La revolución del plogging llega a España
Fran Zamabrana
@neyfranzambrana
8 de agosto de 2018, 11:00
Son las ocho y media de la tarde. El Sol está cayendo. El verano atiza las calles de Málaga. Las familias recogen sus pertenencias de la playa tras un domingo en el que han disfrutado con los suyos. Alrededor de estas, un cúmulo de basura empieza a vislumbrarse. Todos hacen la vista gorda, a pocos parece importarle. ‘‘Alguien lo recogerá’’, dicen algunos.
Una señora se coloca sus zapatillas, y se dirige hacia el punto de quedada. En poco menos de una hora, la playa quedará limpia. Cada una de las modas que surgen durante estos años de revolución digital parece quedarse en una simple idea que baña la sociedad por unos meses y que luego se esfuma, como si de vapor de agua se tratase.
Sin embargo, en esta ocasión, el plogging ha llegado para mantenerse en nuestro ámbito deportivo y cultural. Este nuevo movimiento fue inventado en la capital de Suecia, Estocolmo, el pasado 2016. La finalidad que tenía era la de combinar el amor por el deporte con el del bienestar de las calles de esta ciudad de un millón de habitantes. La forma de realizarse se inició de manera solitaria, es decir, con practicantes voluntarios que fueron sumándose a la iniciativa sin pertenecer a grupo alguno.
Con el paso de los meses, los primeros clubes comenzaron a surgir, consiguiendo así darle un valor añadido a esta actividad que puede ser practicada por cualquier ciudadano en cualquier medio. Su nombre procede de la unión entre el ya conocido running y la expresión sueca ‘plocka upp’, cuyo significado es recoger. La popularidad que ha llegado a alcanzar le ha permitido estar presente en 100 países en los que hasta 20.000 personas se han convertido en ploggers.
En Barcelona y Madrid ya existen grupos que suelen reunirse en quedadas, sobre todo en estas fechas centradas en el turismo. Ibrahim Zammou, licenciado en Ciencias del Deporte, ha creado su propio conjunto de ploggers para Málaga, una ciudad que necesita de la ayuda de estos practicantes. ‘‘Al verlo en los medios me llamó mucho la atención y como amante del deporte creo que sería interesante llevarlo a cabo en nuestra ciudad, sobre todo en zonas donde no llegan los servicios de limpieza como pueden ser rutas de senderismo, playas’’, señala.
Una doble labor deportiva
Probablemente, el plogging sea, a día de hoy, uno de los movimientos que mejor ha sabido combinar todas las formas de hacer ejercicio. Para esta tendencia no es necesario correr, ya que se puede realizar caminando, aunque aquel que desee entrenar podrá obtener mejores beneficios. El hecho de agacharse cuando se recogen los desperdicios produce un mayor desgaste físico, y se realiza una actividad más completa que el simple hecho de andar o correr. Las sentadillas, combinadas con el trote al ritmo que cada cual pueda mantener, otorgan una resistencia mayor de cara a las carreras tan deseadas actualmente.
Como profesional del deporte, Ibrahim Zammou destaca otros efectos positivos que puede tener en nuestro cuerpo. ‘‘La práctica del Plogging puede llevar consigo un extra, ya que cada vez que nos agachamos para recoger el residuo estaremos realizando una flexo-extensión de piernas y una activación de los músculos de las piernas por lo que conseguiremos un mayor gasto calórico’’.
Además, esta práctica puede ser llevada a cabo en cualquiera de nuestros lugares cotidianos. La ruta que solemos hacer como corredores o de paseo cada mañana o cada noche puede ser nuestro lugar de entrenamiento de Plogging. ‘‘Puede ser llevado a cabo en cualquier lugar, incluso andando por la calle de camino al trabajo, no hace falta correr. Se puede realizar en bicicleta, tablas de Paddle surf en el mar, etc. El fin es el mismo: la recogida de residuos para su posterior reciclaje’’, destaca Ibrahim.
