Broche de diamante para Ruth Beitia
La saltadora española, tras su oro olímpico en Río, ha logrado su 2º diamante consecutivo como líder de la altura femenina en su temporada más brillante.
Avance Deportivo
@deportivoavance
1 de septiembre de 2016, 21:00
La victoria en la Weltklasse de Zúrich, que le otorga su 2º diamante consecutivo como líder de altura en el circuito más selecto de reuniones de un día, ha rematado la temporada más brillante de la historia para un atleta español, hombre o mujer.
Un salto de 1,96 al primer intento la dejó sola en competición en el estadio Letzigrund, y luego atacó sin éxito los 2,02, su actual récord de España.
En el ámbito español, los éxitos de la atleta cántabra en conjunto sólo admiten parangón ahora con los de Fermín Cacho, campeón olímpico de 1.500 en Barcelona’92 y declarado por la IAAF mejor atleta español de todos los tiempos, pero el soriano nunca llegó a cuajar una temporada tan impresionante como la que cierra ahora la saltadora.
Ni en el mejor de sus sueños pudo Beitia imaginar que con 37 años iba a realizar una temporada así, que empezó en marzo en Portland con una medalla de plata en los Mundiales de pista cubierta, continuó en julio con su tercer título europeo consecutivo en Amsterdam y alcanzó su punto culminante en agosto con la medalla de oro olímpica en Río, antes de concluir con la victoria en la Diamond League.
El 20 de marzo, en el Centro de Convenciones de Portland (Oregón, EEUU), Beitia logró la medalla de plata con una marca de 1,96 compartida con la campeona, la estadounidense Vashti Cunningham, 18 años más joven. La española borraba así la amargura que le dejó seis meses antes su quinto puesto en los Mundiales de Pekín.
Los de Portland eran sus 9º mundiales en pista cubierta y su 4ª medalla en esta competición (antes, bronce en Moscú 2006, plata en Doha 2010, bronce en Sopot 2014).
4 meses después, el 7 de julio pasado, Ruth completó en el estadio Olímpicos de Amsterdam un triplete inédito en los campeonatos de Europa. Un salto de 1,98 metros la convirtió en la 1ª atleta que conseguía tres títulos consecutivos de salto de altura, una gesta sin precedentes también entre los hombres.
Era su medalla internacional número 13 en categoría absoluta, sin contar el oro europeo sub-23 que obtuvo quince años antes en ese mismo estadio Olímpico de Amsterdam.
«Nos queda el ultimo sueño, el que me dio las ganas de pequeña de cogerme de la mano de Ramón (Torralbo, su entrenador), que es una medalla en los Juegos Olímpicos. Ojalá se haga realidad», afirmaba. Sólo 40 días tardó en hacer realidad su gran sueño, aquél por el que luchan cada día miles de atletas en todo el mundo: la medalla olímpica.
El atletismo le debía una medalla olímpica a una atleta que la estuvo persiguiendo durante 26 años bajo la sabia dirección de Ramón Torralbo, y en el momento de saldar la deuda quiso mostrarse generoso: medalla de oro.