César Neira: «La bicicleta fue mi mejor terapia para superar las secuelas del accidente»
Jesús Ortiz García
Actualizado: 07/05/2015 17:30
La vida de César Neira dio un giro radical en 2003 cuando trabajaba en una cantera en su pueblo, Caldaso de los Vidrios (Madrid). Una explosión mientras manipulaba un calderín de aire comprimido le lanzó al vacío desde una altura de 7 metros. Se rompió un brazo, una pierna, las costillas, se dañó el bazo, los pulmones y el parietal, provocando una leve parálisis cerebral. Tenía 23 años y tuvo que empezar desde cero. El ciclismo fue su mejor medicina y ahora acumula un brillante palmarés: campeón de España, del mundo y de Europa, oro y bronce en los Juegos Paralímpicos de Pekín. Tras unos meses de desmotivación por lesiones y por la falta de ayudas, con sus victorias en la Copa de Europa le han vuelto a florecer las ganas de seguir compitiendo al más alto nivel.
Pregunta.- Ha sido el mejor de los españoles en las 2 Copas de Europa de ciclismo en carretera en Italia, ¿cómo se siente?
Respuesta.- Mejor imposible porque gané la general en las 2 Copas, con 3 victorias y un tercer puesto. En Verolanova gané en ruta y en la crono, mientras que en Brescia fui 3º en ruta y oro en la contrarreloj. Se dieron las circunstancias para ser el mejor de los ciclistas de mi categoría C4, todo salió perfecto, mejor de lo esperado porque me enfrentaba a rivales muy duros, entre ellos el campeón del mundo, el italiano Gianluca Faltoni.
P.- En pista no ha tenido una buena temporada, pero en carretera ha comenzado muy fuerte, ¿qué objetivo tiene en el Mundial?
R.- Este año no preparé mucho la temporada en pista y cuando las cosas no salen bien al principio, es difícil mejorar y al final el balance fue malo. Pero estaba pensando más en el Mundial de Suiza en carretera de este año que será un campeonato escalador, muy duro, de montaña, donde habrá 2.500 metros de desnivel, una barbaridad para un Mundial de ciclismo adapatado. Tendré a rivales muy buenos, pero si se dan las condiciones y estoy a un buen nivel, sé que puedo ganar tanto en ruta como en la contrarreloj, donde disfruto mucho. He sido campeón del mundo en 2012 y 4 veces medalla de plata, así que quiero volver a ponerme el maillot arco iris.
P.- ¿Cómo se prepara para esta competición?
R.- Me ayuda mi preparador físico, Javier Fernández Alba, y también Paco Mancebo. Todo el trabajo está enfocado en ese Mundial, al que espero llegar fino. Hacemos duros entrenamientos por montaña, con unos 600 kilómetros a la semana, hay veces que más, con 50 horas semanales. Suelo correr por el sudoeste de Madrid, por la zona de Ávila. Si quiero estar al más alto nivel, debo realizar entrenos muy exigentes.
P.- ¿Piensa ya en los Juegos Paralímpicos de Río?
R.- Serían mis terceros Juegos tras los de Pekín 2008, donde logré oro en contrarreloj y bronce en persecución individual en pista, y los de Londres 2012. Pero no me obsesiona llegar a Río de Janeiro 2016, hasta hace poco estaba muy desilusionado, no tenía hambre de competición y me planteé dejarlo este año. Ahora mismo me centro en el Mundial, las victorias en Copa de Europa me han dado confianza y ganas de seguir. Mentiría si dijese que no quiero ir a Brasil, pero no es un objetivo inmediato.
P.- ¿A qué se debió esa falta de motivación?
R.- En poco tiempo he tenido 4 operaciones por caídas, veía que no cogía la forma física, no avanzaba, iba hacia atrás y no tenía el nivel competitivo de antes. No me recuperaba de una lesión y ya tenía otra, me rompí 2 veces la clavícula, después la mano y era frustrante. Y a eso se le suma la falta de apoyos económicos, te quitan las becas porque no obtienes resultados en competición, si no ganas, no cobras. Luego está la diferencia abismal que existe entre lo que recibe un deportista olímpico y otro paralímpico, pero trabajamos igual de duro, con marcas muy buenas y también somos profesionales. Tengo cero ayudas, sólo el apoyo de mi equipo élite Super Froiz, que me da material, ropa, bicicleta y un pequeño sueldo para pagar los gastos de viajes, así como de una marca deportiva llamada Spiuk, que lleva conmigo desde 2007.
P.- Con tesón y esfuerzo ha ido superando cada obstáculo en la vida, como el de su accidente en 2003, ¿qué le ocurrió?
R.- Trabajaba en la cantera de Caldaso de los Vidrios, estaba manipulando un calderín de aire comprimido cuando explotó, salí despedido desde una altura de 7 metros y me golpeé contra un muro de piedras. Me rompí un brazo, una pierna, la cadera, me dañé el bazo, el pulmón y el cerebro, por ello me tuvieron que implantar 2 placas de titanio en la cabeza. Quedé hecho polvo, a punto de morir. Tras muchos días ingresado en la UCI, los médicos no me daban esperanza de vida, pero salí adelante.
P.- ¿Cómo fue su reencuentro con el ciclismo?
R.- Antes del accidente cogía la bicicleta, pero la dejé porque el trabajo me ocupaba mucho tiempo. Nada más salir del hospital y casi sin poder andar bien ya la cogí de nuevo. Fue una sensación única, poco a poco empecé a ganar carreras en España, a lograr éxitos internacionales con medallas en europeos, mundiales y Juegos Paralímpicos, y ahora estoy feliz y orgulloso de tener este gran currículum deportivo.
P.- ¿Qué ha supuesto el ciclismo en su vida?
R.- La bicicleta fue mi mejor terapia para superar las secuelas del accidente. Con 24 años tuve que empezar desde cero, incluso tuve que aprender a escribir, leer o andar de nuevo y el ciclismo ha sido una parte fundamental en mi rehabilitación, me cambió la vida. No puedo estar un día sin montar en bici, siempre me acompañará hasta que me convierta en un abuelo con gorrilla dando paseos por el parque o la montaña (risas). Pero todavía queda para que eso ocurra, ahora quiero seguir disfrutando de la competición, ir al Mundial y luego a los Juegos de Río. Eso sí, si voy es para intentar ganar todas las carreras, si no, me quedo en casa. Mi virtud es que soy muy competitivo hasta jugando a la Play Station con mis hijos (risas).