La pasión de sus padres por el esquí alpino y el vivir rodeada de tanta nieve no le dejaron otra alternativa que dedicarse al deporte blanco. Aunque de pequeña le encantaba jugar al fútbol como portera, lo que más le gustaba era cuando cada tarde después del colegio se calzaba los esquís para disfrutar de la velocidad en cada bajada en Sierra Nevada. Con pocos medios y casi en sigilo, a sus 32 años Carolina Ruiz llega en su mejor momento a Sochi, sus cuartos Juegos Olímpicos, y muy motivada tras su hazaña en Meribel (Francia) al conquistar una Copa del Mundo. Subir al podio está a su alcance más que nunca.

Jesús Ortiz García
Actualizado: 4/02/2014 14:00 horas

Pregunta.- En unos días arranca una de las competiciones más esperadas, ¿cómo llega a Sochi?

Respuesta.- La cuenta atrás la estoy viviendo muy tranquila, he recargado energía en casa para darlo todo en las Olimpiadas. Llego en el punto que quería, me encuentro fuerte, no tengo ningún tipo de lesión, estoy lista y preparada para dar guerra. Las sensaciones son buenas así que estoy con ganas de que lleguen los entrenamientos para probar la pista e ilusionada con la competición.

P.- Serán sus cuartos Juegos Olímpicos, posiblemente los últimos que dispute, ¿qué ha cambiado desde aquella joven que debutó en Salt Lake City 2002?

R.- A mis primeros Juegos iba sin expectativas, a vivir la experiencia y a demostrar lo que sabía, aún así hice un puesto 15, fue una sorpresa. Los de Sochi los viviré de otra forma, llego en un gran estado de forma, he mejorado en muchos aspectos, soy más fuerte mentalmente. Ahora estoy entre las mejores del mundo y lucharé por la medalla olímpica que siempre soñé, sé que es posible.

P.- En algunas apuestas aparece como candidata para subir al podio, ¿cómo gestiona la presión de estar entre las favoritas?

R.- Los medios de comunicación a veces te cuelgan la medalla antes de tiempo. Es fácil dejarse llevar en este sentido y pensar que está todo hecho, pero sería un error, por eso voy con los pies en el suelo, aunque buscaré siempre lo máximo. Hay muchas posibilidades de conseguir una medalla y eso significa que estoy en un buen nivel, pero hasta que no termine la carrera y toque la medalla no será mía. Subir al podio está demasiado caro en este deporte, no se regala nada, aunque iré a por todas.

P.- Participará en descenso y en supergigante, ¿en qué consisten ambas pruebas y cuál afronta con mayor ambición?

R.- Voy a gestionar las dos modalidades con la misma motivación e ilusión, pero es cierto que en invierno los mejores resultados los he logrado en descenso. Súpergigante tiene la dificultad de que no probamos la pista antes del día de competición y, por tanto, hay más posibilidades de cometer errores durante la carrera. Ambas son las pruebas del esquí alpino que tienen menos curvas pero que se va a una velocidad mucho mayor, a unos 110 km/h de media, aunque se alcanzan los 130 km/h.

La granadina Carolina Ruiz | AD

P.- A esas velocidades, ¿le da tiempo a pasar miedo?

R.- A veces sí, dependiendo de cómo está la nieve porque nunca llegas a controlarlo todo con los esquís. Los esquiadores tenemos algo distinto para perderle el respeto a la velocidad, es una sensación extraña porque disfrutas, te engancha, pero a la vez sabes que pones en riesgo tu vida, un riesgo que hace que este deporte sea tan espectacular y atractivo.

P.- ¿Cómo es la pista de Sochi en la que competirá?

R.- Estuve hace dos temporadas compitiendo, pero han hecho cambios para ensanchar la pista y movimientos de terreno, así que hasta que no lleguemos allí no sabemos con qué circuito nos vamos a encontrar.

P.- ¿Quienes serán las rivales más fuertes?

R.- María Hofl-Riech (Alemania), Tina Weirather (Liechtenstein), Lara Gut (Suiza), Tina Maze (Eslovenia) y Ana Fenninger (Austria) son los grandes nombres que pelearán por las medallas. Aunque siempre digo que tu máximo rival es uno mismo. El esquí es un deporte que necesita un equipo de apoyo, pero cuando una está en el cajón de salida ya no eres amiga de nadie, luchas contra si misma para hacerlo lo mejor posible, no controlas lo que hacen las demás. Es una guerra psicológica constante.

P.- Tras 16 temporadas peleando en la élite del esquí llegó su hazaña en el descenso de Meribel, ¿en qué le ha cambiado esa victoria?

R.- A parte de conseguir un sueño, me ayudó mucho a seguir creyendo en el trabajo que realizo para alcanzar estas metas. Me ha enseñado a que no hay que rendirse fácilmente, a seguir siendo constante y a querer siempre más. Hace unos años pensé en dejar los esquís, pasé por momentos complicados hasta que me planteé las cosas de diferente manera, cambié la mentalidad y elegí un camino distinto que me ayudó a mejorar mi rendimiento.

P.- ¿Ahora es cuando más está disfrutando del esquí?

R.- Así es. A veces tienes que tocar fondo para resurgir, a mí me ha pasado. He aprendido a disfrutar de este deporte y a confiar en el proceso de trabajo sin estar tan pendiente de los resultados porque al final todo viene rodado, si te encuentras bien, crees en lo que haces y tarde o temprano los resultados aparecen. También el entrenar con el equipo nacional francés me ha ayudado mucho, es una motivación más.

Carolina en los JJOO de Vancouver 2010 | AD

P.- ¿Y el frío cómo lo lleva?

R.- Sigo sin acostumbrarme a las bajas temperaturas, paso mucho frío (risas). Y encima, la ropa que llevamos en competición es mínima, es un mono muy fino por temas de aerodinámica.

P.- ¿Cree que España lleva al mejor equipo de su historia a unos Juegos Olímpicos?

R.- Para mí si es la mejor delegación, somos pocos pero hay mucha calidad, tenemos a deportistas que están en el nivel más alto, están destacando y algunos apuntan a medalla.

P- ¿Servirán estos Juegos Olímpicos para darle un empujón a los deportes de invierno?

R.- Espero que sea así. Son deportes muy minoritarios, a los que les está afectando los recortes, estamos pasando un momento crítico en cuanto a las ayudas pero por suerte podemos seguir adelante. Por ello, en el futuro próximo será muy difícil que salgan corredores de alto nivel. Ojalá si logramos alguna medalla o buenos resultados en Sochi sirvan para abrir camino a los que vienen detrás, que los más jóvenes tengan referentes en los que fijarse y que les de confianza para continuar.