La saltadora Ana Garijo durante un campeonato. Fuente: AD

La joven atleta llega con ilusión a los Juegos Olímpicos de la Juventud en China tras una temporada marcada por las lesiones aunque confiada en alcanzar los 13 metros.

Jesús Ortiz García

Ana Garijo ya mostraba cualidades en la gimnasia aeróbica, pero cambió el tapiz por las pistas de tartán, y el maillot por el pantalón corto y las zapatillas de correr. Conoció el atletismo en un campamento de verano y la atrapó. Ahora, con 16 años esta atleta se asienta como una de las grandes promesas del triple salto en España y en agosto vivirá una de sus mejores experiencias en este deporte con los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nanjing (China).

La valencia saltando. Fuente: J. Fontón

Al principio se lo tomó como un hobby, estaba cansada de tanta competición: «La gimnasia era demasiado dura, todo muy estricto y disciplinario. No podía hablar con mis compañeras en los entrenamientos y lo dejé. Fue un cambio radical, con el atletismo me divierto más, es un ambiente diferente», aclara.

La gimnasia no sólo le ha permitido tener agilidad y elasticidad para afrontar cada salto. «Me ha aportado constancia y actitud, me lo tomo muy en serio, pero siempre con alegría», dice. Aunque en un principio rehuía de la competición, aquella afición empezó a convertirse en algo más serio: «Pensaba que sería como en mis años de gimnasta, pero me di cuenta de que el atletismo sin competir no tiene sentido, porque es cuando superas tus límites».

La deportista del club Valencia Terra i Mar ya acumula varios títulos en su palmarés. Se estrenó en triple salto con un bronce en el campeonato de España en categoría cadete en pista cubierta y con el oro al aire libre. A raíz de ahí empezó a gestarse una saltadora con brío y descaro, sumando nuevos metales dorados, de plata y de bronce como juvenil.

Factoría de Rafa Blanquer

Ana Garijo es un genuino producto de la factoría de Rafa Blanquer, uno de los entrenadores más laureados del atletismo español. Cada día le enseña cómo no marcar la punta de su zapatilla en la plastilina de la tabla de batida para aspirar a medallas y la mentaliza de que puede llegar lejos. «He experimentado un gran cambio al pasar a entrenar con él», apunta. En la pista también se cruza a veces con Niurka Montalvo, que le da consejos. «No tengo referentes en este deporte, pero me llevo bien con ella, me ayuda a mejorar. Yo prefiero seguir mis pasos, sin imitar a nadie», sostiene.

La valenciana no sólo vuela sobre el foso de arena, también lo hace en el tartán cuando compite en pruebas de velocidad. «Este año he participado en relevos, 100 y 200 metros lisos. Me sirven de desconexión y me libera. Me ayuda a no bloquearme cuando las marcas en salto no me salen», añade.

Ana Garijo. Fuente: Proyecto FER

A Nanjing llega con mucha fuerza tras quedar subcampeona de España juvenil con un salto de 12.37 metros, y eso que ha estado parada durante gran parte de la temporada por problemas físicos. Después de sobreponerse a dolores en la espalda tras fortalecer la zona de lumbares y abdominales, llegaron las molestias en el pie derecho. «Tuve 2 edemas por el impacto de cada salto. Es una lesión que cuesta mucho curar, pero he seguido entrenando duro, saltando a la pata coja apoyando la pierna izquierda, que se ha puesto fuerte», explica risueña.

A pesar de las lesiones, en los Trials europeos de Bakú (Azerbaiyán) consiguió su pasaporte para los Juegos Olímpicos: «Logré un salto de 12.82 metros, pero en la final me retiré porque empezaron los dolores y no quise arriesgar porque ya tenía la clasificación para China». «Tengo muchas ganas, me encanta el país y voy para disfrutar, a dar el máximo. Los resultados no me preocupan demasiado, aunque quiero llegar a la final y espero alcanzar los 13 metros», sentencia.