La tabla y la nieve como vía de superación
Astrid Fina, Urko Egea y Aitor Puertas sufrieron la amputación de un miembro inferior en un accidente de moto pero todos recuperaron la ilusión gracias al snowboard adaptado. Los 3 competirán en el Mundial de La Molina.
Jesús Ortiz García
Actualizado: 18/02/2015 20:10
Tenacidad, ilusión y superación son palabras que siempre aparecen en el diccionario de Astrid Fina, Urko Egea y Aitor Puertas, 3 ‘riders’ hechos de otra pasta a los que les mueve su pasión por el snowboard. Les únen la tabla y la nieve, también el hecho de que sus vidas dieron un giro radical por un accidente de moto. Con trabajo y sacrificio superaron los obstáculos y ahora disfrutan con la velocidad en cada bajada, saltos y peraltes sobre el manto blanco. Participaron en los Juegos Paralímpicos de Sochi y este mes lo harán en el Mundial en La Molina.
La catalana Astrid apunta alto y eso que aún tiene la ‘L’ de novel a sus espaldas porque lleva menos de un año de entrenamientos en la nieve. Y en sus vitrinas ya figura un diploma olímpico, el que logró en Rusia. «Lo tengo colgado en casa en la ‘habitación de Sochi’, como yo le llamo. Ir a unos Juegos fue increíble, aprendí a competir al máximo. Tengo mucho camino por recorrer hasta alcanzar mi otro objetivo, los Juegos de Corea del Sur en 2018», confiesa.
Era dependienta en una joyería en Barcelona y se presentó a las pruebas del equipo porque un amigo la animó. «Lo mío ha sido un aprendizaje rápido y mantenerme en buen nivel es lo que más me va a costar, el rascarle segundos a las rivales que están delante. He mejorado bastante en técnica y en saltos, me siento más segura, preparada y controlo mejor los nervios gracias a la ayuda de la psicóloga que tenemos en el Centro de Tecnificación del Valle De Arán», explica.
En 2009 un coche le atropelló mientras iba en moto y después de un calvario en el hospital con 13 operaciones y una infección, no pudo salvar el pie derecho. La tabla de snow fue su mejor terapia. En La Molina confía en hacer un buen papel y estar entre las mejores en las modalidades de banked eslalon, «como el esquí pero en cada palo hay una curva con pared», y en boardercross, «que antes era con bajadas de uno en uno y ahora será de 2 en 2, por lo que habrá más presión y competencia, aunque más diversión».
Fuera del equipo español
En la estación gerundense también estarán Urko Egea y Aitor Puertas, que a diferencia de Astrid, no han sido seleccionados este año para formar parte del equipo español, por lo que no cuentan con ayuda material, económica ni de entrenamientos. Ambos se preparan en solitario en un pequeño snowpark en La Mongie (Francia) gracias al apoyo de Euskadi Kirola Fundazioa de Basque Team.
Urko, que es un pionero en este deporte adaptado, se lamenta de la decisión de dejarles fuera de la selección. «En diciembre hicieron unas pruebas físicas, psicológicas y en nieve cuando aún no había nevado lo suficiente, por lo que no se pudo comprobar mi nivel de snow. Pedían criterios muy ambigüos y al parecer no los cumplimos. Sólo han cogido a un chico de 20 años que aún no está para competir. Es todo muy extraño, el que gestiona el dinero público y privado quiere que el programa funcione con el mínimo de deportistas posibles y todo lo que no se gasten en nosotros se lo llevan a sus bolsillos», denuncia.
Este autodidacta del snowboard, al que tuvieron que amputarle una pierna en 2006 tras un accidente de tráfico, no tira la toalla pese a las trabas que le han puesto. «Es el año que más estoy disfrutando y he notado mejoras importantes tras los cambios en la regulación de la prótesis. Peleando bastante nos han permitido apuntarnos al Mundial aunque lo pagamos nosotros, vamos representando a España con cero ayudas del equipo español. Aún así voy con ganas, será difícil sacar una buena posición pero me veo mejor y más fuerte», asegura.
Del césped a la nieve
Su compañero de viaje es Aitor Puertas, quien apenas ha tenido ayudas por parte de la federación española desde que se inició en este deporte hace 2 años, por lo que quedarse fuera del equipo no le ha afectado tanto. «En los años anteriores a Sochi también lo hice todo por mi cuenta. En el primero no me cogieron en la selección y me marché a Estados Unidos a entrenar, donde está todo mucho más avanzado. Luego me dieron una plaza pero seguí progresando con en Norteamérica», relata.
En Donostia sprintaba por el césped y marcaba goles con el equipo de fútbol de su pueblo. Hasta que en 2010 cuando se dirigía en moto a un entrenamiento en moto, un coche invadió su carril y le arrolló. Le amputaron la pierna izquierda por encima de la rodilla y pasó 3 años sin poder moverse bien. Ha tenido que tirar del dinero de la indemnización para disfrutar del snow: «Las prótesis son muy caras, tuve 2 de 3.500 euros y se rompieron, necesitas también un pie y un encaje que se agarre mejor a la pierna. Hace 2 semanas compré una por 7.500 y me tiene que durar hasta los Juegos de 2018 porque no me queda otra, los recursos económicos se agotan y espero acertar».
La «nueva pierna» la estrenará en el Mundial en unos días y espera hacerlo mejor que en los Juegos Paralímpicos. «En Sochi me afectó la presión y en La Molina peor no lo puedo hacer así que miedo no le tengo a nada, todo lo que haga será mejor que lo que hice en Rusia La prótesis aún no se ha ajustado lo suficiente pero las sensaciones son muy buenas, me veo bien», dice.
Aitor no se pone objetivos para este campeonato, va a participar junto a amputados tibiales, una categoría que no es la suya. «Es una desventaja, seré el único amputado femoral que compita en otra clase con gente que tiene mejor movilidad. La Federación Española está intentando mediante informes médicos que me cambien de categoría. Sólo pienso en mejorar mi snow y si estuviera en mi disciplina, confío en lograr un Top 8, y si no, un Top 25 en tibiales», apostilla.
[touchcarousel id=’217′]