Los filtros de arsénico: La clave para garantizar nuestra salud
Avance Deportivo
@deportivoavance
15 de julio de 2024, 14:00
El arsénico se encuentra en el medio ambiente tanto de manera natural como por medio de vías artificiales. Pese a que no es tan conocido como otros elementos, la realidad es que nos encontramos ante una de las mayores amenazas para la salud pública, especialmente si se trata del arsénico disuelto en el agua potable. Un escenario que obliga a tener que tomar una serie de precauciones para evitar problemas mayores.
El problema del arsénico
Durante los años noventa, diferentes estudios dieron a conocer que su toxicidad no se limita a dosis altas, como se pensaba por aquel entonces. Sino que su presencia a niveles mínimos también es nociva debido a su capacidad para causar cáncer, además de otras muchas enfermedades.
Una vez se dio a conocer la situación, las regulaciones internacionales redujeron el límite permitido de arsénico en el agua potable a 10 μg/l. Sin embargo, en aquel entonces no había soluciones sencillas para que las plantas de tratamiento de agua más pequeñas cumplieran con estas nuevas normativas. Para resolver esta cuestión, se procedió a desarrollar nuevas tecnologías como el granulado de adsorción GEH®.
Técnicas de eliminación
Adsorción
La adsorción es uno de los métodos más utilizadas. Se trata de una vía en la que el arsénico se adhiere a la superficie de un material sólido. Inicialmente, se usaba óxido de aluminio granulado. Sin embargo, debido a su limitada capacidad y el riesgo asociado con el aluminio disuelto, este material dejó de utilizarse.
Hoy en día, los adsorbentes a base de hidróxido de hierro son la tecnología predominante para la eliminación de arsénico. Estos adsorbentes no solo eliminan eficazmente el arsénico hasta niveles mínimos, sino que también operan de manera segura y sencilla sin generar residuos líquidos.
Filtración
En segundo lugar, nos encontramos con los procesos de filtración. Este proceso emplea sales de hierro o aluminio, y se ha consolidado como otra de las opciones más populares. Estas sales se precipitan y forman flóculos en el agua bruta, a los que el arsénico se adhiere.
Los flóculos se filtran y, por ende, se consigue eliminar el arsénico del agua. La cantidad de floculante requerida varía según la concentración de arsénico y debe determinarse mediante análisis periódicos.
Intercambiador de iones
Los intercambiadores de iones pueden eliminar aniones o cationes del agua, liberando otros iones en el proceso. En el caso de que el arsenio esté presente como arseniato, que es un ion cargado, puede ser eliminado por estos intercambiadores.
Conviene tener en cuenta que la capacidad de los intercambiadores de iones es relativamente baja y requieren regeneración frecuente, por lo que es una técnica algo más limitada a los anteriores.
Procesos de membrana
Por último, llegamos a la tecnología de membranas, como la nanofiltración y la ósmosis inversa, utiliza altas presiones para filtrar el agua a través de membranas con poros extremadamente pequeños.
Este método puede eliminar el arsénico junto con otros componentes no deseados del agua. El proceso cuenta con la particularidad de que genera corrientes de aguas residuales con alto contenido de arsénico que deben ser tratadas antes de su disposición final.