Y una labor social
Quizá lo más importante que tenga esta moda sea la posibilidad de poder preservar de una mejor forma el medio en el que vivimos. La contaminación actual viene superando las tasas del año anterior desde hace más de medio siglo. El plástico salvó la vida del ser humano, pero también está acabando con la de muchos animales que se ven atrapados en estos desechos. ‘‘El objetivo final es la concienciación de la necesidad de no tirar residuos y si a su vez se practica actividad física conseguiremos el doble de beneficio’’, puntualiza el impulsor malagueño.
La labor social que representa este deporte va más allá de lo que puede imaginarse. Las playas malagueñas viven momentos difíciles durante las fiestas más destacadas como San Juan, la Virgen del Carmen o la Feria de Málaga. Grupos de personas que colaboren en la recogida de residuos no solo harían tener unas playas más cuidadas, sino que concienciarían a la población de la importancia de portar una simple bolsa de basura en la que depositar lo que hayamos terminado.
Trasladado también a la montaña
Los amantes del running suelen tener una transición en su deporte. Con el paso de los años, el trail ha ido tomando forma y se ha convertido en un deporte a nivel internacional. Aquella forma tan propia de recorrer los senderos del norte de España se ha extendido a lo largo y ancho, y también su contaminación. Tal vez el corredor de montaña no sea uno de los que más acaba con su naturaleza, pues, al fin y al cabo, pasa demasiado tiempo en ella. Sin embargo, en el momento en el que este se decide por reponer fuerzas, llega el problema. Los geles, las botellas de agua, las latas de refrescos, etc. suelen ser el pan de cada día para aquellos que buscan cierta evasión.
El plogging podría ser la solución a estos problemas. La montaña es el único de los lugares en los que los servicios de limpieza no se paran a mirar, así que el punto donde mayor ayuda es necesaria es en este. Además, a ello se le une el hecho de que el corredor de montaña porta siempre una mochila en la que guarda una serie de primeros auxilios o suministros para el recorrido, donde, perfectamente, pueden ser depositadas las latas de aquellos que no son conscientes del daño que hacen a su lugar habitual de deporte.
Otras propuestas de la misma índole
Ya han sido varias las iniciativas que se han propuesto. La evolución de las redes sociales ha llevado a una mayor difusión de estas nuevas ideas que son trasladadas por todo el planeta. Destacan especialmente dos que han conseguido hacer mella en la opinión pública. La primera de ellas fue inventada como una tendencia para la red social Facebook. El movimiento ‘1 déchet par jour’ consistía en recoger un desperdicio cada día y subirlo al muro, etiquetando a otras personas que, a su vez, tendría que recoger uno y subirlo para etiquetar a otras.
Esta tendencia llegó a ser tan destacada que se propagó en Reino Unido bajo el nombre de ‘1 piece of rubbish’. La segunda está centrada en la práctica extendida de recoger lo que haya a tu alrededor. En los parques londinenses, los ciudadanos tratan de dejar el menor número de deshechos posibles, pero también recogen aquellos del resto de personas que no cuidan de su entorno. Exactamente lo mismo ocurre en las playas, lugares en los que, cada vez más, los turistas intentan mantener con un mínimo de calidad recogiendo lo que otros dejan. Málaga ya apuesta por ello y espera respuesta
‘‘Nuestro objetivo es la organización de salidas tanto a nivel particular como a través de los centros deportivos de Málaga. Por ello queremos crear una comunidad en torno a nuestra página de Facebook para estar al día de las quedadas, indicar donde se realizarán y que todo aquel que le guste nuestro movimiento pueda aportar su granito de arena’’, cuenta Ibrahim.
Actualmente, el grupo no ha realizado salida alguna, aunque espera poder comenzar en los próximos meses. Todo ello solo conduce a un aspecto esencial, que es lo que debe quedarse en la mente de los que se animen a sumarse a la iniciativa. Y es que, por primera vez, el deporte pasa a ser una obra social, gratuita, agradecida y centrada únicamente en mejorar la calidad de vida del ser humano en referencia a su físico y a su ecosistema vital.
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