Carolina Marín, tricampeona del mundo. Fuente: Federación Española de bádminton

La jugadora onubense se ha adjudicado el Campeonato del Mundo de bádminton que se ha celebrado en China tras vencer en la final a la india Sindhu Pursala

Manuel López

@manu209523
6 de agosto de 2018, 07:28

La historia del bádminton tiene escrito con letras doradas el nombre de Carolina Marín Martin, no en vano, la volantista onubense es la única que ha sido capaz de ganar tres Copas del Mundo en esta disciplina deportiva.

La vigente campeona olímpica, que sólo ha cedido un set durante todo el torneo disputado en Nanking (China) tras derrotar a la india Sindhu pursala por 21-19 y 21-10 en el partido por el título, agranda su leyenda.

Por la vía rápida, así fue como la jugadora española ha logrado alzarse con la presea de oro en territorio asiático, no en vano, sólo tardó 46 minutos en decantar la final en su favor.

El encuentro ha arrancado con superioridad de la jugadora nacional, que exhibiendo un gran juego con versatilidad de golpes, se adjudicó la primera manga tras pasar apuros al inicio del encuentro con los derechazos de Shindu, que pese a tener ventajas en el tanteador fue incapaz de doblegar a la número 10 en el ranking de la IBF.

 Poco a poco, el transcurso de los puntos ha sido favorable a la volantista nacional que ha sido capaz de tener paciencia en el arranque del segundo y definitivo set, que llegó a ponerse tan de cara con un parcial de 17-4 que provocó que la onubense, presa de la precipitación, haya cometido errores no forzados que dieron puntos a su contrincante, algo que finalmente no ha variado el sino de un partido con claro color rojigualda que se cerró con un 21-10 en la segunda manga.

Así las cosas, Carolina Marín, que rompió a llorar tras salir victoriosa, ha logrado la triple corona en Nanking tras subir a lo más alto del podio en 2014, 2015 y 2018.

La jugadora andaluza, con un palmarés envidiable, léase, 3 mundiales, 4 europeos y 1 oro olímpico, hace presagiar que va a seguir haciendo camino en el bádminton, no en vano, sólo tiene 25 años, edad idónea para cosechar nuevos éxitos en un futuro próximo.