Arturo Montes, a toda vela hacia Río de Janeiro
El regatista andaluz sufrió la amputación de una pierna tras un accidente en el mar en 2011 y ahora se ha clasificado para los Juegos Paralímpicos en la clase 2.4mR.
Jesús Ortiz García
@JesusOrtizAD
17 de Mayo de 2016, 15:44
Arturo Montes formó parte de la tripulación del ‘Estrella Damm’, una embarcación familiar con un presupuesto modesto que se impuso en 1998 en la Copa del Rey a veleros de mucho mayor rango económico y tecnológico. Desde pequeño le acompaña la melodía del barco cuando se abre paso en el agua y la libertad que le transmite el navegar. Su vida dio un giro en 2011, sufrió un accidente en el mar mientras nadaba y tras un mes en coma, tuvieron que amputarle la pierna izquierda. La vela fue su mejor terapia y ahora se ha convertido en el representante español de la clase 2.4mR para los Juegos Paralímpicos de Río.
«Cuando empecé a competir en esta modalidad nunca imaginé que lograría esta clasificación, es un sueño», dice el regatista. Hace casi 5 años mientras disfrutaba de un baño en el Algarve portugués junto a su mujer y sus dos hijos, una lancha no se percató de su presencia en el agua y le arrolló. «Fue muy traumático, las hélices me causaron graves heridas en todo el cuerpo, sobre todo, en la zona de la barriga», relata.
Con afán de superación y perseverancia, Montes encontró en el deporte a su mejor aliado para superar el golpe anímico. «Fue duro, pero pudo ser peor y gracias a las disciplinas deportivas que practico disfruto de esta nueva etapa», recalca. El sevillano alterna el pádel en silla con la vela adaptada. «Lo mejor de este deporte es que las sensaciones son las mismas, da igual la discapacidad», recalca. Aunque de niño su pasión era correr con el balón oval: «Mi deporte era el rugby, jugué durante 13 años y con en el Ciencias Fundación Cajasol de Sevilla fuimos campeones de Liga y de Copa».
El club hispalense rindió homenaje al regatista andaluz, que realizó el saque de honor en el estadio La Cartuja nada más aterrizar de Italia, donde selló el pasaporte para los Juegos de Río de Janeiro. «Todavía no me lo creo, ya lo iré asimilando. Ha sido mucho sacrificio y siento una enorme satisfacción al ver que el trabajo tiene sus frutos», asegura. Todo se decidió a los pies de los Alpes, en el Lago di Garda, la última regata puntuable para el ránking nacional, tras las 3 pruebas anteriores con el campeonato de España -que ganó Montes-, el Trofeo SAR Princesa Sofía Iberostar y la competición del Circuito Iberdrola en Murcia.
El viento sopló a su favor
El sevillano llegó a la batalla final como 1º con 55 puntos y su máximo rival, Rafa Andarias, 2º con 53. Le bastó con ser 7º en la clasificación general, aunque relata que fue complicado defender su plaza. «El primer día fue desilusionante, veía bastante difícil estar en los Juegos y el resultado fue nefasto. Pero tuve la suerte en el 2º día de que llovió e hizo mucho viento, realicé 3 mangas muy buenas y me situé de nuevo por delante de Rafa. El tercer día volvió a igualarse la situación entre ambos y la última jornada se anuló por falta de viento, así que conseguí el billete», recuerda.
Sin tiempo que perder, ya ha trazado las líneas a seguir junto a su entrenador, Nacho Zalvide, uno de sus grandes apoyos tras el accidente que sufrió. «Es un pilar, no solo en lo deportivo sino también en lo personal», dice. El deportista del Real Club Marítimo y Tenis de Punta Umbría preparará la cita de septiembre desde el Puerto de Santa María. «Entrenamos en la Bahía de Cádiz, en Puerto Sherry, que reúne buenas condiciones para la navegación. Tendré la ayuda de mi compañero Borja Melgarejo con el objetivo de mejorar algunas cosas y dar pasos con seguridad para llegar a los Juegos en buenas condiciones», explica.
Montes espera que el día de la competición, la bahía de Guanabara presente un mejor estado. El lugar que acogerá la vela en los Juegos se ha convertido en el centro de una gran polémica debido a los alarmantes niveles de virus y bacterias en sus aguas. «Es difícil que no haya contaminación ya que es la desembocadura de varios ríos que pasan por las favelas y se acumula mucha basura. Pero confiamos en que la organización no ponga en riesgo la salud de los regatistas», añade.
El andaluz buscará hacer un buen papel en la ciudad carioca, consciente del nivel que hay en la clase 2.4mR. «Llevo 2 años compitiendo con los que estarán en los Juegos y mi ambición es total, pero hay que ponerse un objetivo alcanzable. Mi objetivo es lograr un diploma olímpico, quedar 6º estaría bien», apunta. Aunque no descarta dar la sorpresa como ya lo hiciera con el Estrella Damm hace 18 años, cuando el barco capitaneado por su padre superó a la mejor flota internacional. «Las medallas están difíciles, aunque de vacaciones a Río no voy, pelearé por quedar lo más alto posible», apostilla.