El velocista español Aitor Ekobo durante una carrera de 100 metros. Fuente: AD

El atleta del club Fuenlabrada es el campeón juvenil de España y una de las grandes promesas de la velocidad a sus 16 años. En los Juegos Olímpicos de la Juventud quiere dar la sorpresa.

Jesús Ortiz García 

Sale muy concentrado a la pista para calentar a un lado del tartán, visualiza la carrera, se coloca en la salida de tacos, acelera y derrocha explosividad para volar hasta la meta. Otra vez campeón de España, esta vez, como juvenil. Es Aitor Ekobo, un chico de 16 años algo tímido pero de sonrisa fácil y en cuyas largas zancadas está el futuro de la velocidad española. Recién está viviendo su despegue deportivo y los focos ya le apuntan como una de las promesas del atletismo.

Aitor Ekobo en carrera. Fuente: AD

Él no se inmuta, se lo toma con calma: «Me alegra que confíen en mí pero muchos han pasado ya por lo mismo y se han quedado en el camino, así que hay que mantener los pies en el suelo y seguir trabajando paso a paso», dice. El madrileño se entrena en un estadio que lleva el nombre del mítico mediofondista Fermín Cacho con el objetivo de pulverizar sus registros. En el campeonato nacional en Valladolid sumó otra victoria tras recorrer los 100 metros lisos en 10,71 segundos.

Aunque su mejor marca en la distancia la logró la pasada temporada en el Mundial de Donestk (Ucrania), donde hizo historia al clasificarse entre los 8 primeros con un registro de 10,65 segundos. «Fue un año complicado y aquel resultado me dio muchos ánimos para continuar. Había gente que no confiaba en mí y me decía que en primera ronda quedaría eliminado. Pero me metí en la final, entre los mejores», recuerda.

Acumula numerosas medallas en sus vitrinas y eso que hasta hace 4 años repartía juego desde el centro del campo en un equipo de fútbol de barrio en Fuenlabrada. Poco después el atletismo se cruzó en su camino. «Fue en unos juegos escolares donde me presenté para hacer salto de longitud, conocí a Inés Jiménez, mi entrenadora, y empecé a probar con la velocidad», relata.

Aquel joven de piernas delgadas tenía talento, disciplina y aprendía muy rápido. Ahora se codea con la élite mundial en categoría juvenil, pero los triunfos no han cambiado a un chaval de ideas muy claras. «No me ha cambiado mi personalidad, soy de los que pienso que hay que continuar como al principio, salir a jugar y divertirme. Mi objetivo es ir carrera a cerrera y si puedo llegar lejos, mejor, si no, a seguir estudiando que es mi prioridad», recalca.

Juegos Olímpicos de la Juventud 

En agosto afrontará uno de los retos más importantes de su trayectoria, las Olimpiadas juveniles en China, tras lograr la clasificación en los Trials europeos en Bakú (Azerbaiyán) a pesar de los problemas físicos que ha arrastrado durante este curso. «Me he lesionado 2 veces pero para correr no hay excusas. Ya estoy recuperado y entrenando a tope, me veo capacitado para mejorar mis marcas», asegura.

Ekobo acudirá a Nanjing cargado de confianza y con una frase del rapero Juancho Marqués grabada en su cabeza: ‘El cielo me la suda, yo soy mi límite’. «Estoy con mucha ilusión, es una experiencia única y quiero dar el máximo. No tengo presión porque nunca me pongo nervioso antes de correr, soy muy frío y tranquilo, sólo espero pelear para estar con los mejores. Estoy seguro de que tendrán que correr mucho para dejarme fuera de la final», apunta.

Zancadas de gran velocista. Fuente: AD

Competirá en los 100 metros lisos, «la prueba reina», pero ya se plantea preparar el próximo año los 200 metros, «la que más me gusta por la curva y las rectas». El madrileño insiste en que aún tiene mucho margen de crecimiento y debe mejorar «en la salida de tacos y en la técnica en carrera» para estar con los mejores de la velocidad en España.

Le gustaría alcanzar en el futuro las marcas de Ángel David Rodríguez ‘El Pájaro’ y Bruno Hortelano, con los que ya ha compartido pista. «Fue una motivación estar con ellos, competir detrás de estos corredores fue bestial, ¡cómo corren! Todavía queda mucho para estar al nivel de ellos, pero con trabajo y sacrificio, puedo lograrlo», confía.

Mientras recibe el apoyo incondicional de su familia, amigos y de la escuela de atletismo de Fuenlabrada, no descarta la opción de marcharse al extranjero para progresar: «No estaría mal, lo estamos pensando, hay becas en EEUU y en Europa que me facilitan las cosas», finaliza.