El patinador madrileño Javier Raya | Fedhielo

Creció junto al bicampeón de Europa Javier Fernández en la pista de hielo La Nevera de Majadahonda, en la que ha conseguido moldear un patinaje de gran plasticidad y expresividad hasta lograr su sueño olímpico. Javier Raya irradia ilusión y cuenta las horas para su participación en sus primeros Juegos de Invierno, una recompensa a años de perseverancia y trabajo. Al ritmo de los acordes de ‘Los Miserables’ y ‘Sing, sing, sing’, el madrileño espera convencer a los jueces para estar entre los mejores.

Jesús Ortiz García

Pregunta.- Se acabó la espera, en unos días a orillas del mar Negro se calza los patines para su debut olímpico, ¿cómo lo afronta?

Respuesta.- Ya siento un hormigueo en el estómago, estoy muy feliz, quiero disfrutar cada segundo. Tengo muchas ganas ver las gradas del estadio con la gente aplaudiendo y vivir el ambiente olímpico. Llego en mi mejor momento y espero dar lo máximo.

P.- En los últimos años su patinaje ha progresado mucho firmando grandes actuaciones. ¿Con qué resultado estaría satisfecho?

R.- Para mí es un premio el hecho de estar en unos Juegos, es una recompensa a años de esfuerzo, trabajo y sacrificio. Es una oportunidad que merezco y que hasta ahora no había podido conseguir. El primer objetivo es divertirme y después clasificarme para la final. Si consigo estar entre los mejores intentaré demostrar mi mejor nivel para estar arriba y conseguir un diploma olímpico que sería fantástico, es muy difícil, pero nada es imposible.

P.- En el Europeo se le vio tranquilo y disfrutando, además del decimoctavo puesto, ¿qué le ha aportado este campeonato?

R.- Me ha servido para ganar en confianza y creer en mí mismo, puedo estar peleando con los mejores. El estar compitiendo en un campeonato de esta magnitud y haciéndolo bien es fantástico. El Europeo me ha dejado buenas sensaciones, aunque quedé el 18 y en la anterior edición fui el 16, este año había mucho más nivel y me siento muy contento porque patiné muy bien, poco a poco voy mejorando y aún tengo mucho margen de mejora.

P.- La expresividad que transmite y los saltos triples son algunos de sus puntos fuertes, pero ¿entra en sus planes más próximos el cuádruple?

R.- Quiero aumentar el número de saltos difíciles. Técnicamente debo empezar seriamente a practicar el cuádruple para sacarlo la próxima temporada, sé que está a mi alcance. También hay otros aspectos artísticamente donde puedo crecer más, es algo que hay que tenerlo muy bien trabajado. Los saltos te pueden salir o no, pero el patinaje hay que asegurarlo, son puntos seguros.

P.- Y para convencer a los jueces en las Olimpiadas, le acompaña la música de ‘Los Miserables’.

R.- En el programa corto, donde hay 3 saltos, llevo la música de ‘Los Miserables’ (Claude-Michel Schoenberg) porque es preciosa, disfruto con ella y eso se nota en mi patinaje. En este programa siempre hay algo más de nervios, te juegas mucho para clasificarte a la final, pero es muy intenso y atractivo. Mientras que para el largo me acompaña el tema ‘Sing, sing, sing’ (Louis Prima/Glenn Miller). Es la prueba que me hace sentir más tranquilo y me ha hecho subir más puestos. Tiene 8 saltos y si fallas alguno se nota menos.

Javi Raya durante una competición | Fedhielo

P.- En Sochi le acompañará Javier Fernández, ¿qué supone para usted compartir con él unas Olimpiadas?

R.- Es una gran persona, un buen amigo, le conozco desde pequeño y es un espejo en el que nos miramos los patinadores. Que sea campeón de Europa nos ayuda mucho. Para mí, el coincidir con Javi ha sido positivo, porque hasta que él no ha llegado a lo más alto yo no he optado a participar en campeonatos importantes. Y también un poco negativo (risas), porque es uno de los mejores patinadores del mundo y luchar contra él es complicado, aunque también he demostrado que tengo nivel y seguiré dándolo todo. Será un orgullo poder compartir con él unas Olimpiadas.

P.- Después de lograr la segunda corona en Europa, ¿cómo ve a su tocayo para la cita en Rusia?

R.- Está haciendo historia y siendo realista es el único de los patinadores que opta a conseguir una medalla. Sería brillante y serviría para darle mayor visibilidad al patinaje español, un deporte que necesita ayuda para su progreso. Después, la pareja de danza Sara Hurtado-Adriá Díaz también debuta como yo e irá a disfrutar y a buscar la clasificación para la final. Lo están haciendo genial, consiguieron un décimo puesto en el Europeo y seguro que van a sorprender en Sochi.

P.- Para progresar en este deporte algunos compañeros decidieron emigrar y buscar mejores instalaciones en otros países, sin embargo, usted decidió quedarse en España, ¿no se plantea salir?

R.- Hay que valorar muchas cosas, hay gente que se ha ido al extranjero con apoyos y ayudas suficientes, yo estoy satisfecho trabajando duro en Madrid con unos entrenadores muy buenos como Iván Sáez, Carolina Sanz o Jordi Lafarga. Pero eso no quita el gran esfuerzo económico que tiene que hacer mi familia todavía para ayudarme. Ahora mismo tengo que conformarme con entrenar en ‘La Nevera’, en Majadahonda, una pista que siempre está a tope de gente, sólo me dan dos horas al día para entrenar y en verano suelo ir a Canadá para realizar la pretemporada y pulir algunos aspectos de mi patinaje.

P.- El patinaje es un deporte muy sacrificado tanto física como económicamente, ¿alguna vez se ha planteado colgar los patines?

R.- Es difícil y lo sufro, pero aguanto como sea. Aposté por esto y mis padres han tenido que realizar grandes esfuerzos para llevarme a todos los lugares y también apoyándome económicamente. Por ello, he luchado ante situaciones adversas y pelearé por lo que está por venir. Empecé con 7 años y me enganchó desde el primer día, el patinaje es mi pasión y hasta los Juegos Olímpicos de Pyeongchang (Corea del Sur) en 2018 debo aguantar.

P.- Como estudiante de comunicación audiovisual, ¿cuál sería su imagen perfecta en Sochi?

R.- Soy más de vídeo, pero la fotografía perfecta sería aquella en la que salga en medio de la pista de hielo rodeado con los aros olímpicos, la gente aplaudiendo y realizando algún salto espectacular.