El atleta de Moncada es una leyenda sobre el tartán. A sus 41 años, el pasado verano en el Mundial de Lyon ganó el oro en peso (13,07 metros) y en disco (39,32 metros). Vive una segunda juventud: “La clave es disfrutar de este deporte y entrenar duro. Tengo ganas de afrontar nuevos retos”, apunta.