad desde el extremo.
«Un 10 a todas las jugadoras»
Al término de la final, el seleccionador nacional, José Ignacio Prades, se mostró muy satisfecho no sólo por el resultado, «sino sobre todo por el sacrificio y el esfuerzo de este grupo de jugadoras». Un grupo «nuevo, sin horas de trabajo juntas», destaca el técnico, que pone «un 10» a todas las jugadoras.
Por su parte, Carmen Campos, capitana de las Guerreras, alabó la labor de sus compañeras tras el duro encuentro: «Sabíamos que iba a ser un partido muy complicado, no se iba a parecer en nada al de la fase de grupos. Hemos sabido luchar y sufrir, se ha notado el cansancio, pero hemos tirado de corazón, garra y fuerza para colgarnos el oro».
La jugadora madrileña se despidió con un claro mensaje sobre el futuro del balonmano femenino español: «Estoy muy orgullosa de este equipo, tenemos Guerreras para mucho tiempo».
Los Hispanos cierran el doblete
Tras la fiesta de las Guerreras, le llegó el turno a los Hispanos. 17 años después de su última final de los Juegos Mediterráneos, el equipo de Jordi Ribera derrotó este miércoles a Egipto (27:28, 16:13 en el descanso), favorita al título, en una final infartante. Una selección española plagada de jugadores poco habituales, liderada por un colosal Ian Tarrafeta (10 goles) y un sólido Sergey Hernández, consiguió remontar en los últimos minutos para proclamarse campeón en Orán. De esta manera, el combinado masculino se suma al femenino para conseguir un doblete de oros para el balonmano español en el torneo.
El conjunto español no pudo tener un inicio más fulgurante. Los pupilos de Jordi Ribera aprovecharon los fallos egipcios en el arranque del choque para robar balones y salir al contragol y conseguir así una ventaja de tres tantos en los primeros cinco minutos (1:4).
No obstante, la zaga egipcia no cedía y a los Hispanos les costaba sangre y sudor penetrar la portería rival. Con el pabellón volcado sobre los africanos, el equipo español se afanó en su juego. Ian Tarrafeta dirigía las operaciones desde el central y la zaga española trataba de incomodar al máximo la ofensiva africana.
Llegados al ecuador del primer tiempo, la intensidad de los Faraones y las paradas de Karim Hendawy conseguían volver las tornas a favor de Egipto (8:7). Se atascó España en la faceta goleadora, con una sequía en el lanzamiento que provocó que Jordi Ribera llamara a los suyos a concejo en tiempo muerto. España recuperó el camino del gol, pero Egipto castigó sus errores con un buen juego de pivote para lograr una ventaja de 3 tantos en el descanso (16:13).
Egipto sacudió de nuevo a España tras la reanudación con 2 tantos rápidos. Las pérdidas de España penalizaban el buen hacer defensivo y las estiradas de Sergey Hernández, aunque una doble exclusión en el bando egipcio permitió a los de Jordi Ribera recuperar terreno (19:18).
A remolque del conjunto egipcio, Chema Márquez e Ian Tarrafeta se echaron al equipo a las espaldas para mantenerse cerca en el marcador. España remaba, siempre a uno o dos goles por debajo Egipto, mucho más afinada de cara a puerta. Pero los Hispanos nunca bajan los brazos. Tarrafeta, inspirado, acercó a España a un tanto, Hernández detuvo un lanzamiento e Imanol Garciandia logró poner el empate en el ecuador del segundo tiempo (23:23). Oxígeno para el equipo español, que empezó a creer en la remontada.
El choque entró en una fase de intercambio de zarpazos del que salieron beneficiados los Faraones, más sólidos en defensa. España, de nuevo a remolque, se enganchaba al parachoques de Ian Tarrafeta, un ciclón en la ofensiva. Mientras, bajo palos, Sergey Hernández sacaba a relucir su mejor repertorio de paradas y mantenía vivas las esperanzas en los últimos minutos (27:27).
De esta manera, España entró en el último minuto del encuentro con un gol de ventaja (27:28). En un final de infarto, Hernández detuvo magistralmente un lanzamiento desde los siete metros que tiró por tierra cualquier opción egipcia de empatar y certificó el triunfo español.